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24 abril 2010

SOBRE VER LA VIDA COMO UN JUEGO DE MUS

Es típico en mi tierra este juego de cartas, aunque aquí hacemos las reglas un poquito más difíciles y jugamos a 4 reyes y a 4 ases, desapareciendo los doses de la barajas, y siendo los treses, eso, treses. Desde muy pequeño me enseñaron a jugar y a mi padre y abuelo siempre se les ha dado bien, aunque mi padre juega sin carta y mi abuelo engarzando mucha jugada.

El caso es que me pico el gusanillo, ganando algún que otro torneo universitario y lo dejé. Hace pocos días me ha dado por retomarlo por internet y me sigo sorprendiendo la facilidad relativa con que hacemos de un simple juego de cartas, algo meramente psicológico.

Decir que por internet es muy frio, yo disfruto más que me vean la cara y viendo la de los demás, pues la presencia juega tanto como los propios naipes.

Siempre me ha dado por ver en este juego una apología de la vida, siendo la GRANDE, lo que buscamos obtener en la vida. La PEQUEÑA, lo que ya en si tenemos. Los PARES o pareja lo que queremos buscar y el JUEGO el recorrido final hacia algo completo, algo que le da sentido y estabilidad a los demas puntos...¿felicidad?.
En todos ellos tienes que jugar tu papel e intentar darles un sentido equilibrado para ganar cada uno de los puntos que en la partida se dan.

Generalmente el juego es de estrategia, así que cuando alguien tiene buenas cartas, hay que hacerle comprender, aunque las tuyas sean pésimas que tus jugadas valen tanto o más que las suyas. Ahí interviene la psicología, y ahí es donde en algo me parezco al juego de mi padre, todo el mundo sabe jugar cuando tiene buenas cartas, apostar sobre seguro y es muy difícil hacerlo cuando tus cartas no son tan buenas. Pues bien, tanto mi progenitor como yo, nos caracterizamos en tanto si tienes buena carta como si no, que no se te note. No sabes lo bonito que es jugar, cuando el otro cree que no tienes nada, y tienes más que él, te limitas a pasar, para que el apueste y ganes aun mas (más puntuación y más daño psicológico). O al revés, no tener nada y permitirte el lujo de apostar como si tuvieras y demostrarle al contrincante, que puedes ganar mucho teniendo muy poco. En esta vida no se puede ser vanidoso, con carta juega cualquiera, y cuando no la hay, ¿qué hacemos?.

Traspolando, cuando te vienen buenas, no tienes que jactarte de lo bien que va la vida, y cuando vienen malas tienes que buscar soluciones para verlo de otro punto de vista.

Me gusta jugar al mus con gente que solo sabe jugar con carta, es la forma mas sencilla de demostrarles que no es oro todo lo que reluce y que a veces lo mas insignificante puede ser mas valioso que lo que realmente nos parece que tiene valor. Seguiré jugando aunque no me vean, porque me hace bien. Pero me falta eso de mirar al adversario a la cara y decirle con los ojos te toca y esperar su reacción. Lo bueno, ganes o pierdas, es que todo sigue ahí, aunque la vida, por desgracia, a veces no la podemos aparcar

4 comentarios :

  1. Qué analítico, Edu. Esta entrada me ha gustado mucho.

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  2. Gracias, pero me da la sensación que me he dejado cosas en el tintero...

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  3. El mus es como el sexo.O tienes una buena pareja o tienes una buena mano...decía otro,jeje.
    Valde.Hom.

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  4. Y ademas de eso tienes que tener buen juego con ambas ;P

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