En la serie explicaban que antiguamente los fabricantes de sombreros utilizaban mercurio para alisar la tela que recubre el interior de los mismos, pero que dejaron de hacerlo, pues este elemento de la tabla periódica es nocivo para el ser humano. Los clientes se ponían diariamente su adquisición sobre la cabeza y al estar en contacto directamente con el mercurio, terminaban majaretas y esta situación sirvió de inspiración al escritor para meterlo en su novela.
He de decir que de pequeño no solo vi la película de Disney, sino que también leí el libro en versión infantil de la misma y al igual que me pasó con “El Principito” a esas edades no entiendes nada, quizás porque un niño tiene su propio surrealismo y cuando choca directamente con el de un adulto, las frecuencias no terminan sintonizándose.
Vamos, que como experimento social igual tiene sus conclusiones, pero siendo sensatos esta clase de lecturas, pese a estar indicadas para infantes, en realidad, los escritores quedaron dejar la impronta sobre otros aspectos que solo en la etapa adulta se pueden llegar a comprender, así que me pareció una buena idea dedicarle una entrada al post y explicar algunas cosas de esta novela que no se ven a simple vista e indagar en curiosidades como la que da lugar a esta introducción.