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27 mayo 2018

LA DECIMOTERCERA.

No ha sido el mejor año en cuestión de juego y fiabilidad, pero a trancas y a barrancas y a veces con el corazón en un puño para los aficionados, de nuevo el equipo dirigido por Zinedine Zidane se plantaba en la final de la Champions.

Una fase de grupos con algunas dudas tras sus enfrentamientos con el Tottenham, un equipo con ímpetu de campeón contra el PSG, repitiendo la final del año pasado en los cuartos contra la Juventus (a recordar la chilena de Ronaldo en Turín y lo mal que se pasó en la vuelta), sufriendo lo indecible contra el Bayern tras ganar en su estadio... Mil batallas, pero de nuevo una final.

El equipo de enfrente es mucho más de lo que nos ha hecho ver la prensa, pues su tripleta de Salah, Firmino y Mané, han marcado la friolera de 30 goles en toda esta Champions contando el de la final, arropados por un mediocampo que si bien está años luz en técnica del de los blancos, sigue estando compuesto por 3 centrocampistas que dan mordiente y lanzan enseguida al tridente, destacando un Milner que a los sordo es el máximo asistente de la competición con 9 asistencias. Su punto débil es la defensa, con un claro líder como Van Dijk, que costó 85 millones de Euros en invierno con el fin de poner algo de jerarquía y un valor seguro a balón parado y su mayor debe la portería donde ni Karius ni Mignolet han estado al nivel del club.

Sin olvidar que el equipo lo dirige Jurgen Klopp, ese entrenador que maravilló con el Borussia de Dortmund y ha conseguido un Liverpool fiel a su estilo de juego, vertical, rápido y muy ofensivo, asumiendo que también pueden recibir goles por este hecho. Un tipo que marcará tarde o temprano historia como entrenador recordado.


EL PARTIDO

Todos nos podíamos hacer la idea que el Liverpool iba a salir a morder y a darlo todo los primeros minutos del partido y que el Madrid debía circular el balón, mantener la posesión y esperar a tener oportunidades que tarde o temprano caerían al ser los ingleses un equipo que descuida sus espaldas.

Lo que nadie esperaba es que la circulación del Madrid estaba cortocircuitada y se iban a perder tantos balones a las primeras de cambio, siendo la primera media hora un partido "red", teniendo que ver mucho más el área de Keylor Navas que la de Karius...

La presión alta hacia su efecto y la movilidad de su tridente ofensivo era sorprendente, sino llega a ser por la tremenda rapidez al corte de la pareja de centrales blanca y de un Keylor a la altura de la final que atajó algún que otro disparo, bien podría ser que en la primera media hora la sorpresa en el marcador ya se hubiera dado.

El Madrid necesitaba sentirse cómodo y llevar el peso del partido cosa que ocurrió a partir de la fatídica lesión de Salah, que no había aparecido mucho en juego, pero que condiciona a todo su equipo con su simple presencia en el choque. Una pugna por un balón con Sergio Ramos acabó con los brazos de ambos enredados y tras el despeje del central, con ambos en el suelo y con el egipcio muy dolorido en su hombro debido a una mala caída.

Cambiar a tu estrella por Lallana recién salido de una grave lesión trastoca mucho los planes, más si cabe porque el centrocampista inglés juga más atrasado, teniendo que cambiar el dibujo a algo más parecido al 4-4-2 que al 4-3-3 de inicio y además tener que cambiar de banda a Mané para que Lallana estuviera cómodo en su posición y el senegalés buscara los espacios en las subidas de Marcelo que hasta esa fecha eran cosa de Salah.

Esta serie de cambios permitió que el Madrid conectara y se hiciese dueño y señor del mismo al sentirse mucho mejor sobre el césped. El infortunio quiso que en una jugada de ataque Carvajal se lesionase el isquio derecho, en el 37, cosa que nos recordó a lo sucedido hace dos años contra el Atlético también en la final que hizo que se perdiese la Eurocopa, esperemos que no ocurra lo mismo con el Mundial, siendo sustituido por Nacho.

Aún con eso el Madrid fue muy superior en ese cuarto de hora, pero no consiguieron marcar, bueno si, lo hizo Benzema tras parada de Karius de un remate de Cristiano, pero ambos delanteros en sendas jugadas estaban en fuera de juego y es lo que se pitó.

En la reanudación  vino lo que todo el mundo estaba esperando, los goles... El primero de Benzema en el minuto 50 ,en uno de los fallos más recordados de un portero en un partidos importantes. Karius iba a sacar de puerta con la mano hacia su lateral izquierdo, pero decide después dársela a Van Dijk, sin darse cuenta que estaba frente al delantero francés que levanta el pié y roba la pelota, siendo el propio rechace gol, quedándose el portero alemán con cara de tonto y buscando la nulidad del tanto con críticas hacia el asistente, aunque todo fue legal y quizás el debería de estudiar las reglas del deporte que practica.



