No sé qué os puede pasar por la cabeza al escuchar la palabra Excalibur, pero en mi caso es pensar en el rey Arturo y los caballeros de la Mesa Redonda. Hace menos de un mes una chavala, en el lugar donde trabajo, me dijo que también era el nombre de un libro que volvía loca de remate a la gente que se lo había leído.
No soy precisamente de creer en esta clase de historias que parecen sacadas de una leyenda urbana y que, con el paso de los años, se van transmitiendo de generación en generación convirtiéndose en una especie de mito.
¿Cómo un ser humano va a ser capaz de escribir algo que al ser leído por otros, terminan siendo obsequiados con un billete de ida al manicomio más próximo? Si alguien tuviera ese poder en sus manos, supongo que su propio escrito le hubiera afectado mientras lo redactaba, que en caso de tener editor dicha obra también se hubiera quedado "cucú" y tras ver estos hechos, ninguna editorial lo hubiera publicado.
Y, yendo más lejos, si se hubiese publicado y provocase dichos efectos en el lector, estaría fuera de circulación en poco tiempo y con el paso de los años lo único que quedaría factible de la obra sería el título de la misma.
Pues bueno, obras que hablan sobre este libro todavía se puede comprar e incluso descargar gratuitamente en formato PDF por internet... ¿qué sentido tiene esta historia en caso de ser veraz?, ¿por qué no lo han sacado de circulación en todas estas décadas?
Ante la insistencia de la chavala en el hecho de sumergirme en el tema y mi propia curiosidad, que menos que intentar sacaros y sacarme de muchas dudas con respecto a esta obra a la que le precede tan mala fama.
1. ¿QUIÉN FUE L. RON HUBBARD?
HUBBARD EN 1950 |
Lafayette Ron Hubbard, nació el 13 de marzo de 1911 en Tilden (Nebraska), aunque pasó gran parte de su infancia en Helena (Montana). Fue el único hijo de la pareja formada entre la profesora Ledora May y el por entonces oficial de la Marina de los Estados Unidos, Harry Ross Hubbard, al que destinaron a Helena tras un breve paso por Kalispell, ambas localidades situadas en el mismo estado antes mencionado.
En 1917, su padre fue enviado a la Primera Guerra Mundial y su madre hizo de secretaria estatal durante el siguiente trienio. Después de reunirse de nuevo, Harry fue destinado a diferentes lugares los siguientes años, varios de ellos en ultramar llevándose a su familia con él, hasta que Ron empezó la secundaria en el Instituto de Brementon (Washington) en 1925, marchándose a Guam (Islas Marianas) sus padres y quedándose a cargo de él sus abuelos.
En 1927, tras seis semanas visitando a sus padres en diferentes puertos de China, volvió a Estados Unidos a acabar la secundaria en un instituto de Helena, donde fue encargado de cubrir noticias en el periódico del mismo.
Su destino al acabar la secundaria era entrar en la Academia Naval, pero en el primer intento suspendió el examen y en el segundo fue descartado por miopía. Así que en 1930, ingresó en la Universidad George Washington cursando Ingeniería Civil, como le propuso su padre, pero debido a sus malas calificaciones, decidió enrolarse como explorador con la idea de grabar las fortalezas españolas a lo largo del Caribe en un proyecto financiado por su padre en 1932. Muchos de los tripulantes dimitieron antes de zarpar y las condiciones climatológicas hicieron que el barco se alejara de Las Bermudas, así que la cosa acabó mal, sin película y debiendo indemnizar a la tripulación por su toma de decisiones, decidió volver a la Universidad pero no lo admitieron.
En 1933 se casó y se puso a trabajar, encontrando su hueco como escritor de revistas Pulp (especializadas en ciencia ficción) convirtiéndose pronto en un prolífico autor. En 1937 escribiría su primera novela completa fue un western titulado "Brigada Buckskin", a la que siguieron otras tantas en muy corto periodo de tiempo llegando a escribir más de 100.000 palabras al mes en su máximo apogeo. También se hizo guionista de cine en ese tiempo debutando con "El secreto de la Isla del Tesoro" (1938), una serie largometraje producida por Columbia Pictures.
