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10 marzo 2021

LOS 10 ASESINOS MÁS PROLÍFICOS DE TODA LA HISTORIA

Hace unas semanas hablábamos de los asesinos en serie más temidos en Estados Unidos aparecidos entre finales de los sesenta hasta mediados de los noventa que son perfectamente plasmados en la serie de televisión MINDHUNTER (1 y 2). Pues bien, esos terroríficos monstruos se quedan cortos en víctimas en comparación al top 10 en la historia en la que, curiosamente, ni tan siquiera aparecen individuos de esa nacionalidad, pese a que suelen ser los más reconocidos por sus historias en el mundo.

Vamos a hacer un repaso por las personas más sanguinarias de todos los tiempos resolviendo la duda de dónde está el record de personas muertas por un sólo ser humano, dejando de lado a los dictadores del mundo o a la gente al mando en las Guerras Mundiales que por llevar a cabo sus decisiones con los enemigos produjeron auténticos exterminios. Si, ni siquiera Hitler está en esta lista, porque no acabó con todos ellos con sus propias manos aunque fuera culpable de todas esas muertes en batalla o campos de exterminio.

Nos meteremos en la vida de estos sádicos y veremos que les motivó a llevar esas matanzas a lo largo de la historia de la humanidad sin saber ni siquiera cuándo o cómo parar en medio de una vorágine de locura o, vete a saber tú, modus vivendi.

10. PEDRO RODRIGUES FILHO "PEDRINHO MATADOR" (1967-2003)

Pedro nació el 17 de julio de 1954 con una enfermedad mental provocada por una patada de su padre al vientre de su pareja cuando esta aún estaba gestante. Y es que Pedro Rodrigues Sénior no era precisamente ni el marido ni el padre ejemplar, no dudando en maltratar a su mujer cuando las cosas no le salían bien, lo cual era muy a menudo.

La genética hizo del muchacho una persona alta y fuerte que desde pequeño había trabajado en un matadero de aves para poder llevar dinero a casa de una familia muy humilde. También era frecuente las disputas en las calles con otros chavales en las que no dudaba en terminar a golpes, quizás porque es lo que había visto en su casa desde pequeño.

Pese a que su primera tentativa de homicidio fue contra su propio primo, la víctima número uno de su largo currículum fue el Vicepresidente de Alfenas, empresa en la que trabajaba su padre de la que fue despedido de manera injusta. Alguien desviaba fondos de la caja para sus propios bolsillos y aunque todos en el barrio sabían quién era, el problema se lo cargaron a Rodrigues Sénior. Esto le sentó tan mal a nuestro protagonista que no dudó en llevarse la escopeta de casa y dirigirse a la empresa en busca del jefe de su padre al cual mató de un disparo por destruir su vida familiar de forma injusta, seguidamente fue a por el guardia de seguridad que era quien realmente  había sustraído el dinero desde hace tiempo.

Este hecho le hizo huir de casa y marcharse a otro barrio, pues la policía aunque no entraba en barrios conflictivos tarde o temprano iba a pasar por su hogar para buscarle. Tuvo que buscare la vida trapicheando con droga y allí empezó su leyenda pues Pedro es un asesino de gente que hace las cosas mal. Su trabajo le servía de tapadera para conocer a la gente de peor calaña deshaciéndose de algunos sin el más mínimo remordimiento y sin ser ni tan siquiera buscado por ser el causante de dichos cadáveres.

En 1973 su madre murió a causa de una brutal paliza de su marido que acabó en la cárcel. Siguiendo su ley de justicia Pedro se presentó en la cárcel el 24 de mayo con la excusa de querer perdonarlo, pero en cuanto le dejaron sólo con él no dudó en sacar un cuchillo escondido y atestarle 22 puñaladas, una más de las que había recibido su madre. Acto seguido le abrió el esternón, le sacó el corazón y lo mordió en un acto de venganza cumplida. Los guardias le apresaron en ese mismo momento y en el juicio fue condenado a 128 años de prisión por la muerte de 22 personas entre las que se encontraba su propio padre.

Esto lejos de calmarle le avivó más sus ganas de matar, el entrar a prisión le abrió la veda para cargarse a la peor calaña del centro penitenciario, empezando desde el mismo primer día de traslado cuando le dejaron junto a otro presidiario en el autobús esposados mientras hacían el papeleo en la entrada de prisión, a la vuelta uno de los delincuentes estaba muerto, el que habló con Pedro, el no negó que le hubiera matado, simplemente dijo que se trataba de un pederasta y que él no soportaba a los violadores y menos a los que jugaban con niños. En la cárcel llegó a cargarse hasta 50 presos por no gustarle lo que habían hecho, viendo el percal, el jefe de una de las cuadrillas envió a cinco de sus hombres en su búsqueda para acabar con él, sólo dos volvieron con vida y porque el de seguridad llegó a tiempo sino hubieran caído los cinco.

Pese a matar a un total de 72 personas, salió en libertad en el 2003 porque la ley brasileña en aquel entonces tenía prohibido tener en la cárcel a alguien que llevará allí más de 30 años, pese a que su condena era equivalente a una cadena perpetua.

Dicen que desde que salió de prisión se intentó redimir trabajando como vigilante borrándose incluso el tatuaje de su brazo en el que se podía leer el lema "Placer de matar", pero en el 2011 de nuevo cumplió condena por posesión ilegal de armas y participar en motines ilegales, saliendo de penitenciaria de nuevo en el 2018 y haciéndose famoso por crear un canal de youtube del cual vive gracias a sus ingresos.

