Todo empieza con una ojeada de mi padre al periódico en el trabajo, se fija en los anuncios de empleo, encuentra algo que cree que puede ser de mi interés, y me lo pasa para que llame y me ponga en contacto con ellos.
El anuncio tal cual: “EMPRESA BUSCA PERSONAL SERIO, ALTOS INGRESOS” seguido de dos números móviles. Yo en mi labor continua de mejorar mi remuneración económica con un trabajo por lo menos a tiempo completo, me da por cogerlo y decirle que voy a llamar… El hombre se ha molestado en mirar, y que menos que probar suerte.
Cualquiera que me conoce, sabrá que si me llama la atención ese anuncio es por la palabra SERIO y no por los ALTOS INGRESOS, porque la verdad no creo que en mi comunidad existan muchos de esos pongan lo que pongan.
Serían las cinco menos cuarto de la tarde y me dispongo a hacer la primera llamada, me dicen que sí, que el teléfono marcado corresponde con la oferta de trabajo, pero que en esos momentos no me pueden atender por una reunión de junta, que por favor llame a partir de las cinco de la tarde.
Para no parecer ansioso, alargo media hora a las cinco, con el fin de no molestar si se retrasaba dicha reunión, si bien poco más podía hacer pues me tenía que ir poco después…
Me vuelven a coger y hablo con la misma mujer de la anterior llamada, me dice su nombre, me pide el mío, además de la edad y localización. Yo gustosamente se lo digo.
Me dice que “doy el perfil” que buscan y que por favor, me pase a tal dirección de Logroño. La corto educadamente y le digo que antes de presentarme allí, me gustaría que me dijera de que va el trabajo, o que por lo menos me diera unas pinceladas de lo que buscan para ver si me interesa o no y trasladarme hasta la capital.
Aquí llega mi sorpresa cuando me empieza a hablar de acompañar a mujeres y si se presta mantener relaciones sexuales con ellas, que pagan muy bien la noche y que solo tienen necesidad de cariño… A lo que me quedo a cuadros, obviamente la pido disculpas, le digo que no soy el tipo de persona que buscan y que perdonaran las molestias…
Llamo a mi padre, le cuento lo sucedido y se empieza a descojonar, argumentando que menudo “chollo” de trabajo y encima “pagan bien”.
También lo comenté con el colega con quien había quedado para echarle una mano y la tarde llegó a ser monotemática. La verdad es que yo no sé si estoy chapado (que no chapero) a la antigua, o trabajos de este tipo son demasiado “cools” para mí, pero a saber qué clase de señoras contratan esos servicios y que requieren de la persona contratada: ¡miedo me da solo de pensarlo!.
Por último, ¿qué manera más fácil tienen estas empresas para reclutar gente, no?