De estas conversaciones típicas que salen: ¿Tú cuando estudiabas te ponías música para concentrarte o no?
Es un debate tan que divide tanto a la gente como el típico de la tortilla "con o sin cebolla" o si eres capaz de comerte una pizza si uno de los ingredientes de ésta es la piña.
Aquí el que le habla necesitaba mientras estudiaba ponerse pequeños descansos con algún tema heavy o rockero, y algunos pensaban que estaba loco, quizás sí, pero no creo que ese sea el verdadero motivo.
En realidad pensaba que ese tipo de música me servía para subir el autoestima o tener mejores vibras para seguir hincando los codos. Es muy mía esta forma de pensar, siempre he dicho que si tienes un día malo y no puedes con él o tienes un problema y no te lo puedes sacar de la cabeza, debes hacer al menos tres pequeñas cosas que te hagan sentir bien para compensarlo, un regla que sigo a rajatabla y en el tema de estudios era un quid pro quo: si eres capaz de estudiar y comprender hasta este punto, te has ganado elegir una canción y disfrutarla hasta llegar a la próxima meta de estudio programada.
Hay otro tipo de gente, que se pone los cascos o se pone música suave de fondo y ello les ayuda a la hora de enfocarse en sus estudios y obviamente existe la tercera vía que descarta totalmente la música porque les abstrae de lo que deben hacer.
Me parece un tema muy interesante a tratar, así que allí vamos con ello...
1. ¿CÓMO FUNCIONA LA CAPACIDAD PERCEPTIVA HUMANA?La capacidad perceptiva humana engloba el enfoque, atención, aprendizaje y concentración y después está la aptitud para procesar e interpretar la información recibida por los sentidos, que se basa intelectualmente en el conocimiento, la experiencia y características subjetivas.
Dentro de la psicología básica hay una rama que se dedica a estudiar los procesos psicológico fundamentales derivados de la conducta.
La percepción es como interpretamos la información externa e interna, que recibimos a través de nuestros sentidos, de manera que adquiera significado para nosotros. Para ello se requieren tres elementos:
1. PROCESOS COGNITIVOS O SENSORIALES: donde se integran las conductas con las cuales damos sentido y significado a todo lo que nos rodea ya a nuestros propios estados internos. Tienen como fin el conocimiento del mundo y de nosotros mismos: percepción, memoria, aprendizaje, pensamiento, inteligencia, comunicación y lenguaje.
Los tienen todos los animales y son los sentidos que nos permiten entrar en con tacto con el exterior y con las transformaciones que se producen en el organismo. Los estímulos o datos físico (internos y externos) son muchísimos y sería imposible percibirlos todos porque ni el cerebro del ser humano tiene semejante capacidad, así que selecciona aquellos más fuertes, más intensos o que tienen más interés para nosotros. Los neurólogos han conseguido clasificarlos de mayor a menor atención: estado de alerta, relax, somnolencia, sueño ligero y sueño profundo.
Estos estímulos son percibidos y posteriormente clasificados en atención a través de los receptores sensoriales que se dividen en cuatro clases: Exteroceptores (los cinco sentidos) sirven para captar la estimulación del medio ambiente, Interceptores (se encuentran en el aparato respiratorio y digestivo, generalmente en las vísceras) nos dan sensaciones de hambre, sed, bienestar..., Propioceptrores (tendones y articulaciones) nos permiten saber la actividad muscular y Nociceptores (por todo el organismo) reaccionan hacia estímulos nocivos y nos transmiten el dolor.
Cuando estudiamos nuestro cuerpo debería estar en un punto medio entre el estado de alerta y el relax, pero podemos estar en cualquiera de los otros estados por exceso de horas o de poco descanso. Por ello, generalmente usamos como únicos receptores sensoriales los exteroceptores, cuando deberíamos hacer caso de vez en cuando a los demás a los que solemos bloquear por como tenemos estructurado el tiempo y la concentración, hacer caso a los interceptores es esencial para poder estudiar bien y tener consciencia de las señales de los propioceptores y nociceptores, hará que tengamos que tener nuestros tiempos de descanso.
2. PROCESOS DINÁMICOS Y MOTIVACIONALES: a través de los cuales orientamos nuestras conductas de acuerdo con necesidades y metas que al ser alcanzadas nos proporcionan satisfacción y en caso contrario, frustración.
