Si, ya sé que esta es la típica entrada de Navidad que hacen todos los blogs culinarios por estas fechas, pero como no podía ser de otra forma me apetece darle una vuelta de tuerca.
No todo van a ser recetas en esta vida y lo fácil de encontrar en este tipo de entradas son en ese formato de preparación con los ingredientes exactos y los tiempos medidos, sin embargo este espacio sabéis que está mucho más enfocado a dar respuestas a las preguntas más inverosímiles...
¿Os habéis preguntado alguna vez cual es la historia de vuestro postre navideño?. Ya que los "habéis preparado" siguiendo las indicaciones precisas de otros colegas, y los habéis paladeado con ganas e incluso seguramente son los culpables de esos kilos de más que os costarán bajar y que son la eterna disculpa para darse de alta en un gimnasio en enero y darnos de baja al siguiente...
¡Qué menos que conocer la historia de muchos de ellos y de los lugares donde son típicos!.
P.d. Si queréis saber más cosas sobre el ROSCÓN DE REYES, capítulo que ya hemos tocado anteriormente en el blog, no dudéis en pinchar sobre el enlace además de resolveros varias incongruencias sobre los reyes magos.
Sin más preludio, arrancando que es gerundio.
1. ANDALUCÍA: MANTECADOS Y POLVORONES DE LA ESTEPA Y PESTIÑOS
Unos de los dulces más tradicionales navideños en todo el país son los mantecados y polvorones de la Estepa, cuyos orígenes se remontan al Siglo XVI en el Convento de Santa Clara de Estepa donde se conservan manuscritos con recetas antiguas de las monjas de la época que, llegadas las navidades, se sacaban un dinerillo extra para sufragar los gastos del centro eclesiástico, satisfaciendo los mandados que recibían tanto de Sevilla como de Madrid principalmente.
Pero aunque daten los orígenes de esas fechas, hay otro año señalado en el calendario que contribuye a su leyenda: 1870. En aquel momento todo el pueblo se dedicaba a la comercialización del mantecado en épocas navideñas, aprovechando que las tortas de manteca era el postre habitual en esas tierras. De las más conocidas en el territorio nacional eran las realizadas por Micaela Ruiz Téllez, exquisita elaboradora de este postre hecho con manteca de cerdo, harina de trigo refinada y tostada en su punto con una buena dosis de azúcar. La señora en cuestión, aprovechando que su marido era transportista y estaba siempre de viaje en épocas navideñas, le hacía llevar consigo cantidades ingentes de mantecados y polvorones de la Estepa que allí donde fuere le quitaban de las manos. Es gracias a ella que alcanzasen la popularidad que todavía conservan a día de hoy a la que se sumaron todas las familias del pueblo y alrededores a sabiendas que había negocio, dando un total de 19 fábricas actualmente que tienen el producto registrado de mantecados o polvorones de la Estepa.
La historia del pestiño también puede remontarse al siglo XVI, ya que el libro "La lozana andaluza" de Francisco Delicado ya hace referencia de esa palabra en 1528. Se sabe que fue un postre introducido por los moriscos durante la conquista española y que es muy parecido al shebbakiyya marroquí que tradicionalmente se prepara durante el mes del Ramadán para poder reponer fuerzas por su excesivo valor energético, aunque también puede ser referente a una mezcla de culturas en esos tiempos en el Al-Andalus porque hay un postre similar romano llamado frictilia que en Toledo dieron lugar a las "hojuelas manchegas". Mientras el pestiño se fue convirtiendo en un postre navideño elaborado con masa de harina frita en aceite de oliva y con un baño excelso de miel (o azúcar/anís en grano en algunas ocasiones)
2. ARAGÓN: GUIRLACHE Y FRUTA ESCARCHADA
El guirlache proviene de la palabra francesa "grillage" cuyo significado es que "algo está tostado". Aunque a día de hoy su elaboración está extendida por todo el país es originario de Aragón y procedente de la época en que los árabes estaban aposentados en la región durante la Edad Media. En su día era un postre fácil de conseguir porque los ingredientes son almendras peladas que se encontraban en los árboles, agua y azúcar que aportaba una buena ingesta de caloría para que el que lo consumiese.Se cree que nació fruto de la conservación de los alimentos, puesto que la almendra es un fruto exclusivamente otoñal que si no se come en el momento termina por pudrirse. El hecho de bañarle en un caramelo hecho con agua y azúcar calentarla previamente hasta ser tostada, permitía que el consumo de este alimento durará durante muchos más meses sin tener miedo a que estuviese en mal estado. De paso era costumbre que llegado el frío, la gente que debía cruzar entre los pueblos o recorrer kilómetros llevara en su zurrón barritas de guirlache caliente para reponer fuerzas y entrar en calor, aunque suponemos que como ocurre a día de hoy más de uno se dejaría los dientes en el intento.
