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16 marzo 2022

LA FELICIDAD COMO ESTILO DE VIDA

"La felicidad es un estado subjetivo, cada persona la experimenta de una manera distinta, puede estar provocada por diferentes cosas o situaciones, dependiendo del significado que cada persona le confiera a estas y puede ser un estado duradero, pero también puede caducar."

Siempre he pensado cómo lo hacen esa clase de personas que tienen siempre una sonrisa en la cara pase lo que les pase. Por una lado me dan cierta envidia sana y por otro algo de mal rollo, porque soy de los que piensan que hay momentos a lo largo de nuestra existencia que hay que vivirlos aunque sean negativos, sanarlos y cerrar las heridas para poder de nuevo volver a esa felicidad.

Nadie puede estar bien por siempre y estar agradecido por lo que le sucede desde su nacimiento al último día, como todo en esta vida, existe una montaña rusa de sensaciones que algunas veces harán que muestres una gran  alegría y haya otros momentos en que la tristeza, el enfado o simplemente los problemas que surgen no te hagan estar de buen humor.

De hecho, el que escribe estas líneas se siente un ser negativo por naturaleza frente a los problemas, eso no quiere decir que no haga todo lo posible por solucionarlos, sino que tiende a ponerse en el peor de los casos ante el porcentaje que no depende de él, como mecanismo de defensa por si sale mal ya estar preparado psicológicamente y si sale bien, sentirme feliz. También  ese es un camino hacia la felicidad, ya que nunca he creído eso que dicen que "lo que siembras, recoges" y si vas sonriéndola a la vida, esta te devolverá la sonrisa, pues generalmente a todos nos pondrá en menor o mayor medida piedras en el camino.

De ahí surge la idea de este post averiguar que es en sí la felicidad y que hace al ser humano sentirse en esa condición y, a su vez saber si existe una fórmula mágica para que nada la afecte y te sientas así lo máximo posible.

1. ¿QUÉ ES LA FELICIDAD?

Según la R.A.E. la felicidad es un estado de grata satisfacción espiritual y física, así como la ausencia de inconvenientes o tropiezos.

Sabiendo de antemano que lo normal en la vida de una persona es tener inconvenientes o tropiezos de forma cotidiana, resulta difícil darle un estado de continuidad permanente a la misma, es más me atrevería a decir que la felicidad son momentos concretos en los que no piensan en los negativo y te centras únicamente en lo que te da esa positividad disfrutándolo en mayor o menor medida.

Ya los filósofos griegos se hicieron dos preguntas que a día de hoy siguen sin tener una respuesta rotunda: ¿qué es la felicidad? y ¿qué hace felices a las personas?. Las respuestas dieron lugar a tres vertientes diferentes:

- La de Aristóteles que afirmaba que la felicidad es lograr la autorrealización y alcanzar las metas que nos hemos propuesto, logrando un estado de plenitud y armonía del alma. Esta corriente filosófica se conoció como eudemonismo.

- Otra propuesta es la que decía que la felicidad significaba valerse por sí mismos, ser autosuficientes y no tener que depender de nadie. Los estoicos llevaron esta idea más allá, creyendo que solo se puede alcanzar la verdadera felicidad cuando se es ajeno a las comodidades materiales y se sigue una vida basada en la razón, la virtud y la imperturbabilidad, naciendo con ello el estoicismo.

- Mientras que Epicuro creía que la felicidad significaba experimentar placer, tanto a nivel físico como intelectual, huyendo del sufrimiento y de los excesos, creando así el hedonismo.

De algún modo, ser feliz para los griegos es la consecuencia de estar bien contigo mismo en todos los sentidos de la vida y para ello debes trabajar cada una de las facetas no pecando en exceso.