Una vez que percibimos los datos, los organizamos, estructuramos e interpretamos haciéndolo en un grado de lo significativos que son para nosotros. Por ello simbolizamos cada uno de ellos dándoles más prioridad a ciertos datos que a otros.
3. PROCESOS AFECTIVOS: donde se incluyen las emociones, los sentimientos, las pasiones y como se fusionan con nuestra mentalidad haciendo que aparezcan los sentimientos como amor, ira, miedo, aburrimiento, etc.
Estos tienen que ver con todas nuestras experiencias anteriores y conocimientos. Teniendo en cuenta estos recogemos los símbolos de nuevo y de alguno los etiquetamos con las percepciones que tenemos sobre ellos anteriormente. Así por ejemplo el proceso de estudiar puede ocupar un símbolo muy grande, pero a su vez en el proceso afectivo para nosotros puede representar un proceso aburrido y tedioso.
2. ¿CÓMO NOS AFECTA LA MÚSICA CUANDO ESTUDIAMOS?
Siento la chapa previa sobre la percepción pero sin entender ese punto, difícilmente se podría comprender éste.
Aunque a todo el mundo no nos afecta de igual forma, científicamente está demostrado que hay canciones que ayudan a la persona a concentrarse mejor y enfocarse en el estudio previo a cualquier tipo de examen. Obviamente, no todos los tipos de música que podemos emplear son buenos para ello y hay algunos que nos pueden distraer en nuestra concentración en vez de enfocarnos en ella. Generalmente estos van ligados a ritmos tan fuertes que hacen que en vez de querer estudiar queramos concentrarnos en la canción y disfrutar de ella, ya sea por ejemplo, cantándola o bailándola, lo cual sería contraproducente con nuestro interés primordial que es aprender y comprender los temas de los que nos vamos a examinar.
La música en el estudio tiene que ver principalmente con el punto de unión entre los Procesos Cognitivos y los Procesos Afectivos. El proceso de estudio requiere necesidades de habilidades cognitivas y por tanto el uso del cerebro; éste funciona con cinco ondas de frecuencias cerebrales asociadas a los diferentes estados y funciones mentales:
DELTA (0,1-3,4 Hz). Las ondas cerebrales Delta que se producen en el sueño profundo.
THETA (3,5 a 7,9 Hz). Las ondas Theta que tienen lugar en las primeras etapas del sueño.
ALFA (8 a 13 Hz). Las ondas Alfa que se producen en estado de relajación, con los ojos cerrados pero consciente. Un buen ejemplo de ellos se produce mientras meditamos.
BETA (14 a 29 Hz). Las ondas Beta se dan con consciencia plena, es decir, cuando estás despierto.
GAMMA (30 a 100 Hz). Las ondas Gamma hacen que haya una mayor actividad en el cerebro y más lucidez, mejorando la concentración, aunque no se sabe con certeza cuándo y qué producen.
Para el estudio las ondas cerebrales Alfa son las que mejor respuesta dan dentro de un proceso de aprendizaje, ya que la persona debe estar relajada a la hora absorber conceptos y no con tensión. Estas ondas ayudan a tener las ideas más claras, mejorar la creatividad y son las que más nos pueden ayudar a la hora de resolver problemas porque son las que nos permiten alcanzar los mayores niveles de concentración.
3. CONDICIONES ADECUADAS EN LA MÚSICA DURANTE EL ESTUDIO
Como hemos dicho científicamente está probado que la música puede ayudarnos a enfocarnos mentalmente en el estudio, por tanto, si elegimos la adecuada nos puede ayudar a que nuestras ondas Alfa estén potenciadas adecuadamente.
Para ello es bueno tener en cuenta cierto tipo de cosas:
1. ES PREFERIBLE ELEGIR TEMAS INSTRUMENTALES. Así evitamos intentamos cantar la letra lo que diverge nuestra atención hacia ella en vez hacia el estudio.
2. PONER MÚSICA GRABADA O UN ÁLBUM. No es bueno, por ejemplo, encender la radio, así evitamos escuchar a los locutores en los interludios entre canciones, a los anunciantes y el tipo variado de música que pueda sonar.
3. EL VOLUMEN DEBE SER MODERADO TIRANDO A BAJO. Por las mismas razones expuestas anteriormente, la música debe ser parte del ambiente y no algo que prevalezca sobre nuestro interés principal que es el estudio y la concentración.
