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16 noviembre 2022

DE EMOCIONES Y SENTIMIENTOS...

"Las emociones son reacciones psicofisiológicas que representan modos de adaptación del individuo cuando percibe un objeto, persona, lugar, suceso o recuerdo importante. Psicológicamente, las emociones alteran la atención, hacen subir de rango ciertas conductas guía de respuestas del individuo y activan redes asociativas relevantes en la memoria."

Hoy nos toca hablar de emociones, sentimientos y esas maneras de sentir o expresar que tiene el ser humano. No, no estoy en modo ñoño, más bien combativo tras un año y pico sufriendo en el ámbito laboral y empezando a levantar cabeza de una manera que nunca hubiera sido de mis primeras elecciones y espero que, cada día, menos gente deba recurrir a ella, pero dejémosla como el modo más eficaz que mi sonrisa en este tema vuelva a relucir.

Y no, ahora mismo no veo la luz al final del túnel, pero empiezas a tener esperanza porque las cosas, aunque aún el camino sea pedregoso, comienzan a encajar y a tener sentido hacia la dirección adecuada.

Siempre me he definido como una persona mucho más emocional que pensativa, pero eso no es un indicio de ser alguien que muestre mis sentimientos, más bien que reacciono o empatizo con lo que ocurre alrededor. No suelo sonreír mucho, por ende no me considero un individuo alegre, tampoco es fácil verme llorar por lo tanto tampoco me considero triste, si bien alguien cercano está alegre, me transmitirá esa alegría y si alguien llora, acudiré al momento para intentar secar sus lágrimas.

Ahora bien, siempre me he considerado una persona fuerte mentalmente para superar momentos de presión o difíciles y si alguien me puede hacer daño pienso que es porque esa persona en verdad me importa.

No ha sido el caso este año, por ello este post va a ser una catarsis, un querer saber me ha pasado, porque he aguantado cosas que no debía sin pararlas a tiempo y como un problema que debería desmenuzar, procesar y digerir se ha convertido en algo tan sumamente poderoso que me ha hecho pasar momentos verdaderamente difíciles.

1. LA CLASIFICACIÓN DE LAS EMOCIONES

PAUL EKMAN
Si os pidiera que imaginarais el origen de la idea de la clasificación de las emociones, seguramente pensaríais en algo parecido al origen de la CLASIFICACIÓN DE PERSONALIDADES del cuál hablamos hace unas semanas.

No, ésta clasificación es mucho más original, si bien hay que meter en la ecuación también a un psicólogo: el doctor en ciencias históricas, antropólogo, sociólogo, profesor universitario y publicista estadounidense Paul Ekman.

En medio de uno de sus exóticos viajes, estuvo en 1972 en Papúa Nueva Guinea y se quedó fascinado con los miembros de una tribu aislada de las islas Trobriand que siguen estancados en la Edad de Piedra. Puede que esta tribu no sea interesante para la mayoría de personas que puedan acceder a ellos, pecarían de aburridos y rudimentarios, pero Ekman se fijó en su capacidad de identificar en un alto grado de fiabilidad las expresiones emocionales de personas fotografiadas de otro tipo de culturas con las que ellos no estaban familiarizados.

En un primer estudio se le pidió a un grupo de adolescentes españoles y de estas islas de Oceanía que atribuyeran emociones a un conjunto de fotos previamente identificadas en estudios de Psicología. Ambos grupos tuvieron ciertos problemas al identificarlas, siendo la más acertada la felicidad al ver personas sonriendo, pero los del primer mundo fallaron en emociones como la de una persona con el ceño fruncido y los trobriandeses no llegaban a comprender las emociones donde las personas ponían caras neutras.

El segundo estudio los isleños consiguieron acertar emociones complicadas como que los ojos muy abiertos y los labios entreabiertos, significa en la cultura occidental "miedo o sumisión" y llegaron también a resolver cual era la cara que se mostraba "más amenazante", mientras que los españoles eligieron una fotografía con el ceño fruncido, recalcando su error, ya que este gesto indica enfado, no el hecho de atemorizar a la otra persona.

De este estudio se consiguieron sacar bastantes conclusiones, siendo dos muy importantes el hecho que una sociedad humana primitiva tiene más inteligencia emocional que los jóvenes del primer mundo en ese momento ya que algunas expresiones son básicas o biológicamente universales en los humanos y sirvió a Paul para crear una lista con las emociones básicas del ser humano: alegría, ira, miedo, asco, sorpresa y tristeza.

