Últimamente he tenido cambios en mi comportamiento, quizás demasiado bruscos, pero no por ello menos coherentes y la verdad que no sé ni cómo tomármelos, ni como se lo tomaran los demás. Por una vez tengo las cosas muy claras, se cuales son mis fines y me siento a gusto por algunos resultados obtenidos, pero no de acuerdo con otros.
Estoy en una etapa meramente pensativa, con demasiada carga psicológica, como viene siendo habitual, pero con ganas de salirme con la mía aunque eso cueste tener alguna perdida por el camino y esto, en sí, no lo es.
Siento que me debo ser feliz y he de dar pasos hacia ello porque los de mi entorno, no lo van a hacer por mí, y en estos momentos por una vez me da lo mismo, el camino lo voy a hacer yo y si me tropiezo, no me queda más que levantarme y seguir hacia delante.
Quizás me he dado cuenta que la mejor forma de cambiar algo es desde la unidad, porque es desde donde te sientes más fuerte.
Mis etapas reflexivas me hacen ser un peligro constante, capaz de lo mejor y de lo peor si se trata de cuidarme a mí mismo. Uno sabe sus virtudes y sus defectos y si bien puedo dar buenos momentos a la gente cuando más lo necesita si confían en mí, esos buenos momentos no me los se dar porque no me transmito esa confianza que soy capaz de dar a los demás.
Hay un problema, los últimos dos meses he conseguido centrarme en un camino positivo, el cual sigo a rajatabla, pero la cosa se complica y te obliga a tomar decisiones. Hasta ahora esas decisiones las había obviado por si salían mal, una forma de fortalecer mi ego. Ahora creo que debo ir dándoles forma y sacar lo mejor de esas decisiones y por eso me veo obligado a cambiar y sobre todo a reflexionar y aquí llega el miedo y la ofuscación. Cuando das el paso a la reflexión ¿Cómo puedes arreglártelas para no cometer los mismos errores que te hicieron tanto daño antaño? ¿Hay que ir con paso firme y no vacilar o cuidadosamente, temeroso y dejándote luz detrás para saber por dónde es el camino para recular si se tercia? Simplemente, al fin he encontrado las ganas de pensar sobre todo, las cuales me han costado cogerlas y ahora no me apetece cagarla más que lo que lo he hecho en anteriores ocasiones. Lo dicho, soy un auténtico desastre…
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Yo creo que puedes ir de las dos formas, eso es lo inteligente. Combínalas y "p'alante, como los de Alicante" (qué mal me suena esta frase siempre, de verdad, xDDDDDDDDDDDDDDDD).
ResponderEliminarSi, la verdad es que es la forma inteligente, pero a veces las cosas no se pueden combinar o no sabes como hacerlas combinar, y en ese momento es cuando tienes que tomar decisiones y te ofuscas.
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