Algunos en Brasil le ven como un héroe porque sus víctimas eran elegidas por haberse pasado excesivamente de la raya (grandes narcotraficantes, asesinos, pedófilos) y por ello el impartía la justicia que el pueblo añoraba, pero también olvidan que fue capaz a de matar a su compañero de celda porque roncaba... ¡Y eso no es un delito mayor! ¿O sí?.

9. DANIEL CAMARGO BARBOSA "EL SÁDICO DEL CHARQUITO" (1974-1986)

Nacido el 22 de enero de 1930 en Anolaima de Cundinamarca (Colombia), su madre falleció siendo él muy niño y su padre enseguida rehízo su vida junto a otra mujer. Su madrastra fue una de sus peores pesadillas, frustrada al no haber podido tener una hija, vestía y trataba a Daniel como si lo fuera, obligándole ir al colegio con vestidos de niña.

Otro punto de inflexión que nos sirve para comprender más su mentalidad difusa y un odio acérrimo hacia las mujeres fue el hecho de casarse con su novia de toda la vida, dejando atrás sus dramas familiares y encontrársela en la cama con otro hombre siete años después cuando volvía de trabajar. A partir de entonces su cabeza dio un vuelco al obsesionarse con el sexo femenino como causantes de todos los males que había tenido en su vida.

Pese a ello, volvió a encontrar pareja que al a postre se convertiría en su cómplice a la hora de secuestrar a chicas muy jovencitas (quería asegurar su virginidad) para poder violarlas. Todo ello porque su nueva pareja le había dicho que ella estaba inmaculada y él se dio cuenta que no y como castigo le obliga a convertirse en su ayudante, ganando la confianza de las víctimas para después drogarlas, y así poder conseguir lo que con ella no tuvo. Tras acabar la faena, por miedo a ser reconocidos por las víctimas, no dudaba en asfixiarlas hasta su último aliento dejando los cuerpos en un término llamado popularmente "El charquito de Soacha", de ahí su mote.

Fue atrapado tras concluir su modus operandi con diecisiete adolescentes que fueron encontradas en el agua del pequeño pantano, pese a la gravedad del asunto en 1968 las leyes de feminicidio no estaban contempladas como tal ya que las mujeres no tenían los mismo derechos en Colombia que los hombres. Por ello, pese a ser condenado por la muerte de 17 chicas, sólo fue condenado sorprendentemente a cinco años de prisión y cuando salió de la misma, volvió a su rutina delictiva como si nada hubiera pasado.

En 1974 es atrapado de nuevo y le caen 25 años de prisión por ser reincidente, pero logra escaparse tras cumplir 10 años en la cárcel, huyendo a Ecuador. Allí volvió a las andadas, aunque se volvió más cauto despedazando los cuerpos inertes de sus víctimas para que no fuese acusado con tanta facilidad. La policía le atrapa en 1986 en un control rutinario donde debe mostrar el contenido de una maleta que llevaba con él, dándose cuenta los guardias que contenía prendas femeninas de adolescentes que pudieran ser de las desaparecidas por los datos prestados por la familias. En el juicio se le acusa de matar a un total de 72 personas aunque los expertos en asesinos en serie suponen que pudo llegar tranquilamente hasta las 150-200, por lo cual le condenaron con 16 años de prisión en el país vecino. En la cárcel de Quito coincidió con otro que aparece en la lista y se parece en muchas cosas a él: Pedro Alonso López. Y terminó siendo asesinado dentro de prisión el 13 de noviembre de 1994 por uno de los familiares de las muchas víctimas, cobrándose la venganza.

8. MIKHAIL POPKOV "EL HOMBRE LOBO" (1992-2012)

Михаи́л Ви́кторович Попко́в (Mikhail Viktorovich Popkov) nació el 7 de marzo de 1964 en Angarsk (Irkutsk Oblast, Rusia). Apenas se conocen detalles sobre su infancia, salvo que su madre era alcohólica y maltrataba y abusaba de Mikhail y que antes de su detención estaba casado con Elena Popkova teniendo una hija llamada Ekaterina. Popkov era un oficial de policía en la región de Irkutsk y posteriormente había trabajado como guardia de seguridad en Angarsk Oil and Chemical Company, una empresa privada.

La mayoría de los crímenes sucedieron en Angarsk, una ciudad de 250.000 habitantes donde las mujeres vivieron horrorizadas durante décadas al no sentirse seguras por sus calles si iban solas durante dos décadas. ¿Cuál fue el motivo para que alguien que se ha dedicado en vida a servir y proteger a los ciudadanos se convirtiese en uno de los mayores asesinos de la historia y el que más víctimas se ha cobrado en toda Rusia? Principalmente fueron dos, el primero descubrir que su mujer había sido adultera y desde entonces no fue capaz de perdonarla del todo y el segundo encontrarse por la calle tras ese suceso a una prostituta en estado de embriaguez que físicamente le recordaba a su madre, ella fue la primera de las víctimas y le envolvió en una vorágine de misoginia en la que murieron más de 83 personas (entre ellas sólo un hombre, un policía que le debió descubrir) con un perfil de mujeres entre dieciséis y cuarenta años de fisionomía corpulenta que eran prostitutas o estaban en estado de embriaguez algo que para Popkov eran conductas tremendamente inmorales. Las víctimas fueron encontradas en tres ciudades diferentes, la mayoría entre Angarsk e Irkutsk, localidades donde vivía o solía frecuentar, pero la tercera fue Vladivostok que se encuentra a 3.900 kilómetros de su hogar.