4. CREAR LISTAS DE ESTUDIO. Debido a los anteriores puntos, es bueno que previamente tengamos unas listas de reproducción para estudio, eligiendo temas en consonancia lo que estamos poniendo en este punto, así evitaremos sobresaltos con temas que no esperábamos que sonasen o se distancien del ambiente buscado, además de tener que buscar ciertos temas en concreto y hacer por ello pausas constantes en el estudio.
5. AUNQUE PAREZCA TODO LO CONTRARIO POR LOS PUNTOS ANTERIORES, HAY MUCHOS ESTILOS Y MÚSICA QUE AYUDEN AL ESTUDIO. No nos equivoquemos, parece que al leer las indicaciones anteriores, descartamos el 90% de la historia de la música: no ritmos fuertes, no ritmos bailables, preferiblemente sin letra, que tengan sonoridad ambiente y se puedan poner volumen moderado-bajo... En los siguientes puntos os mostraremos tipos de música que son perfectamente compatibles y ya cada uno que elija los suyos.
4. ONCE TIPOS DE MÚSICA RECOMENDADOS PARA EL ESTUDIO
1. MÚSICA CLÁSICA: El primero de todos es el más evidente y el que seguramente te recomendarán en cualquier búsqueda de Google, o si preguntas a algún profesional.
Tiene varias cosas que ayudan a mejorar nuestras ondas Alfa: es completamente instrumental (recomendable excluir las óperas en dicha ecuación), es un buen acompañamiento de fondo y es el tipo de música que se disfruta mejor si el volumen no está tirando a bajo.
En otro punto hablaremos porque científicamente la obra de Mozart, que según dicen, es la más recomendado para escuchar en momentos donde debemos procesar información o concentrarnos en algo. Pero hay otro tipo de piezas que ayudan para el estudio como los conciertos para piano de Chopin, la Sonata Claro de Luna de Beethoven y obras de grandes de la música clásica como Antonio Vivaldi, Gioachino Rossini, Joseph Haydn, Johann Strauss y Tchaikovsky. Si nos gusta la música clásica más actual podemos poner algo de Serguéi Prokófiev.
2. MÚSICA CLASICA REMIXADA: Es ciertos que los jóvenes de hoy en día no están habituados a los clásicos y en vez de ayudarles a estudiar les pueden causar aburrimiento e incluso somnolencia, en vez de activarlos para el estudio. Existen versiones de los clásicos con diferentes arreglos, generalmente electrónicos que renuevan el estilo y pueden entrar mejor en su mente, aunque la pieza que esté sonando sea la misma. También pueden ser mezcladas con un poco de pop y algo de rock suave, que nos alejará un poco de los pianos, violines y orquestas clásicas en general sin perder un ápice de los beneficios de las partituras originales.
3. MÚSICA RELAJANTE Y SONIDOS DE LA NATURALEZA: No es casualidad que este tipo de música es la que se encuentre en lugares de meditación, en quiroprácticos y salas de masajes, en el dentista e incluso en un ascensor de bastantes pisos. Buscan que el individuo se sienta lo más relajado posible con sonidos provenientes de instrumentos y coros o sonidos escogidos de la propia naturaleza. Si no eres experto en este tipo de música pero consideras que te puede venir bien en el estudio, busca piezas compuestas por el artista Dan Gibson, capaz de crear atmósferas relajantes y que ayuden a poder concentrarte.
4. MÚSICA DE JAZZ: No cualquier jazz, su versión más artística, la que sueles escuchar de fondo mientras te encuentras en ciertos pubs o cafeterías y cuyos instrumentos principales no pasan de ser principalmente un piano y un saxofón improvisando. Es otra buena opción para meternos de lleno en un ambiente agradable y propicio para el estudio.
5. MÚSICA DE CINE: Las bandas sonoras del cine, auténticas obras maestras de la historia de la música en algunos casos y gente muy prolífica como John Williams (Tiburón, Star Wars, E.T., Jurassic Park, Indiana Jones, La Lista de Schindler, Harry Potter, Salvar al Soldado Ryan...), Danny Elfman (Eduardo Manostijeras oc asi cualquier película de Tim Burton y la primera trilogía de Spiderman), James Horner (Una mente maravillosa, Brave Heart o El hombre bicentenario), Alan Silvestri (Forrest Gump), Hans Zimmer (Piratas del Caribe) o casi cualquier película en la que aparezcan como directores de música Vangelis o Ennio Morricone, del cual tenéis un especial en este mismo blog de cuando murió.