Debido a ese cúmulo de trabajo, pasó gran tiempo en una habitación de hotel en Nueva York lejos de su mujer e hijos, donde además de escribir, pasaba el tiempo con otras mujeres.
Durante 1938 tuvo que ser operado de urgencia, y durante el proceso, en pleno quirófano estuvo muerto durante ocho minutos. Esa experiencia tan cercana con la muerte le cambió la vida y fue entonces cuando escribió "Excalibur", si bien la autoría del mismo los primeros años fue dudosa pues no llegó a publicarlo ni a firmarlo con su nombre.
Además de escribir un libro tan controvertido, creyó que era buen momento para retomar viejas metas en las que había fallado anteriormente en su vida, volviendo a hacer expediciones a diferentes lugares del mundo y grabarlas y retornando su ambición de entrar en la Marina de los Estados Unidos, la cual perduró hasta 1946, dándose cuenta que su temperamento e idiosincrasia no cuajaban con dicha institución volviendo a su trabajo de escritor, periodo donde publica "Dianética" sobre la cual posteriormente se fundó la Iglesia de la Cienciología. Para entonces Mary Sue tuvo tres hijos más, entre ellos Geoffrey Quentin McCaully.
Sobre esta base sustentó su trabajo hasta 1967, donde volvió a la vida marítima como Comodoro de la Organización del Mar después de varios problemas psiquiátricos. En 1970 desapareció de la faz de la tierra tras estar en búsqueda en Francia por la investigación de varios asuntos turbios de estafas de la Iglesia de la Cienciología.
Durante 1975 se instaló en varios sitios de Florida y un año después en Washington y California, sin tener residencia fija por el tema de sus estafas internacionales, fue allí cuando diversos problemas personales empezaron con su declive físico hasta su muerte en 1986.
El mayor de ellos fue no aprobar la homosexualidad de su hijo Quentin, Howard era homofóbico y la propia Cienciología estaba en contra de las parejas del mismo sexo. Una de las muchas discusiones entre padre e hijo acabó con el intento de suicidio de este último, quedando en coma y falleciendo dos semanas después provocando una furia inusitada en Ron que provocó un gran deterioro en su salud mental.
Su mujer dos años más tarde fue detenida por conspiración
y metida en la cárcel junto a 10 cienciólogos más. En ese mismo año, en 1978, salió
en Francia la sentencia de su estafa en dicho país, condenándolo a una multa de
35.000 francos y cuatro años de prisión, desapareciendo de nuevo tras la sentencia
y viviendo desde entonces en una caravana llamada Blue Bird que fue recorriendo los Estados
Unidos, hasta que una pancreatitis, sus problemas de salud mental y otros tantos
físicos crónicos acabaron con él en su rancho californiano, siendo según el Récord Guiness el autor con mayor
número de obras publicadas en la historia.
2. LA DIANÉTICA
DE "LOCO" A PSICÓLOGO |
Centrémonos en cómo estaba Howard poco antes de escribir el libro con un párrafo de su puño y letra de 1947: "Después de intentar y fallar dos años para recobrar mi equilibrio en la vida civil, soy completamente incapaz de abordar algo como mi propia competencia. Mi último médico me informó que podría ser muy útil si me examinaran y quizás me trataran psiquiátricamente o incluso con un psicoanalista. Hacia el final de mi servicio evité por orgullo cualquier examen mental, esperando que el tiempo equilibrara una mente que tenía muchas razones para suponer que estaba seriamente afectada. No puedo explicarme ni levantarme durante largos períodos de mal humor e inclinaciones suicidas, y recientemente me he dado cuenta de que primero debo triunfar por encima de esto antes de poder esperar rehabilitarme. No puedo, yo mismo, pagar ese tratamiento. ¿Podrían ayudarme por favor?".
Un año antes se vio obligado a dejar la Marina y pese a sus ahorros como escritor, su sueño de tener la misma vida que su padre le había dejado casi en la ruina, viviendo de las ayudas proporcionadas como veterano militar y en 1948 estuvo en Savannah (Georgia), "trabajando como voluntario" en una clínica de psiquiatría, aunque las malas lenguas y ese párrafo que acabamos de leer, nos hace pensar que fue un interno más de aquel lugar y no un ayudante.
