Amanecimos a las nueve de la mañana, único día que pusimos despertador, al salir de casa, les enseñe las vistas de enfrente, y del punto más alto de mi pueblo: La Atalaya, para más tarde, a las once y media entrar a una visita guiada a la bodega más antigua de las 17 que hay en mi pueblo, curiosa donde las haya porque intentan seguir adelante con los mismos métodos que hace 133 años, época en que se levantó. La guía es una gran amiga mía e hizo amena la visita con su “peculiar humor” y se mostró agradable en todo momento. Acabada la visita, les llevé a lo que es para mí uno de los sitios más emblemáticos de mi pueblo el monte de San Felices de Bilibio, patrón de Haro y donde se celebra la Batalla del vino el 29 de junio. Este lugar lo incluí por dos razones, porque es el lugar más especial para los jarreros y porque las vistas desde arriba es de lo más bonito que mis ojos han visto si no existe algún mar de por medio. En la cúspide del monte se encuentra una figura de unos 15 metros de altura del patrón que podemos ver desde la carretera y nos guía a los jarreros a llegar al pueblo desde el Pais Vasco.
Comimos en el ETH, un hotel de las afueras, y fuimos a Vitoria, capital alavesa, dando un paseo por la calle Dato para que vieran las peculiares estatuas de su calle principal, llegando a la plaza de la Virgen Blanca, con vistas de la catedral y de los parques tan maravillosos que abundan en la ciudad, conseguimos llegar a unos puestos, pero por desgracia aun no habían abierto. Nos volvimos a casa y por cansancio acumulado, decidimos descansar cenando aquí.
El sábado le prometí a Ori conocer Bilbao, siempre y cuando Lau también quisiera, cogimos el Gps y nos perdimos literalmente por la capital Vizcaína, fue muy divertido pasear sin saber exactamente que te vas a encontrar, pero aún más divertido es que si no llega a ser por Laura y el mapa de Ori, a día de hoy, seguiríamos estando allí. Paseando por la ría, llegamos al casco viejo, donde aprovechamos a comer, visitamos todos los edificios que por allí se encuentran y acabamos visitando arriba del todo la basílica de Begoña, volviendo en dirección al coche (aparcado en los alrededores del Guggenheim) por la gran vía. Vimos a Puppy, fotos del Guggenheim, de la araña y de la universidad de Deusto y vuelta para casa.
Nos tomamos un tiempo de relax, cenamos de nuevo en casa, y salimos a tomar una cerveza y posteriormente a La Herradura (zona de bares). Allí conocieron a mis amigos y la verdad he de agradecerles que ellas estuvieran a gusto y que les hicieran, de alguna forma, cómplices de la cuadrilla. A Ori la dejamos ir un poquito antes a dormir y Lau y yo volvimos a eso de las seis de la mañana, porque nos cerraron todo, no por ganas de irnos.
El domingo fue más de relax, nos despertamos pronto, para lo que suele ser levantarnos en ese día estuvimos charlando y pasando el tiempo en casa y a las tres de la tarde, fuimos a casa de mis padres, que nos habían invitado a comer. Para mí fue un momento de tensión, porque a pesar de que tengo unos padres maravillosos, temía que no les cayesen bien o estuvieran incomodas, pero más lejos de la realidad, se sintieron cómodas, sobretodo Ori, que parecía una más de la familia. Por causas del destino, a mis tíos les dio por estar en Haro y hacer una visita y hasta conocieron a mi abuelo, y sinceramente no creí en ningún momento que iba a suceder todo como se dio… Aproveché para enseñarles mi pueblo, pues con tanto trote de viaje no habíamos tenido tiempo de verlo detenidamente, les explique cuáles eran los lugares más significativos, y volvimos a casa, para la última cena y posterior regreso a Logroño y despedida, para mi muy triste, porque no lo había pasado tan bien con alguien hace bastante tiempo.
Ni que decir tiene que mi casa está abierta para cuando quieran o puedan volver y haré todo lo posible que si lo hacen, se sientan aun mejor que lo que han disfrutado con esta visita.
Ante todo muchas gracias a ambas, y decir que os quiero con locura, ya no me puedo permitir el lujo de no volveros a ver. Se montaran mas cuando se pueda y espero que cuando yo vaya allí, me hagáis un recorrido de playas Alicantinas.
Ha sido un fin de semana brutalísimo, desde luego, no soy capaz de destacar momentos porque lo pienso y ha sido todo genial, desde el primer minuto hasta el último.
ResponderEliminarLas vistas desde tu casa (ya sabes que me enamoré del pony xD), la visita a la bodega con una guía estupenda, la pateada que nos pegamos monte arriba y monte abajo, las vistas desde allí, los parques llenitos de perros y yo diciendo "ayyyy que bonicoooo" cada 5 minutos, perdernos por Bilbao, las cenas en tu casa, tus amigos, comer en casa de tus padres (hacía tiempo que no me reía tanto xD son geniales), el paseo por Haro...
Es que lo destacaría absolutamente todo excepto el momento de subir al bus de vuelta... La verdad es que me quedo con unas ganas enormes de volver, y seguro que Ori también, así que no dudes que nos volverás a ver por allí =P
1 besazo Edu, tkmazo!
Yo quería hacer crónica también en tener un momento, pero creo que con las tuyas ya tengo suficiente, ja, ja, ja, ja.
ResponderEliminarMe gustó mucho el viaje, de verdad te lo digo. Y seguro que repetiremos, y también te aceptaremos aquí cuando vengas.
Un besito.
yo creo leer tu cronica en el blojjjj, asi que no me seas vaga que la espero como agua de mayo
ResponderEliminarXDDDDDDDDDDD que envidiaaaaaaaaaa!!!!!!! si se ve que lo pasaron genial XDDDDDDD
ResponderEliminarpor cierto, me encantó la araña jojojo besazos!!!
Envidia por con quien estaba, no? porque los sitios a mi no me llenan tanto, besazos Ale...
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