6. MÚSICA SYNTHWAVE: A finales de los setenta y sobre todo en la década de los ochenta aparecieron los sintetizadores y con ellos un género nuevo de música llamado synthwave en el cual todos los sonidos estaban producidos por ellos. Si tienes algo de ese estilo de música, enhorabuena, porque tal cual vino, se puso de moda y desapareció sin dejar rastro, si bien toda la música de hoy en día tiene sintetizadores a tutiplén, ya no se usa ese estilo. Por ejemplo, como homenaje al synthwave existe la intro de la serie Stranger Things... pues eses estilo de música también es ideal para usarlo a la hora de estudiar.
7. MÚSICA LO-FI: Otro tipo de reliquia que han pasado a la historia, música grabada en baja fidelidad, principalmente desapareció porque su sonido es de baja calidad. Este tipo de música tenían bases lentas (muchas sacadas del hip-hop) y relajantes acompañadas, a veces con una alguna melodía o canción que parece escucharse a lo lejos. Muchos asocian este tipo de música con soledad y depresión porque son las sensaciones a las que transporta cuando se da prioridad a las bases en vez de lo que debería serlo que se oye como si lo estuvieran cantando o tocando a kilómetros de distancia, sin embargo suele ser música relajante para la atmósfera que necesitamos.
8. MÚSICA DE BAJA FRECUENCIA: Utilizada principalmente para crear atmósferas relajantes y compuestas en gran medida por sonidos similares al ruido blanco, amenizado con sonidos lentos y armoniosos producidos por sintetizadores con notas de baja frecuencia e inclusive largos silencios. Esta clase de música más que ayudarte a estudiar, sirve para conseguir dejar el cerebro en blanco y con ello poder absorber mejor los temas de aprendizaje. Se usa principalmente en meditación y reiki.
9. MÚSICA NEW AGE: Vinculada al movimiento del mismo nombre que apareció a partir de la década de los setenta del siglo pasado que estaba basado en creencias esotéricas y pseudocientíficas como que los humanos necesitamos ser menos materiales, estar más relajados y cuidar más el medioambiente. La música de este estilo es una especie de compendio de las tres citadas anteriormente, creando una atmósfera suave pero profunda que se suele usar en clases de yoga y meditación. Hubo grupos y cantantes que se hicieron muy famosos con este estilo, como Vangelis, a los que ya hemos mencionado en las B.S.O., la cantante Enya, Enigma, Moby, Kitaro y Era.
10. MÚSICA ESPACIAL: Una derivación directa de la música New Age, incluso algunos ni siquiera harían distinción de estilos en este caso, ya que se trata de juntar este estilo de música con sonidos que nos transporten al espacio. Como la ya mencionada, te pueden servir para estudiar, relajarte, leer o hacer diferentes actividades creativas ya que pueden llevarte a un momento de inspiración y potenciarla.
11. TANGO DE VANGUARDIA: Bueno, en España no creo que fuese muy popular pero en Argentina y Uruguay ha sido durante décadas la música tradicional del país, aunque en las nuevas generaciones ha quedado un poco desfasada, dejando paso a otros tipos de música que estuvieran de moda. En los años sesenta del siglo pasado nació este subgenero gracias a Astor Piazolla, al que le dio por fusionar el tango con el jazz, algo que no gustó demasiado a los profesionales del género que le defenestraron, pero ese tipo de música si gustó a muchos alrededor del mundo. La idea sea desarrollado con otros nuevos autores haciendo la fusión, con jazz (siguiendo al maestro), rock y música electrónica, entre ellos han destacado: Tanghetto, Gotan Project, Bajofondo, Narcotango.
5. EL EFECTO MOZART: ¿ES VERDAD QUE LA MÚSICA DE MOZART ES PERFECTA PARA DESARROLLAR LOS CONOCIMIENTOS Y EL ESTUDIO?
Como hemos visto en el punto anterior, los científicos y los profesionales de campos como la neurología invitan a escuchar música clásica porque posee grandes beneficios en los procesos de aprendizaje, razonamiento y otras capacidades cognitivas. De ahí sale la famosa idea que varias embarazadas pongan este tipo de música en sus vientres con la sana intención de que su bebé nazca más listo de lo normal, aunque esto en contrapunto con la anterior sentencia, no está contrastado, simplemente se puede tomar como un ritual, ya que el nonato aún apenas tiene consciencia para evolucionar sus ondas alfa y adquirir conocimientos sin ni siquiera haber salido de la tripa, pero oye, igual algo se le queda...