Con esos antecedentes y volcado en escribir en esa etapa libros sobre psicología, publica en 1950 "Dianética: la ciencia moderna de la salud mental". El término Dianética proviene del griego dia (a través) y nous (mente o alma): "lo que el alma le hace al cuerpo a través de la mente".
Así creó un sistema pseudo psicoterapeuta que mezclaba su experiencia personal con principios básicos de la filosofía oriental y el psicoanálisis de Sigmund Freud. Una metodología que sirve para aliviar sensaciones y emociones no deseadas, miedos irracionales y enfermedades psicosomáticas, producidas o agravadas por el estrés mental.
Hubbard se vendió tan bien como psicólogo que en abril de ese mismo año inauguró junto a su socio John W. Campbell, otro escritor de ciencia ficción, la Fundación de Investigación de la Dianética de Hubbard y quiso que en septiembre la Asociación Estadounidense de Psicología diera validez científica a su terapia, cosa que no sucedió.
En 1951 publica "Dianética: la tesis original", basado en los manuscritos de dicho sistema que estuvo escribiendo entre 1947 y 1950. Además su fundación fue denunciada por el Consejo de Examinadores Médicos de New Jersey por intentar ejercer la medicina sin licencia.
Al ver que su obra iba a tener problemas por la rama psicológica y médica, decidió reconvertirlo en algo más subjetivo desde el punto de vista legal como es la religión, así la Dianética dió paso en 1952 a la Cienciología.
Me parece fascinante que en 1994, de forma póstuma, recibiese el Premio Nobel de Literatura "por su obra Dianética, resultando altamente beneficiosa para la Humanidad. o al menos para una pequeña parte de la misma".
3. LA CIENCIOLOGÍA
LA CRUZ Y XENU |
La idea era lucrativa y tenía muchos seguidores, pero la ley estaba de parte de los psicólogos y los médicos, era hora de enfocarla desde otro punto de vista.
Aunque atribuyen el propio nombre de Cienciología a nuestro protagonista, en verdad lo tomó prestado del filólogo Alan Upward que en el 1907 lo acuñó como un sinónimo de pseudociencia.
Crear una religión de la nada y que triunfe a partir de las ventas de su libro sagrado es una jugada maestra, pero sustentarla en el tiempo hasta nuestros días, la convierte en algo sublime.
Por lo pronto L. Ron Hubbard pasó el resto de su vida (1952-1986) dándole forma y reglas a dicha religión y patrocinándola a nivel mundial para que el beneficio económico fuera mucho mayor que estando acotada a los límites norteamericanos:
- Cada persona es un ser espiritual inmortal (Thetan) que posee mente y cuerpo, dedicados en vida a una educación, conocimiento, mejora espiritual y ética continua que les permite ser mejores como individuos.
- Para conseguir un estado de vivir exitoso, existen tres fundamentos esenciales: Afinidad, Realidad y Comunicación (triángulo ARC) que sumados equivalen al entendimiento.
- La mente humana consta de dos partes: la mente analítica (parte positiva, racional y calculadora) y la mente reactiva (base de estímulos y respuestas y que supone la raíz de la angustia vital y todo lo negativo que surge del ser humano).
- La Cienciología cree en un mundo sin guerras, crímenes, ni locura, donde la gente buena tiene la libertad para alcanzar sus metas. Tiene entre sus protagonistas la figura del auditor, una especie de guía que aconseja a los fieles para que se comprendan mejor a sí mismos, enseñándoles a solucionar los problemas que les preocupen en esa lucha constante entre la mente analítica superponiéndose a la reactiva y lo malo que ésta conlleve.
- Creen que hace 75 millones de años un extraterrestre llamado Xenu, dictador de la confederación galáctica, trajo a nuestro planeta a miles de millones de personas a través de naves espaciales y los aniquiló con bombas de hidrógeno que hizo explotar dentro de volcanes. Las almas de este grandioso genocidio se unieron a los cuerpos de los vivos creando en ellos caos y estragos que perduran en la actualidad.
Hoy en día ésta es considerada como religión en Estados Unidos, Reino Unido, Venezuela, Sudáfrica, Suecia y Australia. Se estima que hay unos 200.000 cienciólogos en el mundo y que al menos la mitad de ellos se encuentran en Estados Unidos, siendo 63 verdaderas celebridades como los actores Tom Cruise, Oliver Stone, Dustin Hoffman, Mario Puzo, Aaron Spelling, John Travolta o Juliette Lewis.