Dieciocho años más tarde, en 1990, Ekman amplió esta lista incluyendo un número más amplio de emociones positivas y negativas, aunque no todas están codificadas por los músculos faciales: alivio, bochorno, complacencia o contento, culpa, diversión, desprecio o desdén, entusiasmo o excitación, felicidad, ira o rabia, miedo o temor, tristeza, orgullo o soberbia, placer sensorial, repugnancia o repulsa o asco o repulsión, satisfacción, sorpresa y vergüenza. 

2. DEFINIENDO LAS EMOCIONES MÁS BÁSICAS

ALEGRÍA: del latín alicer o alecris es una emoción amistosa o una sensación de satisfacción, felicidad o placer de duración limitada.

En la filosofía de la Antigua Grecia era casi un sinónimo de delirio o locura transitoria que suponía un flujo transformador y energizante en el individuo cuando estaba entusiasmado por algo. Por otro lado los romanos la definían de una manera más adecuada a nuestros tiempos: "es un estado del alma que, confrontado con la posesión de un bien, no pierde su serenidad".

IRA: Cólera, enfado, enojo o furia. Procede del latín, escrita de igual forma y con significado de cólera o enojo. Es un patrón de comportamiento que el cuerpo humano utiliza para advertir a agresores para que paren su comportamiento amenazante. Difícilmente ocurre una pelea física sin que antes al menos uno de los contendientes tenga  una expresión de ira. No es malo tener ira en ciertos momentos, como hemos visto es un mecanismo de defensa, otra cosa es que seas una persona fácilmente irritable que la usa de manera equivocada porque ésta termina con la capacidad objetiva de la misma y consigue que pierda el control por cualquier motivo.

MIEDO: es una emoción desagradable provocada por la percepción de un peligro, real o supuesto, presente, futuro o incluso pasado. Deriva de la aversión natural al riesgo o la amenaza, que se manifiesta en todos los animales, lo que incluye al ser humano estando relacionado con la ansiedad y su máxima expresión es el terror. Como la ira es un mecanismo de defensa, pero si no lo controlamos perderemos el sentido de la realidad dejándonos que se apodere de nosotros.

ASCO: es una emoción de gran desagrado y disgusto hacia algo, comúnmente pueden ser determinados alimentos, excrementos, materiales orgánicos podridos o sus olores, lo que produce una necesidad a nuestro organismo de expulsar violentamente el contenido del estómago a través de la boca. A diferencia de otras formas de rechazo menores, el asco se expresa mediante violentas reacciones corporales como náuseas, vómitos, sudores o descenso de la presión sanguínea.

SORPRESA: un breve estado mental y fisiológico de alteración emocional, una respuesta de sobresalto experimentada por animales y humanos como resultado de un evento inesperado. Puede tener cualquier valencia (carácter y clasificación de emociones específicas), desde ser neutral/moderado, agradable, desagradable, positivo o negativo. También tiene diferentes niveles de intensidad que van desde muy sorprendido, induciendo una respuesta de lucha o huida , o poco sorprendido provocando una respuesta menos intensa a los estímulos, incluso simplemente un ligero gesto o mueca.

TRISTEZA: viene del latín, tristicia, aunque también era conocida con el helenismo melancolía y estaba considerada una enfermedad psicosomática derivada, en la teoría de los cuatro humores de Hipócrates (sangre, bilis amarilla, flema y bilis negra), siendo el predominio ésta última. El gran médico griego pensaba que la bilis negra que se acumulaba en el bazo de una persona​ solía surgir por diferentes síntomas: falta de apetito, abulia, insomnio, irritabilidad, agitación, abatimientos, todos ellos según él, derivados de la melancolía. Hoy en día ese tipo de melancolía que definía Hipócrates son síntomas de la depresión en la medicina moderna.

3. LA RUEDA DE PLUTCHIK

ROBERT PLUTCHIK
Robert Plutchik fue un profesor emérito del Colegio Seminario Pontificio Menor, profesor adjunto de la Universidad de Florida Sur y psicólogo que creó una rueda de emociones compuesta por ocho emociones básicas: alegría, confianza, miedo, sorpresa, tristeza, aversión, ira y anticipación y sus derivadas dependiendo de la intensidad y la relación entre las mismas, pues las emociones tienen altibajos y raramente se presentas solas.

Por ello, se podían combinar de diferentes maneras, creando sentimientos más complejos, estos son conocidos según su teoría como díadas y son diferenciadas como primarias, secundarias y terciarias.

Otra característica a tener en cuenta es que están distribuidas en el gráfico dependiendo de su grado de similitud y discrepancia, cuanto más relacionadas estén las emociones más cerca estarán una de la otra y cuanto más opuestas sean más lejos. Dichos antagonismos son: 1. Alegría-Tristeza, 2. Anticipación-Sorpresa, 3. Asco-Confianza y 4. Ira-Miedo.