El modus operandi era similar al verlas borrachas o haciendo las calles, él se presentaba en un coche uniformado de policía y se ofrecía a ayudarles a llevarlas a un lugar seguro. Ellas se montaban  confiando en un agente de la ley y allí eran golpeadas hasta dejarlas en un estado inconsciente llevando el vehículo a algún lugar abandonado de las afueras de la ciudad. Allí sin nadie a kilómetros a la redonda las desnudaba y empezaba a atacarlas con objetos punzantes o cortantes: hachas, cuchillos, punzones, destornilladores, garrotes, martillos, bates de beisbol o palos de billar (estos últimos para dejarlas inconscientes al montar). Cuando su cuerpo sangraba por varios lugares, comenzaba la excitación de Popkov y llegaban las feroces agresiones sexuales llenas de dolor y posteriormente acabado el acto, las remataba decapitándolas, asfixiándolas, sacándoles diferentes órganos e incluso practicando la necrofilia antes de abandonar los cuerpos en zonas con mucha vegetación, lugares poco transitados o cementerios, por ello se pensó durante muchos años que el asesino era un camionero, ferroviario o sepulturero. No había un patrón definido en la forma de matar, menos su evidente sadismo y las ganas de causar dolor y sangre para poder tener actos sexuales con ellas y acabar con sus vidas, cada una de una manera diferente según le apetecía ese día.

Sólo dos de sus víctimas lograron salir con vida de sus atroces ataques, la primera Svetlana Misyavitchus de 17 años el 26 de enero de 1998, que tras ser estampada su cabeza repetidamente contra un árbol logró escapar antes de ser violada, pese a ello Mikhail  la cogió de nuevo cuando corría gritando por ayuda y acabó su labor dándola por muerta tras la violación. Los forenses pensaron lo mismo al descubrir su cuerpo pero ella despertó en la morgue y del susto se volvió a desmayar y cuando recuperó el conocimiento se encontraba en el hospital, allí declaró a la policía que el asesino era uno de los suyos, pero nadie la creyó.

Evgeniya Protasova de 18 años en una noche de 1999 se encontró con el después de tener una discusión con su novio después de haber bebido y que él la quisiera llevar a casa, cosa que ella se negaba. Popkov pasaba por allí y la invitó a subir al coche, dándole un brutal golpe en la cabeza que la dejó inconsciente, cuando recuperó el sentido le vio con intenciones de violarla y logró en ese momento escapar como Svetlana, pero al estar a kilómetros de la civilización su agresor la encontró y terminó la tarea dándola también por muerta. Ella también habló de un policía que iba en un 4x4 y en la investigación descubrieron huellas de rueda de un vehículo así, cotejando en el ordenador con gente que por la zona tuviera ese vehículo, saliendo 3.500 personas, pero en una segunda búsqueda se preguntaron cuántos de esos dueños eran policías o lo habían sido en el pasado y el ordenador sólo encontró una coincidencia: Mikhail Popkov.

Elena, su mujer aportó muchos datos a la investigación que no dejaron duda que él era el sádico depredador sexual que llevaban buscando durante dos décadas, tardando casi tres años en reunir las pruebas concluyentes para su detención el 23 de junio del 2012, donde se le acusó tres años después de 29 homicidios, de los cuales él se declaró culpable de 24 de ellos porque quería purgar de su tierra a mujeres inmorales, aunque con el tiempo se descubrió que eran al menos 59 más, por los que se le juzgó de nuevo en el 2018, quedando condenado a cadena perpetua en una cárcel de máxima seguridad.

7. NIELS HÖGEL "EL ENFERMERO DE LA MUERTE" (2000-2005)

Nacido el 30 de diciembre de 1976 en Wilhelmshaven en la Baja Sajonia de Alemania. A diferencia de muchos asesinos en serie, el nunca tuvo una enfermedad mental o problemas en su hogar. Su padre, al igual que su abuela eran enfermeros y su madre era una asistente legal y completando la familia estaba su hermana mayor. Desde muy niño quería seguir la tradición generacional y estudiar enfermería, completando su formación profesional en el Sankt-Willehad-Hospital en 1997 donde comenzó a trabajar hasta 1999.

En ese año fue transferido a la unidad de cuidados intensivos de cirugía cardiaca de la Clínica Oldenburg, donde en el 2001 ya empezaron a detectar problemas. En una reunión en agosto en la que acudieron los médicos y los enfermeros de la clínica se debatió sobre un aumento inusual en el número de reanimaciones y de muertes entre los pacientes en los últimos meses y tirando de porcentajes entre toda la plantilla se descubrió que el 58% de esos casos ocurrían mientras Högel estaba trabajando. Niels decidió tras la reunión cogerse una baja por enfermedad de tres semanas, intervalo donde sólo dos pacientes del hospital murieron, una baja muy significativa de casos extremos que coincidía con la ausencia del enfermero.

Años después, cuando fue apresado declaró a la policía que en ese momento pensó que le habían descubierto y por eso pidió la baja por enfermedad, pero simplemente le reasignaron

a anestesiología en su reincorporación. De nuevo en septiembre del 2002, un doctor reputado de la Clínica tuvo una confrontación con Niels a causa de varios pacientes a su cargo que fueron encontrados en un estado potencialmente mortal por razones inexplicables, sugiriéndole que o se marchaba a otro hospital o sería despedido indemnizándole con el sueldo integro de los próximos tres meses, advertencia que terminó llevándose a cabo.

Högel fue despedido en octubre, pero la Clínica Oldenburg le redactó una carta de recomendación para que pudiese encontrar trabajo en otros hospitales, destacando que era una persona con una ética de trabajo  fuera de lo común, sintiendo devoción por el mismo. En diciembre de ese mismo año fue contratado por la Clínica Delmenhorst, donde los casos de arritmias o disminuciones de la presión arterial de los pacientes comenzaron a aumentar de manera alarmante con su llegada. Sus compañeros de trabajo intentaban eludirle porque su presencia sugería problemas con los pacientes, sospechando de un tipo muy profesional de cara a la galería pero cuyos resultados con los pacientes demostraban que algo no estaba bien. Alertando del caso a sus superiores, estos hicieron caso omiso incluso después de encontrar cuatro viales vacios de gilurytmal (ajmalina) en sus dependencias pese no haberlos requerido él ni necesitarlos sus pacientes.