El uso del azúcar como conservante (miel de palma y miel) ya era conocido en las antiguas culturas de China y la Mesopotamia, siendo muy utilizado también en la época romana. Pero los principales precursores del confitado fueron los árabes en cuyos banquetes las comidas eran servidas con cítricos y rosas confitadas, que además de darle un gusto característico a sus comidas, permitían una mayor durabilidad en la fecha de su consumo.
En la conquista de España, la fruta confitada fue introduciéndose en la cultura occidental, y aunque el hábito casi desapareció tras la reconquista, ya que no querían tomar productos del invasor, volvieron a aparecer durante el siglo XVI con la idea de preservar la comida. En España se hizo muy popular el diacitrón dejando su impronta en varias obras literarias coetáneas. La fruta escarchada terminó siendo un postre popular en Aragón y con el tiempo a nivel nacional popularizándose como un postre festivo navideño.
3. ASTURIAS: CASADIELLES
En castellano casadiella, debe su nombre a un término astur: "cosadielle" que se utiliza como referencia a "los acertijos", ya que sólo quienes elaboran dicho postre saben realmente cual es su relleno, dejando a quien pruebe el manjar adivinar sus ingredientes. Se cuenta también que su origen proviene de las visitas a casa ajena después de salir de la misa dominical, donde el anfitrión solía servir como cortesía a sus invitados este postre como aperitivo o almuerzo previo a una posterior comida.
En realidad se trata de una especie de empanadilla realizada con harina de trigo (u hojaldre) que en su interior suele ir rellena con nueces o avellanas, anís y azucar que se han ido haciendo en el horno, si bien, como hemos indicado el relleno puede variar según la creatividad del repostero.
Con el tiempo los obradores confiteros introdujeron este postre artesanal entre sus productos en venta y, aunque es algo típico de todo el año, los foráneos suelen multiplicar las ventas de dicho producto en fiestas navideñas. Así que los lugareños negaran que se trata de un producto de estas fechas y los visitantes seguirán comprándolo como postre de los días especiales como si lo fuese.
4. CANARIAS: TRUCHAS DE BATATA Y TURRÓN DE GOFIO
No queda claro el origen del nombre de truchas para este tipo de postre, puede ser de origen portugués por un postre parecido que pudo llegar a las islas "trouxa de ovos" (trucha de huevos) o un derivado del término troxa que era una especie de petate en el que los soldados del siglo XV llevaban envuelta la comida, sea como fuere el nombre no proviene del pescado. Si se conoce el lugar de su nacimiento, la dulcería del Risco de San Nicolás (Gran Canaria) de donde salieron los bollitos de matalahúva, (bollitos de anís) y los bizcochos lustrados de azúcar entre otros grandes postres tradicionales de las islas.