Una vez colocadas las emociones en el tablero adecuadamente, nos tendremos que centrar en la intensidad, en este caso la distribución es en vertical en cada una de ellas. Cuanto más cerca estén del núcleo, más intensas serán las emociones y cuanto más alejadas estén en vertical, menor intensidad.

Sabiendo estas cosas, pasemos a la distribución de las díadas, que en este caso son los círculos que se forman en cada uno de los grados de intensidad:

DÍADA PRIMARIA. El círculo de las emociones básicas en su intensidad máxima, su grado de acercamiento se rige de la siguiente forma: Alegría+Confianza= Amor, Alegría+Anticipación= Optimismo, Confianza+Miedo= Sumisión, Miedo+Sorpresa= Alarma, Sorpresa+Tristeza= Decepción, Tristeza+Asco= Remordimiento, Asco+Ira= Desprecio e Ira+Anticipación= Agresión.

DÍADA SECUNDARIA. Compuesta por las emociones básicas con un grado de separación, lo que supone que haya diferentes combinaciones generando diferentes resultado: Alegría+Miedo= Culpa, Alegría+Ira= Orgullo, Confianza+Sorpresa= Curiosidad, Confianza+Anticipación= Fatalismo, Miedo+Tristeza= Desesperación, Sorpresa+Asco= Incredulidad, Tristeza+Ira= Envidia y Asco+Anticipación=Cinismo.

DÍADA TERCIARIA. Compuesta por las emociones básicas en su intensidad mínima con dos grados de separación, lo que supone que haya diferentes combinaciones generando diferentes resultado: Alegría+Sorpresa= Deleite, Alegría+Asco= Morbosidad, Confianza+Tristeza= Sentimentalismo, Confianza+Ira= Dominación, Miedo+Asco= Vergüenza, Miedo+Anticipación= Ansiedad, Sorpresa+Ira= Indignación y Tristeza+Anticipación= Pesimismo.


4. ¿POR QUÉ SON TAN IMPORTANTES LOS SENTIMIENTOS EN LA VIDA DIARIA?

Las emociones cuando se integran con la razón nos hacen más sabios que cuando utilizamos sólo nuestro intelecto. Son las causantes de jugar un papel central en nuestras vidas: nos informan, nos hacen responder a través de nuestras acciones y gracias a ellas actuamos de manera más precisa. 

Es importante aprender a escucharlas, a tomarlas en cuenta en nuestra toma de decisiones y estilos de afrontar las situaciones. El ser humano es social por naturaleza, y la inteligencia emocional nos prepara justamente para establecer un contacto saludable con las personas y con el entorno que nos rodea. 

Gracias a ello se favorece el contacto de las personas consigo mismas y con los demás, lo que es una base esencial del bienestar y del autodesarrollo.

A nivel personal nos ayuda a tener conversaciones sin tener que herir sentimientos, manejar nuestras propias emociones cuando nos sentimos estresados o abrumados y mejorar las relaciones con las personas que nos importan. Además en el trabajo, por ejemplo, pueden servir para resolver conflictos, entrenar y motivar a otros, colaboración entre compañeros y tener cierta seguridas psicológica dentro de los equipos.

La inteligencia emocional se sustenta en tres habilidades fundamentalmente:
- Conciencia emocional o la capacidad de identificar y nombrar las propias emociones. 
- Capacidad de aprovechar esas emociones y aplicarlas a tareas como pensar y resolver problemas. 
- Capacidad de manejar las emociones, que incluye tanto regular las propias emociones cuando sea necesario como ayudar a otros a hacer lo mismo.

Si aprendemos a mejorar nuestra inteligencia emocional día a día seremos más competentes a la hora de pensar en nuestros sentimientos y tener cierta capacidad de gestionarlos, hacer pausas a la hora de hablar o actuar, controlar mejor nuestros pensamientos, llevar mejor las críticas hacia nuestra persona e incluso beneficiarnos de ellas y, todo ello, dará como resultado ser más auténticos.

También es necesario trabajarla con nuestros semejantes, signo de ello es mostrar empatía, elogiar a los demás, proporcionarles nuestra ayuda y cometarios útiles hacia sus necesidades, trabajar las disculpas, el perdón y el olvido siempre que estos sean posibles, cumplir nuestros compromisos con ellos y, todo ello, a su vez sirve para tabajar mutuamente con esas personas una protección sobre los sabotajes emocionales que podamos dar o recibir. Cuanto más confianza haya con otra persona, más difícil puede ser una traición entre ambos.

