"Las emociones son reacciones psicofisiológicas que representan modos de adaptación del individuo cuando percibe un objeto, persona, lugar, suceso o recuerdo importante. Psicológicamente, las emociones alteran la atención, hacen subir de rango ciertas conductas guía de respuestas del individuo y activan redes asociativas relevantes en la memoria."
Hoy nos toca hablar de emociones, sentimientos y esas maneras de sentir o expresar que tiene el ser humano. No, no estoy en modo ñoño, más bien combativo tras un año y pico sufriendo en el ámbito laboral y empezando a levantar cabeza de una manera que nunca hubiera sido de mis primeras elecciones y espero que, cada día, menos gente deba recurrir a ella, pero dejémosla como el modo más eficaz que mi sonrisa en este tema vuelva a relucir.
Y no, ahora mismo no veo la luz al final del túnel, pero empiezas a tener esperanza porque las cosas, aunque aún el camino sea pedregoso, comienzan a encajar y a tener sentido hacia la dirección adecuada.
Siempre me he definido como una persona mucho más emocional que pensativa, pero eso no es un indicio de ser alguien que muestre mis sentimientos, más bien que reacciono o empatizo con lo que ocurre alrededor. No suelo sonreír mucho, por ende no me considero un individuo alegre, tampoco es fácil verme llorar por lo tanto tampoco me considero triste, si bien alguien cercano está alegre, me transmitirá esa alegría y si alguien llora, acudiré al momento para intentar secar sus lágrimas.
Ahora bien, siempre me he considerado una persona fuerte mentalmente para superar momentos de presión o difíciles y si alguien me puede hacer daño pienso que es porque esa persona en verdad me importa.
No ha sido el caso este año, por ello este post va a ser una catarsis, un querer saber me ha pasado, porque he aguantado cosas que no debía sin pararlas a tiempo y como un problema que debería desmenuzar, procesar y digerir se ha convertido en algo tan sumamente poderoso que me ha hecho pasar momentos verdaderamente difíciles.