Estas empanadillas suelen hacerse con batata de Lanzarote (más dulce y menos harinosa) y rellenas de matalahúva o matalahúga (una planta de anís verde autóctona), almendras y pasas y son tradicionales en la cena de Nochebuena en todas las mesas de las islas. Los lugareños dicen que la Navidad empiezan cuando en los comercios empiezas a ver las truchas de batata.
El gofio (gufuw = montón) es una comida bereber prehispánica con la que se alimentaban los guanches de manera habitual. Una harina compuesta por cereales tostados, generalmente trigo o millo, aunque los antiguos canarios también usaban lentejas, cebada y unos toques de rizomas de helecho para dotarle de un sabor diferente.
El turrón de gofio y miel fue creado también en el barrio de San Nicolás y en el de San José a mediados del S.XIX y comercializado como "turrón del país" comiéndose en las fiestas de los pueblos y que con el tiempo fue exportado a la península y convirtiéndose en un manjar más para las fechas navideñas.
5. CANTABRIA: TOSTADAS DE NAVIDAD
Si, los cántabros son felices llamando a las torrijas de toda la vida "tostadas de Navidad" y las consumen en los días festivos justo antes de los postres. Yo les aplaudo ¿por qué comer tan suculento manjar sólo en Semana Santa?, aunque allí generalmente no es el postre de esas fiestas.
Se dice que el romano Marcus Gavius Apicius, un soldado cocinero, recogía en su recetario "pultes tractogalate" (gachas guisadas con harina y leche) y que por ende fue el precursor de dicho postre que no se llamaría "torrijas" hasta que el poeta español Juan de la Encina usara dicho término en una de sus obras a caballo entre el siglo XV y XVI.
Pero, ¿cómo llegaron a ser tan populares entre nuestras fiestas?: "Las torrijas, al igual que la Semana Santa, representan la vida y muerte de Jesús. Según el rito católico, el pan es el cuerpo de Cristo, que muere en este tiempo, del mismo modo que la base de las torrijas es pan muerto. La leche, los huevos y la fritura -nos detalla- se entienden como los baños necesarios para que el cuerpo resucite y dicha fritura refleja el sufrimiento del Señor. Se produce la resurrección del pan muerto y de ahí la consideración de postre divino". Reza el escrito, todo mentira... dicen que se popularizaron en la Guerra Civil, en épocas de racionamiento cuando la gente no tenía dinero para pagar el postre típico y siendo el dulce más barato que se pudieran permitir, pudiendo reutilizar el pan de varios días con un poco de leche, azúcar, miel y unos huevos, por ello se convirtió en el postre de Semana Santa y muy probablemente por la misma razón, la escasez de alimentos, en el postre cántabro de Navidad que prefieren llamar tostadas.
6. CASTILLA-LA MANCHA: MAZAPÁN DE TOLEDO
El escritor José H. Polo en el antiguo periódico onubense Odiel contaba en el día de Nochebuena de 1966 la leyenda del mazapán toledano: "Hubo -dice- una lejana época de hambre en Toledo. Culminaba un período en el que las guerras, la sequía, las epidemias habían despoblado los campos y asolado los lugares. Ciertas monjas pidieron a su santo patrón que las ayudase a encontrar un medio para mitigar el hambre y al parecer el santo aficionado sin duda a las exquisiteces de la repostería, les debió de recomendar el mazapán que entonces no se llamaba así. Era artículo de lujo, pero las monjas debieron hallar la manera de producirlo más barato y en el mazapán surgió el remedio para los famélicos. Fue para ellos como el pan. Y de aquí algunos imaginativos dedujeron que procede su actual nombre".
Importado de Italia y de los países musulmanes este postre posiblemente llegó a la península en el siglo VIII, pero la leyenda de polo se refiere a cuatro siglos después. Las monjas Bernardas del convento cisterciense de San Clemente tenían en sus instalaciones muchísimos almendros y para no pasar hambre al estar sitiados por los árabes tuvieron que tirar de imaginación para conservar un alimento perecedero como el que daban sus árboles, por ello maceraron las almendras con azúcar, creando una pasta a base de ser pasada por la maza, que al ser horneada dio como resultado lo que hoy conocemos como mazapán (pan de maza).