Hubo que esperar tres años más, cuando el 22 de junio de 2005 fue sorprendido por sus colegas manipulando una bomba de jeringa de un paciente para inocularle una inyección de ajmalina de manera incorrecta. Varios compañeros se volvieron a quejar de este hecho a los superiores de la Clínica, advirtiendo de nuevo que el número de complicaciones, reanimaciones y muertes aumentaban cuando él estaba trabajando, siendo muy superiores a los datos de antes de diciembre del 2002, siendo el 73% de estos casos cuando Hogël se encontraba trabajando. El caso se envió a la oficina fiscal del distrito de Oldenburg que tras un año de investigaciones en diciembre del 2006 decidieron condenar a Niels a cinco años de cárcel por intento de homicidio involuntario exclusivamente por lo ocurrido el 22 de junio del año anterior. Las familias perjudicadas atendidas durante esos años por Hogël decidieron apelar la sentencia y en el 2008 se le volvió a juzgar aumentando su tiempo de prisión a siete años y medio y la prohibición de por vida de trabajar de enfermero o en algún puesto sanitario.

Las familias perjudicadas tampoco quedaron contentas con el segundo juicio y decidieron ir de nuevo a los tribunales, debiendo esperar a un nuevo juicio en septiembre del 2014 donde con nuevas pruebas Högel fue juzgado por tres cargos de asesinato y dos intentos más, siendo uno de los casos una mujer que murió después de recibir 90 inyecciones no autorizadas por el enfermero. En ese juicio Niels se derrumbo y se declaró culpable de 30 asesinatos más sólo en esa Clínica. En el 2019 en su cuarto juicio fue juzgado y procesado por la muerte de 85 pacientes durante toda su vida laboral, aunque se cree que la cifra contando todos los casos donde no hubo pruebas concluyentes pudo llegar hasta los 300 muertos con edades comprendidas entre 34 y 96 años, siendo condenado a cadena perpetua.

6. JAVED IQBAL (1998-1999)

Javed Iqbal Mughai nació el 8 de octubre de 1961 en Lahore (Pakistán) siendo el cuarto de los ocho hijos de una familia comerciante acomodada fieles seguidores de la orden sufí Christi Sabri (una de las vertientes más espirituales y menos estrictas dentro del Islam). Desde muy niño destacó por su inteligencia sobre el resto de compañeros de clase siendo también destacable su liderazgo y don de gentes, es por ello que fue elegido por un santo que peregrinaba por Karachi cuando tenía 10 años y el cual le dotó de visiones que algunas veces se hacían realidad y otras no.

Esta infancia le llevó a desarrollar una personalidad egocéntrica pensando que todo el mundo le necesitaba por sus bendiciones y que estaba de algún modo por encima del bien y del mal porque la gente le tenía bastante admiración. Hasta que se encontró con la horma de su zapato, un profesor estricto que no dudaba en castigarle y corregirle las conductas, lo que supuso un sentimiento contrario a todo lo que él había sido volviéndose un solitario cargado de ira y muy hostil si no se salía con la suya. Pese a su autoaislamiento consiguió sacar sin problemas sus estudios en la secundaria y empezar la carrera universitaria de periodismo, pero fue entonces cuando se dio cuenta de sus tendencias homosexuales y decidió dejar los estudios y para no ser castigado por su dios debido a sus tendencias sexuales, estudiar el antiguo y nuevo testamento para ir predicándolos por el país y ayudar a los más desfavorecidos.

Su nuevo trabajo de protector de menores amparados en la miseria, escondía una tapadera de un depredador sexual que hacía y deshacía sin levantar la más mínima sospecha. Fue obligado a casarse con una chica de 17 años con la que tuvo un hijo, pero ella se separó dos años después al ver como sodomizaba a un niño en plena calle. Pese al altercado con su ex mujer, Iqbal siguió violando a niños hasta que fue detenido a finales del año noventa, no piso la cárcel aunque de testigo estaba el padre del niño que estaba violando y meses después volviera a ser detenido por la misma cuestión, los padres de Javed poseían una buena fortuna y solucionaron el tema con sumas cuantiosas que callaron bocas y arreglaban acuerdos en los juicios.

Así que siguió haciendo lo propio hasta que en septiembre de 1998 su ayudante de diecisiete años y él recibieron una brutal paliza por un gran grupo de menores, dejándole secuelas de por vida:  "Me habían golpeado. Mi cabeza estaba aplastada, mi columna vertebral rota y me quedé paralizado. Mi madre lloró por mí".

Ese fue un punto de inflexión en su vida pasando de ser un violador a un asesino de menores, la única persona que hubiera podido revertir esta situación era su madre, pero ella murió durante su recuperación y destrozó más si cabe el cerebro de Iqbal. Como no pudo encontrar a sus agresores, buscó la justicia por otro lado, matando a 100 menores en compensación por el daño que le habían causado.

