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26 enero 2011

EL HOMBRE SIN MIEDO.

CAPITULO 2

Una cosa es ser alguien despreciable y otra gilipollas. En el fondo yo soy un cagado, me acojoné y me escondí esperando a que quienes estuvieran en esa habitación saliesen de allí y me dejaran en paz.

Después de eso, llamar a la policía, no por el hecho de un supuesto asesinato, sino porque ese día tenía que doblar el turno por la baja de un compañero y con la tontería de lo ocurrido, seguramente me libraría de unas cuantas horas y quizás días por el estrés acumulado. Todo remunerado, claro está, así que lo siento por la ineficacia de aquel individuo, pero bien podría sacar tajada de ello.

Esperé a que se fueran, salieron dos personas y llamaron al ascensor. Se metieron y cuando comprobé que habían bajado las suficientes plantas, salí de mi escondite para comprobar lo sucedido.

¿Quién en su sano juicio, después de asesinar a alguien deja la puerta abierta?. En fin, serán aficionados, supuse. Pero al entrar me di cuenta que el aficionado era yo y que supuse mal.

Un tercer individuo, de bastante edad, aun estaba dentro velando por el cuerpo sin vida que se encontraba en el suelo. El señor, trajeado, se giró y al verme, hizo ademan de sacar algo del bolsillo interior de su chaqueta. Pensé que sería una pistola, así que me apresuré a abalanzarme sobre él aprovechando la diferencia de edad, reflejos y fuerza.

Le golpee en repetidas ocasiones hasta dejarle semiinconsciente. Entonces escuché una voz dentro de su traje, a la altura de la mano que aun no había conseguido sacar y percibí que no era un arma. El individuo quiso dar la alerta por móvil, el cual había logrado descolgar para que una voz dijera: “Jefe, que le ocurre, ¡conteste!. Jefe, ¿se encuentra bien?. Vamos joder, subamos deprisa, que ha pasado algo, el jefe no contesta…”

El señor entreabrió los ojos y me miró a la cara, mientras perdía de nuevo la consciencia, momento que aproveché para salir pitando de allí.

La verdad que no se que debió ocurrir mientras escape del rascacielos, lo único que sé es que me había metido en un lio gordo, porque en la solapa de mi uniforme no estaba la tarjeta de identificación con mi foto y datos y deliberé que la había perdido en el forcejeo con aquel tipo.

¿Lo mejor? Desaparecer…

(CONTINUARÁ...)

8 comentarios :

  1. Yo me habría pirado en el capítulo anterior así que tan cobarde no será xDD

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  2. Juas juas juas, pues si que estais enganchadas a esto... Dale tiempo es una novela negra ;P

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  3. ¿Entonces el cobarde se convierte en héroe? ¡Qué previsible!

    P.D.: No me hagas spoiler, ¬¬.

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  4. Para mi el protagonista nunca ha sido un cobarde, ni tampoco conseguirá ser un héroe ja ja ja ja, eso depende de quien lo lea y lo que se identifique con el....
    Spoiler? el spoiler ya te lo doy nada mas empezar el primer capitulo ja ja ja ja, que no me estas atenta Ori...

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  5. Bueno, bueno. Menos habladurías y más tercer capítulo.

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  6. ¿Cuándo te he nombrado mi editora? ja ja ja ja. Mañana subiré el tercer capitulo, uno cada dos dias, ya la he terminado, pero cada capitulo lo vuelo a retocar antes de subirlo.. Bueno un coñazo para la birria que escribo... Paciencia Ori ja ja ja ja

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  7. Ja, ja, ja. Venga, pues, unas horitas más y listo.

    Ori, la editora.

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