7. CASTILLA Y LEÓN: MANTECADAS DE ASTORGA, YEMAS DE SANTA TERESA Y TRONCO DE NAVIDAD DE CASTAÑAS DEL BIERZO Y CHOCOLATE
La primera vez que aparece el nombre de las mantecadas de Astorga es en una factura de 1805 en la que vienen también los ingredientes para poder hacerlas, por lo que se sospecha que el origen del postre puede estar entre esos años. También se dice que aparecen en el recetario del cocinero de la corte Juan de la Mata escrito en 1747 o que su origen proviene de una monja del convento de Sancti Spíritus de Astorga que rescató la receta a principios del s.XIX.
Lo que si queda claro es que se hicieron populares durante la invasión francesa, pues era un postre que podían hacer a base de materia prima que había dentro de las fortificaciones: harina de trigo, huevo, mantequilla de vaca, manteca de cerdo y azúcares. Desde 2004 cuentan con la Indicación Geográfica Protegida (IGP) y un consejo regulador que inspecciona manteniendo las exigencias de calidad. Actualmente sólo hay seis fabricantes con la IGP que pueden hacer dicho producto.
Otro postre con origen de cocina andalusi son las yemas de Santa Teresa, algunos historiadores creen que se llaman así porque las primeras en hacerlo fueron las monjas del convento de Santa Teresa de Ávila. Lo que si se tiene claro la historia que el primer obrador en venderlas fue Don Isabelo Sánchez dueño de La dulce avilesa, actualmente Flor de Castilla, y que sus avispados herederos la registraron con ese nombre con el fin de privatizar es postre y poderlo hacer en exclusiva. El resto de obradores hacen el mismo postre aunque lo llaman yemas de Ávila, pero no tienen el mismo tirón aunque el producto sea lo mismo. A principios del S. XXI el postre comenzó a tener una gran demanda en Estados Unidos así que tuvieron que crear un envoltorio y una caja especial para que el producto llegase comestible a su lugar.
El origen del tronco navideño proviene de una tradición realizada cada solsticio de invierno en la que el familiar mayor o menor de cada casa debía quemar un tronco con el que calentar a la familia durante tres días, para ello regaban el trozo de madera con aceite o vino. La iglesia católica absorbió dicha tradición pagana, pero en el siglo XIX con la llegadas de las estufas a las casas la tradición corría peligro de extinción por lo que la convirtieron en un postre con forma de tronco siendo el pastelero y heladero Pierre Lacam el primero en crear dicho postre. Aquí en España es conocido el tronco de navidad de castañas del bierzo y chocolate propio de la comunidad castellonense.
8. CATALUÑA: NEULES
El origen de este postre puede remontarnos hasta el Antiguo Egipto, pero si vamos a lo seguro tendríamos que hablar de la Edad Media. La palabra Neula viene a significar en el castellano actual niebla y erran llamadas así por su poco peso y ligereza.
Es un postre que está unido a la religión siendo las primera de forma plana y escritas en ellas algún pasaje bíblico o detalles religiosos desde el año 1267, donde sabemos que el rey Jaime I se las servía a sus comensales en palacio. No es hasta el siglo XVII cuando empiezan a ser enrolladas, seguramente para poder comerse mejor sin necesidad de partirlas y empezaron a popularizarse entre la Concepción (8 de diciembre) y la Candelaria (2 de febrero), convirtiéndose con el tiempo en un postre típico de estas fechas en Cataluña, siendo un perfecto acompañamiento del turrón por estas fechas.