Ya hemos citado algunos autores claves para que esto suceda: Bach, Chopin, Vivaldi o Beethoven poseen grandes obras que pueden ayudar en ese sentido, pero entre todos ellos siempre nos han destacado uno, Wolfgang Amadeus Mozart.
Siento que os voy romper un mito, pero esto científicamente no está probado y no difiere su música en especial del resto de sus colegas. Pero, ¿de dónde sale dicho mito?
En 1993, se publica en la revista Nature el artículo "Música y ejecución de tareas espaciales" firmado por el físico Gordon Shaw, la psicóloga Frances Raucher y Catherine Ky, de la Universidad de California Irvine. Donde exponían un proyecto en el que habían trabajado con treinta y seis estudiantes universitarios, haciéndoles escuchar durante diez minutos "La sonata para dos pianos en Re mayor, k.448" de Mozart y que la mayoría de dichos estudiantes habían sacado las mejores puntuaciones en un test espacio temporal.
Alex Ross, un crítico musical de Washington publicó un artículo en el New York Times que afirmaba lo siguiente: "los científicos han determinado que escuchar a Mozart te hace más inteligente". Algo totalmente falso que venía de la lectura del artículo de Nature, ya que ningún científico había demostrado pruebas acerca de este autor, simplemente sobre la música clásica alegando que puede ayudar en los estudios y en el desarrollo cognitivo como hemos dicho, pero eso no significa que directamente tras escuchar a Mozart o a otro artista "durante quince minutos al día", te vaya convirtiendo automáticamente en un potencial superdotado, de hecho ayuda a estudiar o te preparan mejor para realizar esta acción, pero si no abres el libro o los apuntes y pones de tu parte...
El caso que dicha sentencia de Ross en uno de los periódicos más famosos y de mayor tirada en el mundo, no fue contrastada o puesta en duda, ya que por aquel entonces ya era un crítico musical de cierto prestigio y lo creyeron a pies juntillas.
Lo malo no fue eso, sino que dicha sentencia fue vista como un negocio, empezaron a aparecer diferentes álbumes de Mozart para niños que en una primera tirada vendieron más de dos millones de discos, el fenómeno, sobre todo económico ya se había disparado.
En 1997, el músico Don Campbell escribió un libro yendo mucho más allá que su colega Ross al que tituló "El efecto Mozart: pinchando el poder de la música para sanar el cuerpo, fortalecer la mente y desbloquear el espíritu creativo". El libro al menos no apoya todo lo que se escribe en él en la base científica del artículo de Nature, sino en el estudio de Alex en el artículo antes citado, del cual el propio autor sacaba sus propias conclusiones tales como: escuchar los conciertos para piano de Mozart incrementan el cociente intelectual y producen salud mental en los que consumen su música.
En 1998 hubo un segundo estudio al respecto avalado por los buenos resultados avalaron las autorías de Ross y Campbell. Dicho experimento realizado de nuevo por la psicóloga Frances Raucher, esta vez trataba de hacer escuchar a un grupo de ratas música de Mozart y a otra no, y después hacerlas pasar a todas por un laberinto en diferentes días. Los roedores que fueron expuestos a la música completaban más rápido el circuito que los que no, siendo mucho más rápidas el día 3 y superándolas más si cabe el día 5.
El Gobierno alemán, por ejemplo, se tomó muy en serio que pudiera haber esta correlación entre la música y la inteligencia y mando a su mejores neurocientíficos, psicólogos, educadores y filósofos a estudiar dichos temas presentándoles estos estudios previos. Su trabajo fue muy exhaustivo y concienzudo, pero argumentaron que en caso de aumentar la inteligencia, este síntoma no duraba más allá de veinte minutos, no pudiendo ni asegurar a ciencia cierta ni siquiera dicha conclusión.
En 2010 también se hizo un estudio científico exhaustivo en Viena, revisando cuarenta pruebas realizadas anteriormente sobre este tema y utilizando en ellas a tres mil personas y las conclusiones fueron exactamente las mismas que habían sacado los expertos alemanes, yendo más allá, y diciendo que escuchar a Mozart no te hace más inteligente que hacer lo mismo con música jazz o hip hop.