“La primera víctima fue Yasir, de 14 años. Le pusimos una máscara de cianuro y ácido sobre la cara. Murió en segundos. ¡Nuestro experimento de matar a un adolescente fue un éxito!”. La idea era ir tras vagabundos o huérfanos para que el resto del mundo no les echase en demasiada falta y reclutó a tres niños que a base de dinero y regalos atraían a las víctimas como la telaraña a las moscas. Primero los violaba, como llevaba haciendo décadas y después los descuartizaba para meter los restos en bidones de ácido y cuando completó su venganza un año después (el 22 de noviembre de 1999), envió una carta al "Daily Jang" un periódico local en la que relataba sus crímenes, pero hicieron caso omiso de la misma al no creer que fuera veraz. Un mes después, el 30 de diciembre al ver que no le tomaron en cuenta les envió una segunda misiva en la que contaba con todo lujo de detalles lo ocurrido, los nombres de las víctimas, las fechas de sus muertes, fotografías de los mismos y las maneras en las que se deshizo de ellos, acabando la carta con un: "ahora que he conseguido mi plan de matar a cien niños, no puedo esperar para compartir la noticia con el resto del mundo. No puedo mantenerlo más en secreto. Estoy pensando declararme culpable en nombre de mis amigos y asumir en soledad el castigo impuesto, ya que fui yo quien les pidió que me ayudaran en este plan maestro. Espero tener éxito en mi propósito con la gracia de Dios, Amén”.

Al día siguiente se personó en comisaría y les contó mismo que ponía en la segunda misiva al "Daily Jang" acompañado de un diario de 32 páginas que detallaba lo ocurrido con las 100 víctimas. En un primer momento el juez decretó hacer lo mismo con Iqval que con sus víctimas, despedazarlo y tirar sus restos a bidones de ácido y a sus tres cómplices menores se les castigo con pena de muerte, 182 y 63 años de cárcel respectivamente, pero al final se revocó la sentencia  y Javed recibió 700 años de prisión por sus crímenes y el cómplice condenado a la pena capital se le conmutó por cadena perpetua. Cuatro días más tarde de revocarse la sentencia, en octubre del 2001, tanto el asesino de menores como su compinche aparecieron en sus celdas ahorcados con las sábanas descubriendo que previamente les habían linchado a golpes.

5. PEDRO ALONSO LÓPEZ "EL MONSTRUO DE LOS ANDES" (1969-1979)

Nacido el 8 de octubre de 1948 en Ipiales (Colombia), siendo el séptimo de los trece hijos que tuvo Benilda López que trabajaba como prostituta y cuyo padre Medgardo Reyes Alonso fue asesinado seis meses antes de su nacimiento. Su madre se trasladó a Santa Isabel en busca de más clientela y con la intención de sacar adelante a los siete hijos que tenía en ese momento sola, siendo criados en los peores ambientes para pequeños infantes con una madre excesivamente controladora y autoritaria.

En 1957, cuando Pedro apenas contaba con nueve años fue sorprendido por su progenitora  intentando tener relaciones sexuales con su hermana menor, pues eso es lo que veía hacer a su madre desde que tenía uso de razón. Benilda le desterró, no sin antes quemarle las plantas de los pies con una vela y desde esa edad se vio obligado vagabundear por las calles de Bogotá, viviendo en la indigencia y siendo abusado sexualmente en varias ocasiones. Con 12 años fue adoptado por una familia estadounidense y cuando parecía que su vida podía tomar un rumbo de mejor, de nuevo fue agredido sexualmente por un profesor durante su escolarización lo que hizo que huyera y volviese a las calles.

En 1969 con 21 años de edad cometió sus primeros asesinatos en defensa propia, fue metido siete años a la cárcel por varios robos de coches y allí le violaron tres tipos, jurándose a sí mismo que eso no volvería a pasar los asesinó al día siguiente, disfrutando más del hecho de matarles que de cumplir su venganza. El juez declaró que esos asesinatos fueron en defensa propia y solo le sumaron un par de años de condena. A partir de ahí parece ser que tuvo un cortocircuito en su cabeza y pensó que la vida estaba dividida en dos bandos, los que eran violados y los que violaban y se había cansado de pertenecer al primero.

Al salir de prisión en 1978 se dedica a recorrer Perú donde secuestró, violó y asesinó violentamente a más de cien niñas de entre 9 y 12 años ganándose el apodo del "monstruo de los Andes" según sus propias palabras: "Mi único fin es robarles la inocencia, como mi madre hizo conmigo cuando tenía nueve años, esa es mi misión". La tribu de Ayacucho le sorprendió queriendo raptar a una de sus niñas, así que lo desnudaron, torturaron y le enterraron vivo pero un misionero americano les convenció que  el camino a seguir ella llevarlo ante la justicia y así hicieron, pero allí les daba igual los problemas que tuvieran una tribu indígena perdida en los montes con ese hombre y lo dejaron en libertad sin ni siquiera ser juzgado, deportándolo a Ecuador por su propia seguridad.

Allí continuó con su modo de vida, pasando en muchas ocasiones la frontera y volviendo a su Colombia natal, en ambos países hizo estragos con niñas que raptaba siempre a la luz del día, nunca blancas (estadounidenses) porque estaban mucho más custodiadas y la pena de cárcel si le pillaban podría ser mucho peor. En 1980, en Ambato (Ecuador) una mujer pide auxilio porque Pedro quiere raptar a su hija de doce años delante de ella a plena luz del día a la salida de un centro comercial. Unos ciudadanos ejemplares consiguen frustrar el secuestro y minimizan al delincuente que termina yendo a comisaría donde se hace pasar por loco y se niega a cooperar, pero allí consiguen identificarle y traen al padre Córdoba Gudino, un sacerdote que visitaba prisiones de varios países con el fin de ayudar a los reclusos y que había coincidido con Pedro anteriormente. Éste se desahoga con Gudino y le cuenta la retahíla de asesinatos que ha cometido en su vida, lo que hizo que el padre no pudiese más y pidiera que le sacasen de su celda por no escuchar todas aquellas barbaridades. Por ello fue condenado a 16 años, la pena máxima de cárcel en ese momento en Ecuador, pero dos años antes de terminar su condena, fue extraditado a Colombia y llevado a un pabellón psiquiátrico, de donde saldría en 1998 después de ser declarado sano, desapareciendo a los ojos del mundo hasta nuestros días. Se comenta que muchos de los familiares de la víctimas se quisieron tomar la justicia por su mano y probablemente le mataron poco después de darle la libertad. A "El monstruo de los Andes" se le inculpó en vida de 110 asesinatos entre los tres países (Perú, Ecuador y Colombia) pero muchos piensan que mató a más de 300 niñas en esos años, pero los registros de desapariciones y el no encontrar los cuerpos fueron un hándicap desfavorable a la hora de ser encontradas.

