Vamos con el segundo post de la trilogía LAS FORMAS MÁS EXTRAÑAS DE MORIR (si no has leído la primera parte, ya estás tardando en darle al enlace para ver la lista del 50 al 34)
Seguramente si a vosotros os dan la lista que me pasaron y tenéis que hacer una criba de una de cada cuatros historias que allí se cuentan, os quedaría medio centenar posiblemente muy diferente a mi gusto y ya para rematarlo a la hora de ordenarlo todo, os pasaría como a mí, demasiada información y un orden muy subjetivo que se diferiría bastante si volviésemos a repetir el experimento meses después.
A parte de eso sigo diciendo que no voy a meter fotografías de lo ocurrido, y he eliminado muchos casos por la edad de los fallecidos, quiero que el morbo de estas entradas resida en la historia de su muerte y no en los personajes de los que, sobre todo en los contemporáneos, omito la mayoría de detalles de su vida, salvo nombre, edad y fecha del suceso para quien quiera se informe fuera del post quien fue esa persona, ese ya no es mi problema.
También he intentado huir del humor o de las opiniones personales dentro de lo ocurrido, intentándolo redactar con la mayor seriedad y lejanía posible, ya que entiendo que si esto nos ocurriese con alguien cercano, me encantaría que informaran y no especularan.
Otros puntos a destacar es que los fallecidos hace siglos, en algunos casos de cómo relatan su muerte, es pura especulación o leyenda, pero no por ello dejan de ser una gran historia la cual está recogida en los libros y si no he conseguido ampliar la información que viene en la lista originaria, he descartado esas muertes para los posts, porque me he dado cuenta que él cómo pasó puede diferir bastante del resumen que ese hace en ella y ponerlo sin contrastar puede cambiar mucho el cómo fallecieron.
El preludio del post esta vez es un dicho anónimo: "La muerte está tan segura de su victoria que nos da toda una vida de ventaja".