La mente humana es un increíble lugar que cuantos más viajes haces, seguramente más te sorprende. No sabemos a ciencia cierta dónde están sus límites y creemos conocer bastantes cosas sobre ella, cuando en realidad desconocemos muchísimas más.
Una de las cosas más increíbles que tenemos es la capacidad de autosugestión que tenemos, la mayoría de las veces en sentido positivo, haciéndonos creer que somos capaces de superar nuestros propios retos, subsanar nuestras debilidades o demostrarnos que sabremos tirar hacia delante cuando vienen mal dadas, y otras en sentido negativo, poniéndonos nuestras propias barreras, limitando nuestras capacidades y sacando lo peor de nosotros.
Pero incluso la sugestión es relativa y por consiguiente variable, pudiendo cambiar en un momento de lado de la balanza en un corto periodo de tiempo, por lo que nos hemos propuesto creer firmemente en esos inputs que vienen de nuestra cabeza.
Son solo eso, inputs, que depende como nos los tomemos pueden ser mejores o peores que nosotros y en nuestra cabeza está alimentarlos o matarlos de hambre, por eso se me hacen tan increíbles los efectos placebos y nocebos que somos capaces de crear y creer de forma tan desmesurada que, a en la mayoría de las ocasiones, nos olvidamos de la variabilidad y nos centramos en ellos como si fuera una verdad absoluta incontestable.
Creer en los que sabemos que no es ni se va a dar, ¿es un símbolo de fuerza mental o de la locura más absoluta? sea como fuere, esa pregunta me ha llevado a realizar el siguiente post. Espero que lo disfrutéis.