Sólo han pasado cuatro años desde que el Real Madrid
levantaba su última Copa de Europa, la del supuesto número de la mala suerte y
visto con retrospectiva parecía el principio de un fin de ciclo. Se iba
Cristiano Ronaldo, también Zidane, el declive de jugadores fundamentales como
Bale, Isco y Marcelo, una siguiente temporada deplorable cayendo en octavos de
final ante el Ajax de Matthijs de Ligt y Frenkie de Jong y quedando a
diecinueve puntos en Liga tras perder la Supercopa de Europa ante el Atlético y
en semifinales de la Copa del rey ante el Barça. Con Lopetegui destituido a los
pocos meses, al que sustituyó el interino Solari y la terminó con un Zidane, de
nuevo, con el equipo destruido, un Courtois recién fichado que no funcionaba y
un Vinicius al que le hicieron debutar en Segunda B, despuntaba con los meses
que Hernán estuvo en el banquillo y volvía chupar banca con Zizou. Al final de
esa temporada se habló de fin de ciclo para muchos jugadores leyenda de ese
equipo, pero continuaron en la siguiente.
En el 2020 llegó el Covid, la Liga y la Champions se
pararon y en verano el equipo se había rearmado con jugadores como Hazard,
Jovic, Rodrigo, Militao, Kubo o Reinier, ninguno funcionó de primeras, de nuevo
se caía en octavos contra el Manchester City de Pep Guardiola, pero tras el
parón el equipo ganó la Liga a base de casta en los diez últimos partidos
ganándolos como si de un reloj suizo se tratase, sin fallo además de ganar la
primera Supercopa a cuatro fuera de España. Mientras el Bayern de Múnich se
paseaba en la Champions y el Liverpool ganador de la anterior empezaba a dar
miedo, sin olvidar a los petrodólares de Qatar y Emiratos Árabes del PSG y
Manchester City.
Tercer año y un único fichaje, la vuelta de Martin
Odegaard de la Real Sociedad, que se iría al Arsenal en diciembre, muchas bajas
significativas que debilitaban más al equipo Reguilón tras una gran temporada
en Sevilla se iba vendido al Tottenham de Mourinho junto a Bale cedido, Jovic
al Eintracht también en invierno tras pasar otra media temporada desaparecido,
la venta de Achraf y las marchas de James Rodríguez, Reinier, Brahim... poco
fondo de armario, pero la vieja guardia pretoriana dio el tipo aunque no
ganasen nada, llegaron hasta semifinal tras eliminar al Atalanta y al Liverpool
pero de nuevo el Manchester City por segundo año consecutivo les apeaba de la
final que la ganaría contra todo pronóstico el rocoso Chelsea de Tuchel.
¿Y éste año qué?
Hazard seguía sin funcionar, Bale se borró pronto, se vendió a Odegaard y
a Varane, además de no llegar a un acuerdo con Ramos que prefirió mirar el
dinero al club acabando en el PSG, Zidane de nuevo se marchaba del club y
cogían a Ancelotti que vagaba sin rumbo desde que salió del Real Madrid, tras
su paso por el Bayern de Múnich, Nápoles y Everton. ¿Los refuerzos? pues el
mejor lateral izquierdo todos estos años junto a Marcelo, David Alaba, viniendo
a jugar como central y un prometedor Camavinga de diecinueve años tras
ilusionarnos todo el verano con la llegada de Mbappé. En teoría otro año de
transición, esperando al verano del 2022 donde nos prometían el oro y el moro.
Ganaron la Supercopa de España en enero, la Liga con
autoridad en abril sacando 13 puntos al
segundo... Pero vamos a centrarnos en la Champions que de eso trata esta mini
entrada...