9. COMUNIDAD DE MADRID: ROSCÓN DE REYES
A falta de un postre tradicional de la comunidad, los madrileños "se apropian" de roscón de reyes, producto que los romanos trajeron a España a nivel nacional y que servía como festividad de las saturnales. ¿Por qué en Madrid y no otras comunidades? simplemente por el hecho que son los que más venden este producto en fechas navideñas superando los 2,5 millones de roscones de todo tipo de tamaños y sabor.
Fue por culpa de los franceses que este manjar tuviera premio y castigo. En el siglo XI retomaron la tradición romana del "rey del haba", donde los pueblos ofrecían a los niños más pobres del lugar un roscón por navidad, en uno de ellos escondían un haba y el niño afortunado que la tuviera era tratado como un rey durante ese día. Luis XV, en el siglo XVIII, decidió introducir una medalla de oro entre esos roscones dados a la gente más humilde y el haba dejó de tener gracia, ya que era una paripé de un día mientras la medalla de oro cambiaba de verdad la vida del niño a quien le tocase para siempre.
Así fue como el haba en vez de ser el premio bueno paso a ser el malo, que terminaría siendo definida con la gracieta que conocemos hoy en día por idea de Felipe V, siendo recompensado quien encontrara una figura o una moneda y tratando de idiota a quien se encontrase con el haba y de dicha forma popularizó de nuevo el postre en nuestro país en épocas navideñas.
10. COMUNIDAD VALENCIANA: TURRÓN DE JIJONA Y DE ALICANTE
Este postre ya era conocido en la Grecia Antigua y probablemente hubiera sido importado de la península arábiga ("De medicinis et cibis semplicibus", siglo XI escrito por un médico árabe y en el que se menciona un producto parecido al griego denominado "turun"). Los helenos daban un compuesto de miel, almendras y frutos secos a los participantes de las Olimpiadas para que pudieran reponer fuerzas.La versión española del turrón nace en Alicante en el siglo XV (turrón duro) y durante el reinado de Carlos V ya era un postre famoso, pero fue en el XVI cuando se hizo muy popular en España el realizado en la Villa de Sexona (actualmente Jijona, turrón blando), según se recoge en el libro "Conduchos de Navidad" (1584) de Francisco Martínez Montiño, jefe de cocinas de Felipe II.
Estos últimos incluso tienen una leyenda sobre su carismático dulce: “Por aquellos tiempos, el Rey contrajo matrimonio con una princesa escandinava, por lo cual ésta tuvo que venir a estas tierras dejando atrás su frío país de origen. La princesa se sintió muy triste al no poder disfrutar de los bellos paisajes de su país llenos de nieves perpetuas. El rey, desesperado por ver a la nueva reina decaída, para evitar su tristeza, tuvo la idea de plantar por todos sus territorios, alrededor del castillo, miles de almendros. De este modo, cuando los almendros florecieron, sembraron el paisaje de tonalidades blancas, de tal modo que todo parecía nevado, y la princesa volvió a recuperar su felicidad. Los habitantes de Jijona, a partir de ese momento, aprendieron a recoger los frutos de los almendros y a tratarlos, elaborando así las primeras muestras de turrón y derivados. ”Hay otros historiadores que pese a todos estos datos históricos quieren datar el nacimiento del postre entre 1651 y 1652, en pleno asedio de Barcelona durante la Guerra de los treinta años. Cataluña se había sublevado a España y encontraron aliados en el ejército francés del cardenal Richelieu, por lo que el ejército español invadió la Comunidad Autónoma para acabar con la rebeldía. En esas fechas las tropas del rey Felipe IV asediaron la ciudad condal que a falta de víveres decidieron conservar los productos perecederos como en tantos otros casos de este posts, naciendo así el turrón para la durabilidad de los frutos secos.