4. GILLES DE RAIS "BARBA AZUL" (1432-1440)

Gilles de Montmorency-Laval nació en septiembre de 1404/5 en la torre negra del Castillo de Champtocé-Sur-Loire. Su padre Guy de Rais se tuvo que casar con la hija de su peor enemigo Jean de Craon para poder finalizar la larga enemistad que había entre ambos y teniendo el matrimonio dos hijos varones. Guy murió temprano al igual que su mujer y los hijos quedaron a cargo de su abuelo materno algo que su padre nunca hubiera deseado, dándoles una educación que transformaría su personalidad en cruel y sádica cuando fueran mayores: los nobles podían hacer lo que quisieran con total impunidad y si alguien se interponía en su camino, lo mejor era cortarlo de raíz con violencia.

Jean secuestró a su propia sobrina Catherine de Thouars para casarla con Gilles y así que en el futuro heredase numerosas propiedades en Poiteau. Los familiares de la muchacha hicieron ademán de entrar en conflicto bélico para rescatarla, pero bajaron los humos y aceptaron la boda porque Jean amenazó con meterla en un saco y echarla al rio Loira, además de mandar a las mazmorras a los emisarios de los familiares por hacerle partícipe de malas noticias, siendo uno de ellos su tío que moriría sin volver a ver la luz del sol.

En 1432 cuando Jean estuvo a punto de morir, legó todos sus títulos y poderes a René, el hermano menor de Gilles al que llegó a calificar de ser deleznable, viendo en sus últimos días que su heredero también era de la misma calaña que el primogénito. A diferencia de su abuelo, ambos hacían el mal por diversión, mientras que éste lo usaba para hacerse más rico.

Gilles se ganó esos años la reputación en batalla combatiendo bajo el manto de Juana de Arco a la cual le unía una profunda amistad y destacando en la Guerra de los Cien años frente a Inglaterra, siendo uno de los héroes de la liberación de Orleans que hizo ganarse el beneplácito del Delfín Carlos VII de Francia que terminó nombrándolo Mariscal del país. Cuando Juana de Arco cayó prisionera  a manos del bando inglés, Gilles intentó liberarla pero el favorito del rey se lavó las manos al no querer más hombres en batalla y porque le interesaba políticamente que ésta feneciese.

Fue después de este hecho, en 1431, cuando la forma de  ser de este noble cambió notablemente, al darse cuenta que su vida en los campos de batalla había quedado atrás y su futuro estaba entre los palacios y la nobleza, lugar donde no se sentía cómodo. Hacia 1437 había despilfarrado todo su dinero en malas inversiones y quiso recurrir a la alquimia y a la magia negra para recuperar su estatus económicos, pues sus amigos y cortesanos le habían abandonado por tal hecho. Para llevar a cabo su plan necesitaba de gente joven que ofrecer en sacrificios, así que mandaba a dos de sus seguidores fieles a encontrar a estos chavales lejos de sus dominios haciéndoles ver que serían sus pajes si les acompañaban , algo que no parecía sospechoso ante unas familias que no les volverían a ver pensando que tendrían un futuro mejor. Pero a Gilles le seguía sin ir bien económicamente a pesar de los sacrificios y empezó a raptar sin discreción a todos los niños que andaban vagabundeando por sus alrededores y se dio cuenta que tenía a muchos de ellos en sus mazmorras y que les sobraban, pues muchos morirían de hambre antes de ser sacrificados, lo que le convirtió en un monstruo aun peor: él y sus lacayos se dedicaron a torturar, vejar, humillar y asesinar a los niños previamente secuestrados, en sus fiestas nocturnas, haciendo lo propio en sus diferentes castillos a los que se iba trasladando cuando les apetecía una buena fiesta y escaseaban los menores en ese lugar. Así estuvo durante ocho años con momentos de arrepentimiento donde juraba partir hacia Tierra santa para combatir y purgar sus crímenes, pero esto nunca sucedió: "Una vez muertos, besaba a los niños; solía tomar las cabezas y las extremidades más hermosas, las levantaba para admirarlas y lloraba lamentándose de lo sucedido".

Fue su hermano René al intentar parar la sangría económica de Guilles cuando se encontró el percal, una torre de uno de los castillos contaba con 50 niños en mal estado físico y no había que buscar demasiado para saber que hubo más niños allí y acabaron muy mal. En los alrededores era vox populi entre la gente lo que ocurría en sus castillos y tenían miedo de que terminase llevándose a sus propios hijos, lo cual llegó a los oídos del Duque de Bretaña y el obispo de Nantes que estaban interesados en quedarse con todo el poder de la familia De Rais.

El 26 de octubre de 1440 acusaron a Gilles de 34 asesinatos y la desaparición de 140 niños, además de los pecados de sodomía, herejía y violación de un lugar sagrado terminando en la horca, no sin antes amenazarles con unas palabras que pasarían a los anales de la historia: "Yo soy una de esas personas para quienes todo lo relacionado con la muerte y el sufrimiento tiene una atracción dulce y misteriosa, una fuerza terrible que empuja hacia abajo. Yo hice lo que otros hombres sueñan. Yo soy vuestra pesadilla".

