SOBRE ILUSIONES Y ESPERANZAS.

La vida nos pone a prueba constantemente, cuando creemos que está todo perdido, nos da un guiño para seguir mirando hacia delante y sin embargo, cuando solo suceden cosas buenas y te crees en racha, te da golpes morales para que te sientas con los pies en el suelo.

Últimamente me ha dado por pensar sobre mis ilusiones y esperanzas y te das cuenta que esas palabras van unidas pero con el paso del tiempo no interactúan igual, quizás debido a la madurez.

Hay gente que pensará que esperanzas e ilusiones son la misma cosa, pues van unidas de la mano a la hora de cumplir un objetivo, nuestra propia felicidad, pero considero un error no saber diferenciar entre ellas, pues muchas veces es la clave para resolver nuestros problemas.

La ilusión siempre va ligada en mi opinión a dos términos: futuro y sueño propicio para nuestros intereses.

La esperanza, sin embargo es algo innato, ligado a nuestro presente y con la que, aunque por desgracia todo este en tu contra, debes contar porque puede ser el primer paso a un cambio a mejor.

La experiencia con el paso de los años es un grado, y si bien cuando somos más jóvenes, por una ilusión damos toda nuestra esperanza, con el tiempo no es así. Me explico, imaginaros vuestro sueño, alguna cosa que en menor o mayor grado en ese momento no está a nuestro alcance, pero vemos factible conseguir en un determinado periodo de tiempo. Puestos a imaginar, alguien (o la vida en sí), nos lo da casi hecho y sin tenerlo asegurado, nuestra mente empieza a funcionar como el cuento de la lechera, regalando a ese sueño toda nuestra esperanza. En el último momento, la vida es así, lo que estaba casi hecho se desvanece… tu sueño ya no está y no tienes esperanzas, pues ya las depositaste en él. Te destroza con tal fuerza, que dudas en que futuras ilusiones se cumplan, pues no tienes esperanzas en ello…

Aquí es donde recalco lo de la experiencia, pues no me las doy de doctor honoris causa, pero a base de que ocurra un caso como el expuesto varias veces, aprendes que ese no es el camino adecuado para conseguir tus ilusiones.

Parafraseando a nuestros mayores y a la dicha popular: “La esperanza es lo último que se pierde”. Así que pasa de regalarla en ilusiones, empieza a creerte tus ilusiones a partir de ir aumentando poco a poco tus esperanzas. El creer en ti mismo, o no hacerlo, es en muchas ocasiones lo que te cierra o abre puertas, si bien, a veces los resultados no llegan cuando los esperamos, a base de insistencia puedes conseguir más o menos ilusiones. Porque si algo te enseña el paso del tiempo, es que si quieres conseguir algo, tienes que poner de tu parte y no esperes que nadie te regale nada.

Hoy me ha dado por meditar sobre un caso concreto y pienso que la ilusión nunca debe ser dueña de nuestras esperanzas, porque a partir de estas, creemos en ilusiones…

Así que me siento un poquito más esperanzado en lograr algún día que se cumplan mis ilusiones, espero que vosotros también ;P