11. GALICIA: FILLOAS DE LECHE
Se cree que el origen del postre es griego ya que filloas significa lámina en este idioma. Sin embargo las evidencias aparecen en época romana con una comida elaborada con agua, especias, miel, huevos y harina llamada phyllon y que seguramente popularizaron por toda Europa mientras iban agrandando su imperio, de ahí la similitud de este postre con las famosas crepes francesas que empezaron a popularizarse en la Bretaña que comparte el origen celta con Galicia.Las originales eran la filloa á pedra, elaboradas sobre una piedra grande y lisa expuesta al calor, pero con el tiempo inventaron las filloeiras, unas planchas de hierro donde se podían hacer muchas más en menos tiempo y a día de hoy muchos incluso las hacen en sartenes o tixolas. En la zona de la Costa da morte este postre es conocido como fullado y en otras regiones gallegas como feixó o fisuelu.
Es un postre que se suele tomar tanto en navidades como en Carnaval:"No hay Entroido (figura carnavalesca gallega) que se preste sin tomar este postre", y están elaboradas a base de harina, agua, caldo o leche aunque se pueden añadir huevos, sangre, azúcar o miel y dicen que no existe larpeiro (persona que se gusta de comer exquisiteces sobre todo de sabor dulce) que se resista a ellas.
12. EXTREMADURA: BOLLO TURCO DE JEREZ DE LOS CABALLEROS
Del siglo VIII y origen árabe, como su propio nombre indica, fue introducido en la península por los propios Templarios en los años de la Reconquista cristiana, quedándose como un típico postre desde entonces de la ciudad extremeña de Jerez de los Caballeros de donde es casi exclusivo y haciendo presencia desde entonces en todas sus festividades. Se cree que a la ciudad llegó en el año 1230 cuando el rey Alfonso IX de León reconquistaba la ciudad y la dejaba en manos de la orden del Temple que introdujeron este dulce, siendo de paso la receta gastronómica más antigua de toda Extremadura.
“El bollo Turco se preparaba en Jerez, al menos, desde 1600 y existe documentación sobre su rica repostería desde 1715”. Relata Feliciano Correa Gamero en su libro "Los jerezanos del S. XVIII y que de turco o árabe no tiene nada, sino que la historia de la otra vertiente es mero marketing. También hablan que este postre lo hacían antiguamente las monjas de clausura pero: "Las monjas 'encerradas' los hacían muy ricos, pero se industrializaron mucho, cada vez vendían menos y acabaron yéndose de Jerez. Si no es artesano y de calidad, el bollo turco se pone duro enseguida".
Es por ello que su venta ha quedado en mano de las pastelerías de la ciudad donde lo hacen con almendras, azúcar, huevo, una cascara de limón rayada y de base una oblea que sostiene el postre en forma comúnmente de flor rodeada por una circunferencia y cuyo peso oscila entre medio y un kilo.
13. ISLAS BALEARES: CUSCUSSÓ
El cuscussó es un mazapán de origen bereber y magrebí que se ha conservado en el tiempo casi sin alteraciones, debido a que es un plató típico de la isla de Menorca, aislada de las costumbres sucedidas en la península. Su receta es muy antigua y en muchas casas menorquinas la mantienen como una tradición única de la isla.
Compuesto principalmente por una mezcla de manteca, almendra, pan de payés remojado en agua y azúcar, se suelen incorporar otro tipo de ingredientes como las almendras, canela y la piel de limón a gusto del repostero. Entre las familias menos pudientes, a falta de poder costearse los ingredientes, con añadir más cantidad de pan les sobraba y seguía sabiendo igual de bien. El resultado final tiene el aspecto de barra de pan cubierta de fruta confitada y piñones como una coca de San Juan.
Aunque en la mayoría de hogares se sirve como si fuera un postre, también se suele usar como exquisito relleno para cualquier tipo de carne como el Pavo relleno de cuscussó, típico plato de la Navidad menorquina..
