Cualquiera que me conozca sabe que si no soy ateo poco me falta, pero paralelo a eso, me siento jarrero y riojano como el que mas y tu eres la patrona de mi ciudad.
No soy de plegarias, ni tampoco de apoyarme en la religión cuando las cosas salen mal, pero me acuerdo que hace muchos años rece, por primera y última vez por algo y el único santo/a que me vino a la cabeza fuiste tú. Fue por un examen imposible que conseguí aprobar y… no, no volveré a pedir nunca por mí, ni me refugiaré en la fe de seres que de algún modo, según principios banales y humanos así se decidieron… pero hoy ha ocurrido una cosa y me he acordado de ti.
He de darte las gracias por como se ha “solucionado” el tema y si hubiera que rezar, cosa que me opongo, me podría de rodillas y me tiraría el tiempo que hiciera falta para devolver lo que ha pasado. De jarrero por jarrero, de astilla por palo y de disgusto por susto, hoy patrona me acuerdo de ti.
¡Salve Virgen de la Vega!
¡Salve Patrona de Haro!
¡Salve Madre Milagrosa!
¡Salve Reina nuestro amparo!
Con creciente fe tu pueblo
con entusiasmo y fervor,
viene a tus pies y te ofrenda
homenaje de su amor.
No desdeñes ¡oh Virgen bendita!
a este pueblo que Tú has elegido,
tus milagros y tus bendiciones,
bondadosa siempre has concedido.
A la Virgen cantemos riojanos,
no decaiga nuestra devoción,
entonadla entusiastas un ¡Viva!
expresión de filial corazón.
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