Si me preguntáis que pienso sobre ello, es que fue el plan de pensiones perfecto para un escritor prolífico que en ese momento de su vida estaba arruinado. Es verdad que le creó problemas a nivel mundial, y que tanto su mujer como él acabaron en la cárcel por ello, pero le permitió seguir con sus expediciones marítimas, retirarse sus últimos años a un rancho multimillonario de California tras vagar con una grandiosa caravana previamente por todo EE.UU. y de paso, reírse de los seguidores de esta secta (que aportaron y aportan mucho dinero a la misma) vendiéndoles, como buen escritor de ciencia ficción, la idea de un extraterrestre dictador que convirtió a sus víctimas en futuros seres atormentados y malos.
- ¡Buah, pedazo chapa que llevas y aún no has hablado del libro en cuestión!. Menudo clickbait te estás montando, ¿no?. Vale, lo entiendo, pero quería poneros en contexto para comprender que L. Ron Hubbard fue un escritor de ciencia ficción que se aprovechó económicamente de sus lectores cuando estos empezaron a ver algo real en sus libros. Sabiendo eso podemos meternos de lleno en el tema Excalibur...
4. EXCALIBUR, EL LIBRO MALDITO
¿SERÁ ÉSTA SU PORTADA? |
No quiero entrar ya en esa parte de la leyenda que dice que Hubbard fue herido en combate por los japoneses durante la Segunda Guerra Mundial y que su intervención quirúrgica se debió a ello... Sólo hay que estudiar historia para saber que esa guerra fue de 1939 a 1945, acabándose tres años antes de la operación del escritor.
Según él lo relata todo fue así: "Todo comenzó con una operación: me dieron gas como anestesia, y mientras estaba bajo sus efectos, mi corazón debió dejar de latir, pues con terror supe que me deslizaba a través de la Cortina y me adentraba en la tierra de las sombras. Era como bajar deslizándose atropelladamente hacia el interior de un torbellino de color escarlata, y saber que uno estaba muriéndose y que el proceso de morir distaba mucho de ser placentero. Durante mucho tiempo después supe que “La muerte está a ocho pulgadas por debajo de la vida”. Trepar para volver a salir del cono fue un trabajo terrible, porque algo no quería dejarme atravesar el muro para regresar, y entonces, cuando yo deseé mi salida, la determiné contra toda oposición. Y algo empezó a gritar: “¡No dejen que él lo sepa!”; y luego más débilmente: “No dejen que él lo sepa”. A pesar de estar trastornado en extremo, me encontraba bastante racional cuando me recuperé. La gente a mi alrededor parecía asustada, más asustada de lo que yo estaba. Yo no pensaba en lo que me acababa de pasar tanto como en lo que sabía. Todavía no había regresado completamente a la vida. Aún estaba en contacto con algo. Y en ese estado permanecí durante algunos días: todo el tiempo dándole vueltas en la cabeza a lo que sabía. Estaba claro que si tan sólo pudiera recordar, tendría el secreto de la vida. Esto, en sí, era suficiente para volverse loco: tan ilusoria era esa información que simplemente estaba fuera del alcance. Y entonces una mañana, tan pronto me desperté, me vino. Me bajé de mi elevada litera marinera, y me dirigí hacia mi máquina de escribir. Y empecé a escribir furiosamente ese secreto; y cuando ya había escrito diez mil palabras, entonces lo supe aun más claramente: destruí las diez mil y empecé a escribir de nuevo".
Después está el mito que una vez escrito se lo dejó
leer a varias personas de su círculo cercano y éstas acabaron mal
psicológicamente, incluso más de una tuvo que visitar el manicomio. Por esta razón, su propio autor nunca quiso que lo publicasen.