El escritor de cuentos Charles Perrault se inspiró en el Mariscal de Francia en su obra "Barba Azul" y es por ello que a día de hoy le conocemos con ese mote.

3. LUIS ALFREDO GARAVITO "LA BESTIA"  (1992-1999)

Nacido el 25 de enero de 1957 en un pueblo llamado Génova en Colombia en pleno conflicto bélico que les obligó a trasladarse de un lugar a otro, fue el mayor de 6 hermanos que se criaron con su padre, Manuel Antonio, recibiendo palizas casi a diario (quemaduras con velas, cortes con navajas de afeitar, golpes con palos, dejarlos atados en los árboles...) y que para más inri dejó que un buen amigo suyo violara a Luis Alfredo cuando éste tenía 13 años.

A partir de ahí aprendió que en esta vida eras víctima o verdugo y contrato a unos sicarios para que acabasen con el hombre que le había violado, además de desarrollar una personalidad, agresiva, psicótica y paranoica, empezó a hacer lo que él había aprendido desde la cuna, aprovecharse de menores haciendo lo que quería con ellos a través de la fuerza.

Aunque intento violar a un niño de cinco años cuando tenía catorce, le pillaron a tiempo, no sería hasta la vida adulta cuando esa vena pedófila volvería a salir a la luz. Hasta entonces se dedicó a vender estampitas de santos a lo largo y ancho de Colombia, lo que le permitió conocer las ciudades y terrenos además de moverse rápido al ir siempre con lo justo. Es verdad que su carácter iracundo salía a la luz pero lo intentaba calmar con gran cantidad de alcohol.

Su periodo de actividad fue desde los treinta y cinco hasta los cuarenta y dos y sus víctimas tenían entre seis y dieciséis años, niños y adolescentes que vagaban por las calles en busca de comida o cobijo a cargo de personas mayores que se apiadaran de ellos. Su rango de acción fue muy extenso, sólo en Colombia abarcó los distritos de Valle del Cauca, Boyacá, Meta, Quindío, Risaralda, Cundinamarca, Nariño, Huila, Caquetá, Antioquia y Caldas y a partir de 1998 hizo lo propio en Ecuador.

El modus operandi siempre era similar, se ganaba la confianza de los menores y los invitaba a andar con él mientras se bebía una botella de brandy mientras los cansaba. Cuando ya estaba lo suficientemente borracho, los apartaba a un sitio sin gente y empezaba con las torturas, atados de pies y manos recibían golpes y patadas por todo el cuerpo, después usaba cuchillos o destornilladores para marcarlos en diferentes partes y cuando estos gritaban de dolor y lloraban era su momento álgido, comenzando con las violaciones sin contemplación para terminar degollando o decapitándoles. Esto despistaba a las autoridades que, cuando se encontraban con alguno de sus cuerpos, creían que eran víctimas de ritos satánicos, pero en uno de los lugares encontraron en un papel la dirección de la novia de Garavito. Al registrar la casa no encontraron a ninguno de los dos, ni siquiera sus pertenencias, pero si bastantes bolsas con las ropas, huesos y cuerpos en descomposición de más niños.

Era fácil encontrar por todas las partes del país los cadáveres, pero no al asesino que cambiaba de aspecto y de profesiones allí donde iba lo que dificultaba mucho seguirle la pista. Al final el 22 de abril de 1999, un vagabundo salvó de una muerte segura a uno de los niños tirándole piedras a Luis Alfredo mientras la víctima corría en otra dirección pidiendo ayuda y encontrando en el camino a la policía que consiguió arrestar al mayor asesino en serie de Latinoamérica. En el posterior interrogatorio fue acusado de matar al menos a 114 menores pero él se declaraba inocente de todos los cargos pese a que le apretaron con pruebas de su ADN en las víctimas, la misma marca de brandy siempre, billetes de autobús a lo largo del país a lugares donde se encontraron cuerpos y pequeñas multas por estado de embriaguez que le colocaban en las mismas fechas y lugares de ciertos asesinatos, pese a ello ni se inmutó.

Tuvo que llegar la científica para decirle un estudio detallado de lo que hacía con sus víctimas hasta que ellos perdían la vida para que se viniese abajo y pidiera un mapa. Cuando se lo dieron empezó a marcar los lugares donde dejó o enterró al resto de los muchachos y con un cuaderno de su propiedad empezó a desglosar fechas y lugares de todos sus asesinatos. fue condenado a 1853 años y 9 días de prisión  por "el asesinato de 172 menores de edad. De estos, 138 tienen fallo condenatorio, 32 están en instrucción, uno en apelación y uno está para sentencia" (aunque se cree que sus víctimas fueron más de 300), de los cuales sólo cumpliría 40 que es el máximo de años en prisión por ley en Colombia, pudiendo salir en el 2023. Pero el kharma equilibra lo que la justicia no puede y Garavito sufre de una leucemia terminal por la cual le trasladaron a otra cárcel a finales del 2020, creyendo que morirá antes de cumplir su condena.

2. HAROLD FREDERICK SHIPMAN "DOCTOR MUERTE" (1975-1998)

Nacido el 14 de enero de 1946 en Bestwood un condado de Notthingham (Inglaterra), era el segundo de cuatro hermanos del matrimonio de Harold Frederick Shipman Sr, un conductor de camiones y Vera Brittan, ama de casa.

Destacó en el ámbito deportivo durante sus estudios de secundaria en rugby, atletismo donde ejercía de vicecapitán y corredor de fondo unos éxitos con trampa porque usaba estupefacientes y cócteles de anabolizantes. Durante esas fechas su madre murió tras una larga enfermedad  de cáncer de pulmón a los 43 años, acompañada por grandes cantidades de morfina para paliar el dolor, una muerte que curiosamente tendría que ver mucho con el devenir en vida de su hijo.

