Otra entrada que nace casi de la casualidad, tan simple como enterarte de la leyenda sobre la etimología de canguro. Según dice esta el explorador James Cook se encontraba en tierras australianas el 4 de agosto de 1770 cuando vio por primera vez a este enorme marsupial y se quedó prendado de un animal con semejantes características. Al querer saber más sobre el mismo preguntó a un aborigen por el nombre y las peculiaridades del susodicho y éste le respondió: "Kan Ghu Ru" y el explorador entendió que ese era el nombre del autóctono animal cuando en realidad el nativo le estaba respondiendo "No le entiendo".
Y de ese Kangaroo a nuestro canguro, si bien, muchos opinan que esta leyenda esta inventada porque el nombre proviene en realidad de la palabra "gangurru" una palabra de la tribu Guugu Yimithirr con la que se referían incluso siglos antes de la llegada de Cook a las islas Oceánicas a los canguros de pelaje gris.
Sin querer meterme en el berenjenal de cual de ambas historias es la veraz, me hizo gracia que la etimología de una palabra pudiera nacer de un equívoco y empecé a buscar más información al respecto y aparece el "Ok" ya extendido en todos los idiomas que supuestamente se inventó durante la Guerra Civil Norteamericana, si bien se trata de otra historia dudosa: "Existe una dudosa versión que nos cuenta que en la Guerra de Secesión norteamericana, al regresar las tropas a sus cuarteles sin tener ninguna baja, ponían en una gran pizarra “0 Killed” (0 muertos)". Aunque otros hablan de una historia de 1837 cuando Martin Van Buren se presentó como candidato a la presidencia de los EE.UU. y como era residente de Old Kinderhook (Nueva York) llamó a su partido "Democratics O.K. Club" y de ahí procede la palabra.
Y para rematarlo hay otra historia parecida a la leyenda del canguro, que nos relata Fray Bernardino de Lizana, uno de los doce religiosos que llegó consigo Fray Diego de Castro en 1606 con el objetivo de colonizar México y cristianizarlo. Según su historia al llegar a la península preguntaron a un indígena como se llamaba el lugar donde estaban y éste respondió: "Ma'anaatik ka t'ann" (que significa "no entiendo") y los hábiles traductores bautizaron al sitio como "Yucatán", que poco tienen que ver con la frase que el nativo les había dicho y para más inri ni se molestaron en acudir a algún traductor.
Ahora bien, ¿os imagináis palabras en nuestro idioma que hayan surgido de una etimología incorrecta y que la propia R.A.E. las haya admitido dentro del lenguaje? Igual las historias no son tan molonas como en el extranjero, pero no deja de ser curioso que usemos palabra de forma cotidiana que están mal dichas desde el origen y a partir de hoy sepamos el porqué.