Del libro, como tal, sólo nos consta un breve cuento que, quizás, de inicio al mismo:
"Erase una vez, según un escritor de Las mil y una noches, que existió un anciano muy sabio (y sabio debió de haber sido) que dedicó su vida a la labor de reunir toda la sabiduría del mundo. Escribió un volumen enorme y erudito en el que detallaba todo lo que había encontrado; y, al final, se arrellanó satisfecho de una labor bien hecha. Enseguida, la idea de que había escrito demasiado disipó su satisfacción. Así que se sentó otros diez años para reducir el volumen original a una décima parte de su tamaño. Cuando hubo terminado, de nuevo se consideró satisfecho; pero de nuevo descubrió que estaba equivocado. Con minuciosa precisión, redujo esta segunda obra a una sola página. Pasaron otros diez años y el anciano filósofo se hizo más sabio aún. Tomó aquella sola página y la redujo a una sola y única línea que contenía todo lo que había por saberse. Al cabo de una década, el viejo escritor se encontraba cerca de la muerte. Había colocado esa extraordinaria línea en un nicho en la pared para guardarla en un lugar seguro, con la intención de hablarle a su hijo acerca de ella. Pero ahora cambió de parecer una vez más. Hasta esa línea hizo pedazos. Suponga que toda la sabiduría del mundo se redujera exclusivamente a una sola línea: imagine que esa única línea se escribiera hoy en día y se le entregara a usted. Con ella podría comprender la base de toda vida y de todo empeño: el amor, la política, la guerra, la amistad, la criminalidad, la demencia, la historia, los negocios, la religión, los reyes, los gatos, la sociedad, el arte, la mitología, sus hijos, el comunismo, los banqueros, los marineros, los tigres y un sinfín de cosas más. Es más: imagine que esta línea única pudiera decirle todo acerca de sí mismo; que pudiera resolver todos sus problemas y apaciguar todas sus inquietudes. Si toda la sabiduría del mundo se pudiera comprimir en una sola línea, sin duda alguna haría todas estas cosas y más. Existe una línea, invocada a partir de un maremágnum de hechos, que se ha hecho asequible como unidad integrada para explicar esas cosas. Esta línea es la filosofía de la filosofía, que lleva así el tema completo de vuelta a la verdad simple y humilde. Toda la vida está dirigida por una orden y únicamente una orden: ¡SOBREVIVE!"
Cualquier persona que diga tener el libro, haberlo leído o conocer a una persona que quedó trastornada después de leerlo, seguramente mienta a menos que sea cienciólogo, que ya de por si doy por hecho que estaba loco antes de la lectura.
Como no se ha publicado en ningún momento y no hay acceso a él, simplemente encontraremos libros que hablan sobre ello o páginas web que consideran los graves trastornos psicológicos que puedes sufrir si lo lees...
También se comenta que hay gente que tiene acceso a
ese libro, algunos miembros importantes de la iglesia de la Cienciología y, por
tanto, su lectura sólo corresponde a gente muy privilegiada capaces de entender
lo que los pensamientos que ofrecía el creador de su religión, vamos, quien pueda pagar una importante suma de dinero a la causa por unos minutos a solas con el libro. En 1950 se hizo una encuadernación del libro con tapas en oro y con una cerradura y la Iglesia de la Cienciología dejaba a ciertas personas leerlo durante cinco minutos a cambio de mil dólares de la época equivalentes a casi 16.000 actuales; hoy en día se sabe que se sigue realizando dicha práctica, pero se desconoce la tarifa de la misma.
Llegados a este punto, podemos poner en duda si el libro "Excalibur" es lo que dice ser o es una simple leyenda más sobre la vida y obra de L. Ron Hubbard (se habla de una hipotética carta de Hubbard a su esposa diciéndole que no puede publicarlo porque sería su ruina económica y que la obra, al no ser entendida, acabría con su carrera). En caso de creer que aún existe, poca gente tiene acceso a dicha obra y su lectura no les ha provocado algún grado de demencia, simplemente ya estaban así para llegar a poder leerlo y pagarlo, por tanto, podemos poner en duda que provoque locura... Y ya, si llegamos a última instancia, y creemos el mito que dice que "los primeros lectores perdieron la cordura", no tenemos ninguna constancia histórica que así fuese, más allá del creador que hay detrás de la obra, cuya filosofía de vida siempre fue, según sus propias palabras: "Dinero, dinero, dinero. Haz que te lo den, consíguelo. Sea como sea, haz dinero".