Con 20 años y todavía estudiando la carrera de medicina se casó con Primrose May Oxtoby con la que tuvo cuatro hijos. En 1970 se graduó en la Escuela de Medicina de Leeds y comenzó a trabajar en diferentes hospitales hasta conseguir un puesto fijo como médico general del Centro Médico Abraham Ormerod en Todmorden (1974). Un año después empezaría con los asesinatos de sus pacientes, no sin antes demostrar varias irregularidades laborales, como falsificar prescripciones de petidina (un depresor del sistema nervioso central) para uso propio y extendiendo recetas falsas de morfinas a sus pacientes a los que nunca llegarían, siendo arrestado en el primer caso y sancionado con 680 libras en el segundo.

Eva Lyons fue su primera víctima demostrable, empezó a matar eliminando a los pacientes que le caían mal o le daban mucha guerra sin importar su grado de enfermedad, generalmente mujeres mayores de 75 años a las que suministraba una dosis letal de morfina, mientras las visitaba en sus hogares para que no hubiera testigos. Horas o días más tarde algún familiar le llamaba a casa diciendo que había muerto y el extendía un expediente en el que ponía “muerte por causas naturales”. Con esta simple fórmula campó a sus anchas durante veintitrés años ya que los certificados que extendía no necesitaban ser verificados posteriormente. En 1992 abrió su propio consultorio atendiendo hasta su detención a más de 3000 pacientes cuya suerte estaba echada si Harold quería saber el día que iban a morir, en 25 años certifico 521 muertes, ¿cuántas de ellas fueron decididas previamente?   

Fue una de sus colegas, Linda Reynolds al ver el gran índice de mortalidad anual que tenía la que puso en alerta a la policía, pero en un primer momento se libró por falta de pruebas.

Si cayó fue por avaricioso, su última víctima Kathleen Grundy de 81 años y ex alcaldesa de Hyde había cambiado su testamento poco antes de morir, dejando sin herencia a sus familiares directos yendo la mayoría de su patrimonio, 386.000 libras a su médico. Los familiares se pusieron a investigar exhumando el cadáver y se encontraron restos de morfina. Miraron casos recientes de muertes de pacientes del doctor y todos coincidían en la patología, habían sido tratados necesariamente o no con morfina. La policía detuvo a Harold el 7 de septiembre de 1998 y en su investigación se dieron cuenta que el índice tan alto de mortalidad en esos casi 25 años no fue casual, cayéndole 15 cadenas perpetuas por los quince casos que pudieron probar, pero se estima que llegó a matar a más de 218 pacientes . 

1. THUG BEHRAM (1790-1840) 

Si los anteriores casos de asesinos os han parecido barbaridades por el número de víctimas causadas, el número uno se lleva la palma. Pero antes de eso vamos a conocer un poco a su clan: los Thugs. Una fraternidad secreta que operaba desde la Edad Media y que estuvieron presentes hasta la muerte de nuestro protagonista acabando con la vida de más de dos millones de personas, razón por la cual están en el libro Guinness de los récords. Conocidos como los estranguladores y siendo principalmente hinduistas y musulmanes, adoraban a la diosa Kali, representante en su cultura de la destrucción y consideraban los asesinatos como una manera de autofinanciarse (necesito dinero y esta persona lo tiene, si lo mato y me quedo con su dinero asunto solucionado). Organizados en cuadrillas de entre diez y doscientos hombres recorrían la India en busca de gente poderosa y sus riquezas, asesinándolos generalmente con un rumal, el pañuelo amarillo que servía para estrangular sus cuellos, es por ello que los americanos introdujeron en su jerga callejera la palabra "thug" para referirse a mafias de asesinos y ladrones.

ठग बेराम, el Thug Behram (o Buhram) fue el último líder conocido por la fraternidad, se sabe que nació en 1765 en el Raj británico y estuvo al frente de esta mafia desde 1790 hasta 1840.

Inglaterra, dueño de esa parte del territorio indio en esas fechas, veía un gran problema que los Thugs operarán a sus anchas, ya que sus principales objetivos eran ricos extranjeros y comerciantes de la Ruta de la seda, lo que suponía una buena parte económica de los ingresos del país, así que decidieron erradicarlos si bien eran unos expertos a la hora de esconderse tras realizar sus crímenes. Mandaron al teniente William Henry Sleeman a la India con esa misión, limpiar las calles de Thugs y en 1835 atrapó a uno de los cabecillas, encontrando con él una fosa común de 100 personas asesinadas por su mafia, al presentarle las pruebas a su rey, mandó más apoyos para desarticular a la banda. En los siguientes años más de 1.400 Thugs acabaron en la horca, pero faltaba la batalla final, detener al líder de la banda, Thug Behram que hasta ser atrapado había matado a un total de 931 personas, ninguno de los anteriores jefes se había acercado siquiera a esa marca.

Gracias a informantes y a la red creada en esos años para controlar las calles por el "Departamento Thugs y Dacoitis", situaron en diferentes puntos donde había asesinatos al líder y consiguieron de esa forma cercar los lugares en donde se podía encontrar y atraparlo, llevándolo a una prisión en Jabalpur creada únicamente para Thugs. Poco después sería ahorcado y con él se acabaría su estirpe.

James Paton , oficial de la Compañía Británica de las Indias Orientales, escribió en sus libros sobre las experiencias de su trabajo sobre Behram diciendo que además de esa gran cantidad de muertes, algunas de ellas, aproximadamente más de 125 hombres los mató con sus propias manos para percibir lo que se sentía acabar con la vida de una persona sin necesidad del rumal y que a su vez presenció la muerte de más de 150 hombres a los que mandó matar.

 

 

 

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