Un intento de sosiego, un momento de evasión,
Me tomo mi tiempo sobre el piso, sentado,
Columna recta, piernas cruzadas en semiflexión,
Palmas hacia arriba sobre los muslos, relajado.
Cierro los ojos y mi mente se convierte en borrón,
El aire recorre mi estomago tras ser inhalado,
Y al subir, a ritmo lento, se produce la exhalación,
En ese momento empiezo a estar concentrado.
Pienso en mis costillas, como si tocase el acordeón,
Me concentro en una espalda suave, tras ser masajeado,
Los lados del cuerpo también forman parte de la ilusión,
Cada instante lleva su tiempo para estar preparado.
Los pulmones llenos de energía que merece difusión,
A cada sitio que llegue, quede debidamente apaciguado,
Y consigamos acabar con cualquier grado de tensión,
Terminando el cuerpo dócil, flexible y totalmente despejado.
Es hora de repetir de nuevo el ciclo de la respiración,
Dos o tres minutos a lo sumo si eres un iniciado,
Cuando lo domines darás más tiempo a esta acción,
Y con cinco o diez minutos diarios te sentirás renovado.