5. LOS COMENTARIOS QUE DAN LUGAR AL MITO
- Lafayette Ron Hubbard, autor del libro: "De las primeras 15 personas que lo leyeron, cuatro acabaron en un hospital psiquiátrico..." . "Excalibur es un compendio que todas y cada una de las claves que darían respuestas a los enigmas que siempre han convivido con el ser humano: ¿quiénes somos realmente? ¿de dónde venimos? ¿a dónde vamos? ¿existe un Dios? ¿cuándo comenzó el mundo? Sin lugar a dudas, se trata de una obra que comprende en sus líneas un saber muy cercano al absoluto, al todo."
- Forrest J. Ackerman, escritor de ciencia ficción coetáneo de Hubbard y posteriormente su agente literario, tras hablar con él sobre el tema: "Me dijo que cuando compraron el manuscrito, la gente que lo leyó se volvió loca o se suicidó. La última vez que se lo mostró a un editor, él estaba sentado en una oficina esperando que un lector le diera su opinión. El lector entró en la oficina, tiró el manuscrito en el escritorio y luego se arrojó por la ventana. El dijo que fue en una bóveda de un banco y que iba a permanecer allí. Creo que fue muy sincero. Parecía un hombre que había visto a muchas personas volverse loca o suicidarse, que había suficiente sobre su conciencia ya. Nunca llegué a ver el manuscrito o a mostrárselo a algún editor. De hecho, nunca me encontré con alguien que dijera que lo había visto."
- Arthur J. Burks, escritor amigo de Hubbard y presidente de la Agrupación de Ciencia Ficción Estadounidense, que leyó el libro en 1938: "Me dijo que iba a revolucionar todo: el mundo, las actitudes de las personas entre sí. Pensó que tendría un mayor impacto sobre la gente de la Biblia. Recuerdo que tenía alrededor de setenta mil palabras de largo y comenzaba con una fábula sobre un rey que reunió a todos los sabios y les ordenó que le trajeran toda la sabiduría del mundo en quinientos libros. Luego les dijo que fueran y condensaran la información en un centenar de libros. Cuando habían hecho eso, quiso que la sabiduría fuera reducida a un solo libro, y finalmente una sola palabra. Esa palabra era "sobrevivir"."
- Jacques Bergier, ingeniero químico, alquimista, espía, periodista y escritor francés: "Todos los amigos de Hubbard que lo leyeron, haciendo de cobayas, cayeron en la locura. Esto ha provocado que Excalibur sea la única obra de Cienciología que no es pública. Pocos son, por tanto, los que realmente conocen las experiencias de su fundador, aunque viendo los resultados psíquicos que afrontan quienes las leen, deben ser de sumo interés. Este libro no es el único que ha tenido la capacidad de volver loco a sus lectores. A mediados del siglo XIX, Berbiguer de Terre plasmó en un manuscrito sus experiencias tras haber sido objeto de una terrible maldición. Su obra, que llevaba el titulo de Los duendes o todos los demonios no son del otro mundo, provocaba trastornos mentales a todo aquel que se atreviera a leerla."
- Gerry Armstrong, persona de confianza dentro del organigrama de la Iglesia de la Cienciología al que se le encarga en 1980 ordenar y hacer un inventario de las obras del escritor: "Existen tres copias manuscritas de Excalibur entre sus archivos".
6. EL SUPUESTO EXCALIBUR EN PDF QUE CIRCULA POR INTERNET
LA PORTADA DEL PANFLETO |
En realidad, seguimos recalcando que el libro nunca fue publicado, no existe en librerías y que, como mucho, queda el/los ejemplar/es que veneran en las diferentes Iglesias de la Cienciología que se pueden leer durante escasos minutos a cambio de una buena cantidad de pasta...
Si no me creéis, ya sabes lo que tenéis que hacer, buscadlo por internet o en librerias, lo único que os aparecerá es esta recopilación de la vida y obra del escritor que se dedicó a repartir para captar adeptos su propia religión entre 1997 y 2004 y que, ingeniosamente titularon "Excalibur" sabiendo la curiosidad que podría provocar. La tapa delantera de la misma es la queos pongo de imagen en este punto, sacada de un fotograma de la película homónima de John Boorman de 1981.
Si queréis leerlo, simplemente le dais al descargar y descubriréis que su contenido, más allá de recalcar "lo fascinante que fue L. Ron Hubbard", no tiene nada que os vuelva majaras: DESCARGAR
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