14. LA RIOJA: FARDELEJOS DE ARNEDO Y MAZAPÁN DE SOTO
Aunque fueron introducidos entre el siglo IX y X en Arnedo por los árabes como obsequio hacia los señores de sus nuevas tierras: "Por ser un producto tan exquisito, los árabes de los territorios reconquistados obsequiaban con él a sus nuevos señores, los jefes cristianos, pasando el nombre 'fard' (por derivación, farda-alfarda) a significar 'rendir obsequio o atenciones por respeto o interés', forma aún utilizada en algunas comarcas españolas", no se descarta que el verdadero origen de los fardelejos sea incluso más antiguo y lo creara el pueblo hebreo.
Es una especie de empanadilla rectangular de hojaldre frita y relleno de mazapán (manteca de cerdo, harina, sal, almendra, azúcar y huevo) con un sabor no es excesivamente dulce, aunque si contundente. Un postre típico de todas sus fiestas populares, no solo los eventos navideños, que suele ser acompañado con un café o con una copita de moscatel y que los arnedanos suelen acompañar con el eslogan: “Si quieres llegar a viejo, come todos los días un Fardelejo”.
Otro producto de origen árabe es el famoso mazapán de Soto, que difiere del toledano por la inclusión de la esencia de limón y la porción de almendra amarga, todo ello presentado sobre base de una oblea y horneado tras un previo baño de jarabe.
Esta receta es obra de Sor Purificación Redondo Tejada, superiora de las Siervas de Jesús, cuando en 1870 decidió empezar a comercializar. La receta la dejó en herencia a su hermano Juan de Dios residente del pueblo riojano Soto de Cameros y desde donde se encargó de producir de manera industrial para poder llevar a cabo todos los pedidos del producto. Con el paso del tiempo fueron varias las empresas en el pueblo que se dedicaban a esta labor, marchándose la mayoría a Logroño para poder tener más recursos y expandir el negocio.
15. NAVARRA: SOPACANA, MUXU GOXO Y CUAJADA DE ULTZAMA
En Navarra son típicos los postres que se comen con cuchara y de origen lácteo que se solían preparar en el valle del Baztán en las noches de invierno para que los pastores pudieran estar preparados para aguantar el frio.
Así nacieron la Sopacana una sopa dulce hecha con leche, una canela en rama, moka de sal, grasa de capón y pan seco del día anterior, el Muxu Goxo (beso dulce) primo hermano de la crema catalana elaborado a base de leche, huevos, mantequilla, maizena, azúcar y menta o cachos de galleta para decorar o la cuajada de Ultzama que se hacía a base de leche de oveja dentro de un recipiente de madera de abedul (kaiku) que no se podía poner en la hoguera y se calentaba con piedras incandescentes introducidas dentro del elemento lácteo a las que se añadía el cuajo animal procedente del cuarto estomago del rumiante elegido.
Todas ellos se han convertido a día de hoy en postres navideños o invernales que no pueden faltar en este tipo de fiestas. Los ingredientes que tenían a mano los pastores y cuya base eran las grasas animales y poder tomarlos en caliente (si bien son postres que también son muy apetecibles en frio) como sustento a las frías noches a ras de cielo con el ganado han ido evolucionando gracias a la tradición en los platos a tomar justo después de los atracones de estas fiestas, dejando paso, si tu cuerpo aún puede permitírselo, al resto postres navideños de esta lista.
16. PAÍS VASCO: INTXAURSALSA
Con una historia parecida a la de los postres navarros, los caseríos vascos tenían su propia comida dulce basada en productos lácteos con buen equipamiento de proteínas y grasas y comida con cuchara. En este caso aprovechando la multitud de nueces que tenían en sus alrededores decidieron crear algo dulce que ayudase a pasar el invierno basado en dicho fruto seco.
De este modo nació esta crema de nueces con materia prima muy cercana (leche, nata, canela, nueces y azúcar) y cuyo único ingrediente caro era el azúcar, aunque pareciera inverosímil, y por el cual muchas familias no se la podían permitir de manera frecuente. En su tiempo terminó convirtiéndose en el postre de Navidad en el País Vasco, pero con la llegada de los turrones, la tradición terminó cayendo en el olvido, hasta que hace unas pocas décadas empezó a volver como si fuera una novedad que todos querían probar.