5. LA SENSIBILIDAD Y LOS SENTIMIENTOS

ELAINE N. ARON

Las personas altamente sensibles (PAS) tienen un desarrollo del sistema nervioso que les permite percibir sutilezas que el resto de humanos no son capaces, siendo especialmente receptivos y perceptivos a estimulaciones externas.

Sentir con más intensidad que el resto, puede suponer incluso enfermar por ello, pudiendo padecer con más facilidad trastornos de ansiedad, depresión o relacionados con el sistema inmunitario. 

Alrededor del 20% de la población padece de PAS y es importante que la persona conozca si pertenece a este sector, porque se puede confundir fácilmente con susceptibilidad o inestabilidad emocional, siendo importante para ellos conocerlo y aprender a gestionar sus emociones al tener que lidiar con este nivel de sensibilidad diariamente, sin tratar por ello de reprimir emociones, sino saber canalizarlas de forma correcta.

Para poder afrontar de la forma más efectiva el PAS, la persona debe trabajar en cuatro pilares fundamentales según la doctora estadounidense e investigadora de psicología Elaine Nancy Aron:

- Reflexionan de manera profunda sobre la información recibida.

- No controlan la tendencia a sobre-estimularse o saturarse.

- Poseen una fuerte emocionalidad que suele ir ligada a una gran capacidad empática.

- Adquieren una elevada sensibilidad sensorial especialmente ante las sutilezas.

Además de nacer con esta serie de cualidades, suelen tener una importante carga energética que les hace ser susceptibles a los cambios y tener necesidad de mucho contacto físico. Al mostrarse este tipo de cualidades desde su infancia, suele ser importante que los padres o personas allegadas muestren hacia este tipo de personas un apego sano y seguro para que crezcan de manera estable no permitiendo que ello desvíe en inseguridades probablemente más difíciles de trabajar.

A medida de su crecimiento empezarán a desarrollar diferentes características como: ser más empáticas de lo normal,  una gran capacidad sensorial, una gran capacidad para ayudar y buscar soluciones a los problemas, saben percibir mejor los sentimientos y reacciones de otras personas por lo que pueden hacer un análisis más exhaustivo y concreto de cómo es una persona que acaban de conocer, son solidarias y les gusta sentirse útiles para los demás, necesitan momentos de soledad y son altamente creativas.

Como podéis ver, no hay nada malo en pertenecer al grupo de personas con PAS, simplemente deben saber canalizar de forma efectiva esa sobre exposición de sensibilidad y sentimientos. 

6. LA RELACIÓN DIRECTA ENTRE SENTIMIENTOS Y ENFERMEDADES EN LA MEDICINA TRADICIONAL CHINA

La medicina tradicional china fue la primera en encontrar nexos de unión entre la sobre la exposición excesiva a un sentimiento y síntomas de enfermedades. 

Ellos tienen una definición diferente a la que tenemos los occidentales de los llamados "órganos" y creen que sus funciones van directamente ligadas a la energía que llega a los mismos, por ende, si los sentimientos repercuten de forma excesiva emocionalmente estos órganos pueden fallar:

- La alegría está asociada directamente con el corazón, si una persona está alegre, éste funciona mejor pero, si tenemos una exposición excesiva de alegría podría derivar en problemas por un excesivo bombeo del mismo. A su vez, los traumas derivados en el cerebro (depresión, trastornos de ansiedad, etc) también provienen del buen o mal funcionamiento energético del corazón, cosa que tiene sentido, si somos felices es más difícil que nos afecten este tipo de traumas.

- La tristeza disminuye el sistema inmunológico y crea indicios de enfermedades respiratorias y digestivas, pero se ceba directamente con las pulmonares.

- La ira y la frustración crean síntomas que afectan al hígado y a la vesícula biliar y generan tensión muscular. Cuanto más enfadados estemos, más propensos seremos a tener problemas directos derivados del hígado.

- La obsesión afecta los procesos metabólicos y puede empeorar los casos de diabetes y la obesidad.

- El miedo puede afectar a los riñones y generar afecciones a los huesos y a las articulaciones. La salud de los riñones está directamente relacionada con el agua que haya en ellos y parece ser que el miedo es causante de la sequedad en este órgano.

2 comentarios :

  1. Hola Raude, muy interesante el artículo. De manera breve nos muestras un panorama muy amplio y a veces complicado de apreciar. Gracias por compartirlo. Un abrazo 🐾

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    1. Me pareció un tema como dices, muy interesante, y que todavía no había tocado. Tras hacer la entrada de las personalidades creía que era muy complementario hablar también de los sentimientos , desde lo que son hasta lo que nos hacen ser.

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