Pero el mito ya se había instaurado desde principios de la década de los noventa y hoy en día muchos padres siguen poniendo a sus hijos a éste autor para que sus niños desarrollen más temprano sus habilidades cognitivas. Algunos siguen teniendo fe, aunque científicamente se haya probado que esos estudios en los que se basa dicha sentencia no están testados como debieran y los que sí lo están demuestran que eso no es verdad.
6. DESVENTAJAS DE ESCUCHAR MÚSICA
Como hemos hablado en la introducción en este post, no todo el mundo está hecho para estudiar con música, hay personas que necesitan el silencio absoluto para poder concentrarse bien en su cometido.Una cosa es que científicamente esté probado que puede ser muy beneficiosa según las circunstancias, como hemos comprobado y demostrado, y otra muy diferente que sea obligatorio o que todo el mundo piense lo mismo.
Así que, al menos, a ese otro tipo de personas que menos que darles el placer de mostrar la otra cara de la moneda y de paso alertar a quienes la usan en el estudio con ciertas advertencias que tienen que tener en cuenta en caso de utilizarla a su favor:
1. Generalmente el ritmo de una canción y los latidos de nuestro corazón tienden a tener cierta sincronización, por lo tanto si las canciones son rápidas o cañeras, no va a ser fácil el poder relajarse y centrarnos en el estudio, que es lo verdaderamente relevante en este artículo.
2. No es aconsejable escuchar música alegre y que contenga letra, porque sin quererlo nos centraremos más en la canción y nos pondremos a tararearla o incluso a movernos como si quisiésemos bailar, olvidándonos del estudio en esos momentos. Por ello se eligen generalmente música instrumental en la que no haya demasiados sonidos repetitivos y que no haga centranos en nuestro cometido.
3. No olvidemos que los que están estudiando y ecuchando música a la vez, no están realizando una única tarea y el cerebro tiende a desdoblarse atendiendo ambas y no se concentra por completo en su cometido. Por tanto, vuelvo a recordar el porqué es tan importante la músicaa escuchar en este proceso y me remito a los dos puntos anteriores.
4. Hilando con el punto tres, recordemos que la música no deja de ser ruido y ello puede provocar alteraciones en el cerebro y afectar nuestra productividad. Este punto generalmente es en el que se basan las personas que no quieren escuchar música mientras estudian y necesitan un eterno silencio durante esas horas.
5. La pérdida de tiempo en las elecciones de los siguientes temas, sigue siendo eso, tiempo útil desperdiciado en tomar una decisión banal que es: ¿qué es lo próximo que debo escuchar? y si el aparato que usamos no tiene reproducción automática, no olvidemos añadir los tiempos extra de darle al "play". Como hemos dicho en el punto de condiciones adecuadas para escuchar música, haced previamente o elegir listas de música predefinida que suenen automáticamente tras finalizar la anterior, para ser mucho más productivos.
6. Mientras estudiamos, nuestra memoria se divide entre tres pilares fundamentales: lectura, atención y fijación. Si a ello le añadimos música, sobre todo inadecuada, nuestro estudio obviamente se convierte en algo mucho más superficial.
Moraleja: los que no quieren escuchar música también tienen sus motivos fundamentados, y los que necesitéis tenerla, elegid adecuadamente y tomadla como un sonido ambiente que potencie vuestra concentración. Nunca como una distracción más porque obviamente tener que estudiar para la mayoría de seres humanos, es aburrido.
Excelente post, muy completo.
ResponderEliminarSí es verdad que el efecto de habituamento es fundamental a la hora de elegir música para el estudio. Algo demasiado novedoso puede tener efectos de distracción, ya sea porque no nos gusta... o porque descubrimos gustos nuevos y el cerebro se concentra en ello.
Con la música ocurre un efecto muy curioso... el cerebro agradece la repetición. Estamos mucho más dados a escuchar varias veces una canción que nos gusta, que a ver varias veces una película que nos gusta. Hay un efecto de relajamiento en el "Esto ya lo conozco".
Por lo demás... fascinante todo lo que expusiste.
Qué interesante, Eduardo.
ResponderEliminarComo siempre, tu batería de argumentos es impresionante, tanto en la información sobre cómo nos afecta la música, como sobre los tipos de ella que encajan mejor o peor para utilizarla. Al final, pienso que tus razonamientos sirven para confirmar nuestra opinión previa.
Yo soy de radio de música clásica y, si no coincide con lo que está en ese momento, de podcast de programas que me he saltado o me ha gustado.
Un fuerte abrazo ;-)