Todo parecía controlado, pero no, cuatro minutos tardó en igualar la contienda el Liverpool en un balón a la ola que se continúa con un cabezazo que cae cerca de Mané, libre de marca y con un Marcelo, que debía marcarle rompiendo el fuera de juego. También Keylor, si llega a ser otra clase de portero hubiera podido adelantarse un par de metros de la línea de gol y haberse quedado con el balón, pero se siente más seguro pisando la línea de cal, quedando vendido ante el senegalés que remató dentro del área chica.

Seis minutos más tarde, en el 60, cambiaba Zidane a Bale por Isco, al apostre la mejor decisión del partido, buscando atacar los espacios y poner a prueba al portero alemán. Curiosamente antes del cambio y saber que iba a ser el damnificado él, Isco  terminó dos jugadas una con un disparo bombeado que tras superar al guardameta pegaba en el travesaño y otro buscando sorprender cosa que de poco hace... pero se necesitaba a Bale...

Cuatro minutos tardó el galés en hacer el gol de la noche, centro de Marcelo desde la izquierda a la espalda de Bale que obliga a este a rectificar la posición para llegar y sobre la marcha pensar que la mejor opción es chutar una chilena, tan difícil como ortodoxa, si bien a ese balón jamás llegaría el cancerbero alemán, ni nadie... Algunos ya lo comparan con el gol de Zidane en la novena, con un centro desde el mismo sitio por otro lateral izquierdo brasileño, Roberto Carlos y por la ejecución sin dejarla caer... quizás es más bonito el ce Cristiano frente a la Juventus en Turín, pero no más importante.



La gente flipaba y Klopp buscaba una reacción de los suyos que vino con un palo de Firmino. fueron minutos de control por parte del Madrid, como lo fue el resto del partido tras la primera hora, pero no se podían confiar, había que rematar la faena para no sufrir con alguna contra o algún despiste. Hubo más cambios entre medias, Benzema dio paso a Asensio buscando más velocidad si cabe en las contras y Emre Can por Milner buscando desequilibrar más por el mediocampo por parte de los reds.

Faltaba otro gol que llegó de un disparo lejano de Gareth Bale en el 83, no puedo decir que no fuera duro y que conforme bajaba el balón zigzageaba pudiendo despistar al portero, pero iba centrado y hacia el cuerpo de Karius, que en vez de despejar de puños, lo hizo con la mano abierta, y el balón por fuerza le tocó las manoplas y  terminó en el fondo de la malla.

Esto estaba finiquitado, Klopp daba la enhorabuena a Zidane minutos antes del final y la zona blanca del estadio, menor que la roja, empezaba a celebrarlo.



Llegaba la decimotercera, la tercera consecutiva y la cuarta en cinco años... Todo eran risas hasta que a Cristiano le dio por insinuar su marcha hablando del equipo en pasado y que dentro de unos días iba a hablar. Bale, el hombre del partido, más de lo mismo, exigía jugar todos los partidos o meditaba abrir las puertas al mercado de este verano, quizás con más razón que el luso al chupar banquillo.

No era el día para que ambos expusieran sus egos personales a los del equipo y empañar de esa forma, o mejor dicho, querer empañar una celebración de lago histórico y tan importante para el madridismo, pasados los días lo que quieras, ¿te quieres ir? vales tanto, consigue a alguien que lo pague y ahí tienes la puerta... y si no a callar que tienes contrato en vigor.

Bernabeu siempre decía que ningún jugador estaba por encima de la institución y quien quiera salir siempre tiene la puerta abierta para hacerlo. A estos dos se les olvidó el escudo que portan y quien les paga, por mucho que sólo quieran llamar la atención...

Lo hicieron, ayudando a las portadas de la prensa en general y de la catalana en particular que vieron una perfecta cortina de humo para no hablar de la final y si de la bomba de dos egolatras, que no quisieron pensar en el equipo el día más especial.

La plantilla en general sumaba su cuarta copa de Europa, Cristiano una más de su etapa con el Manchester y la gente que se ha acoplado estos años alguna menos, pero todos la tienen.

¿Qué decir de Zidane, ese tipo que dejó de entrenar en segunda b para llegar a enderezar al primer equipo y que desde entonces no ha perdido el tiempo?  Supongo que seguirá teniendo una flor en su trasero y que su nivel de entrenador no estará a la altura de otros con muchos más millones que llevan tiempo viviendo de tener alguna menos e inventar el futbol.. Me alegro por él y que siga callando bocas en el futuro y haciendo historia.
12+1

3 comentarios :

  1. Respuestas
    1. La empecé pero la tengo aparcada, si alguna vez la termino, la agregaré. Un saludo

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  2. El Real Madrid es el club más exitoso en la historia del torneo, habiéndolo ganado 13 veces, incluidas sus primeras cinco temporadas.

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