La magia es el arte del ilusionismo consistente en la habilidad de crear trucos que dan la ilusión de manipular objetos, situaciones o personas de forma que la lógica no puede llegar a entender.
Al menos, esa es su definición en la actualidad, pero su origen puede estar en la palabra griega “Mageia”, traducida como cualidad de lo sobrenatural o en la palabra derivada del sanscrito “Maga” (Ilusión).
Desde que existen pequeñas sociedades de seres humanos en el mundo, siempre han tenido entre sus filas un hechicero, un chamán o una especie de brujo capaz de sanarles, de profetizar el futuro y de hacer las propias veces de sabio de las tribus, pues el resto creían en su palabra al 100%.
Hoy en día los magos simplemente son ilusionistas que, aun sabiendo que hay un truco detrás nos hacen preguntar en todo momento cómo lo habrán hecho. Quizás hemos perdido por el camino la fe en ellos y la magia tal y como la entendían nuestros antepasados se ha quedado en los libros, juegos de rol y las películas de ciencia ficción inspirados en otros tiempos u otros mundos.
Sea como fuere, durante bastantes siglos ha sido fuente de inspiración y fe de mucha gente para poder salir adelante en los peores momentos, seguramente sólo el hecho de creerse bendecidos por las palabras del brujo de la tribu haya hecho que ganaran batallas imposibles o tuvieran ciertos empujoncitos en su vida que no se hubieran dado sin consultarles previamente.
También sin la existencia de esa gente, no hubiéramos avanzado tanto en medicina, conociendo muchos de los remedios naturales para sanarnos de nuestras lesiones o enfermedades. Así que, fueran ciertos o no sus poderes, su función dentro de la sociedad fue muy importante.