Hasta los restaurantes recogen este postre tan sencillo en estas fechas, a sabiendas que tiene demanda, eso sí, de nuevo tienen una cosa en común con los postres navarros, como la comida haya sido demasiada, tomarte una intxaursalsa como postre puede terminar de rematarte o no hacer planes en una semana mínimo solamente para ir haciendo la digestión.
17. REGIÓN DE MURCIA: CORDIALES
Otro postre con raíces judías y árabes que curiosamente fue reinventado en los conventos bastantes siglos después de su introducción en Murcia, siendo muy típico en las localidades de Campo de Cartagena, Torre Pacheco o Beniel.
Las monjas debieron ser benévolas y compartir la receta en las diferentes localidades murciana, por lo que los cordiales terminaron siendo un postre casero típico de todas las familias cuando llegaba la Navidad.
Sus productos más característicos son la almendra, huevo y el cabello de ángel, sin olvidar la base de la oblea donde se apoyan, si bien cada maestrillo tiene su librillo, y en cada casa ponen su toque distintivo con ralladura de limón u otro cítrico, extra de calabaza, almendra molida o troceada o cualquier producto compatible que le dé un toque diferencial y se pueda amasar con la misma textura del mazapán. Lo único que hay que tener en cuenta que se deben consumir antes de cinco días porque se estropean pasados ese tiempo.
Una entrada dulce de verdad. El próximo año te recomendaría hacerla (ésta u otra similar) al inicio de las Navidades más que al final pues ahora mismo me encuentro algo llenito por haber estado durante quince días dándole al dulce (ja, ja...)
ResponderEliminarTe deseo un año 2021 lleno de felicidad.
Saludos
Hola Juan Carlos, también tienes razón pero si la hago a principios de Navidad igual os empacho incluso más.... La verdad es que tenía que hacer una entrada navideña a primeros de años y se me ocurrió tirar por ahí, a saber que escribiré el año que viene sobre ello. Al menos era una forma de entrar dulcemente al año jajajaja. Los mismos deseos para ti y los tuyos. Saludos
EliminarUUUUMMMM No sabría cuál está más rico. Desde luego que los polvorones son mi perdición, menos mal que no están disponible todo el año jajajaja sino sería yo una bolita, son un vicio 🐾
ResponderEliminarJajajaja, no me imagino a nadie comiendo polvorones en verano Rosa, menudo atragantamiento, la garganta seca por el calor y esa textura arenosa... no creo que congeniasen muy bien. Es normal que sean de invierno, una fuente de proteinas para que el cuerpo aguante. Un abrazo y que vaya bien el año
EliminarMi querido Raude este post me ha encantado, soy una gran amante de los dulces en general y de los típicos en particular, por aquello que tienen de especial ya que se comen en contadas ocasiones al año.
ResponderEliminarMe gustan los polvorones y los turrones, me apunto a los mazapanes, a las yemas y hasta a las torrijas de navidad jajaja pero mi favorito es el roscón y ese no me importaba comerlo durante todo el año.
Enhorabuena por la entrada. Un abrazo
Hola Sara, creo que de golos@s está el mundo lleno y yo soy de los primeros en la lista. Salvo que las torrijas yo las como principalmente en Carnavales y Semana Santa en vez de Navidad, coincido contigo, son buenos momentos para disfrutar de los postres jajajaja. El Roscón también me gusta, pero eso si, soy de los que quita previamente la fruta escarchada del mismo. Quizás como Roscón de Reyes no haya todo el año, pero sucedáneos que sean similares al paladar, siempre hay en cualquier pastelería que se precie, no deja de ser un bollo relleno. Muchas Gracias y un abrazo
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