Hay que esperar a los siglos XVII y XVIII para que el racionalismo se instale como corriente filosófica en Europa recogiendo el guante de los helenos y proporcionando la siguiente vuelta de tuerca. Uno de sus grandes exponentes, Baruch Spinoza, pensaba que para ser feliz es necesario despojarse de las cadenas que implican las pasiones , llegando a comprender el mundo que nos rodea y dejando de sentir miedo y odio. Sus colegas racionalistas creían que la clave radica en conocer la realidad, este conocimiento nos permite aceptar los sucesos y, por tanto, ser más felices. Curiosa idea que se contrapone con ese dicho que dice algo así como cuanto menos sepas, más feliz puedes llegar a ser y a su vez da que pensar, ¿si tienes todos los datos de algo que ha ocurrido y te ha marcado negativamente, tienes ya la solución para dejar atrás el problema y ser feliz?. Yo soy de los que piensa que depende de la persona, hay gente que necesita saberlo todo para poder pasar página y otros para los que es mejor no indagar en el tema que le hace daño para poder cerrarlo mejor , pues sabiendo más, la herida será más grave y tardará más en sanar.

Fue el Nuevo Pensamiento, corriente filosófica surgida en el S.XIX quien se acercó más a la idea de felicidad que tenemos en el presente: la clave para encontrar el camino de la felicidad reside en aceptar nuestra condición, nuestra historia de vida y nuestro pasado, si lo hacemos conscientemente, nos acerca más a nuestro objetivo.

Ya en el presente nos encontramos con Matthieu Ricard, un biólogo molecular que dejó su carrera para centrarse en el budismo y es considerado por muchos "el hombre más feliz del mundo" después que neurocientíficos de Wisconsin escanearan su cerebro y comprobaran que sus niveles de felicidad están muy por encima de los de la media de cualquier otra persona. Al ser preguntado cómo llegar o acercarse a ostentar dicho título Ricard dijo que el altruismo, aceptar el presente y focalizarnos en nuestro interior en vez de en el exterior son claves que hay que trabajar.

Por otro lado el más importante de los que investigan el campo de la psicología positiva, el recientemente fallecido psicólogo húngaro-estadounidense Mihály Csíkszentmihályi  creía que la felicidad es un producto resultado de un estado de flujo. Este flujo sería la capacidad que tenemos nosotros mismos para sentirnos tan motivados y concentrados en ese estado que somos capaces de perder la noción del tiempo. Este estado nos proporciona un crecimiento personal y nos reporta satisfacción y la propia felicidad. 

2. UN AUTOESTIMA ALTO

Sabiendo a grandes rasgos a través de estas definiciones que se le han dado en la historia, lo que nos queda claro como nexo de unión entre ellas es que debes estar bien contigo mismo para poder ser feliz. Además de ser un requisito fundamental, también es el punto de partida independientemente de los problemas a los que estés sometido desde el exterior, los cuales algunos en sus definiciones los han relativizado y otros basan la solución de los mismos a través de nuestra paz interior.

El autoestima por definición es estar bien con uno mismo, factor fundamental para que se produzca felicidad. Una persona con autoestima alto se siente querida y aceptada por los demás, está orgullosa de lo que hace y  lo más importante, cree en sí misma. Por el contrario si éste es bajo, se siente mal consigo misma, es dura con ella porque cree que no es lo bastante buena, por ende creará tristeza y sufrimiento acorde a su pesar.

Cuando eres pequeño tu autoestima depende de los adultos que te rodean, padres, familiares, profesores... si de ellos recibes una educación en la que te sientes protegido, feliz y activo, seguramente en el futuro alimentando bien esa base de autoestima no tienes porque tenerla baja, si bien hay factores traumáticos externos que pueden hacer variar esta teoría.

Ahora bien, ¿cómo podemos mejorar nuestra autoestima?

Hay muchos factores a tratar, a veces sólo hay que solucionar algunos de ellos y en otras ocasiones trabajar todos en general:

1. Hay que aprender a relacionarse con gente que te trate bien. intenta evitar a personas que por alguna causa consciente o no te hacen sentir mal contigo mismo e incentiva las conversaciones con gente que por el contrario hace lo posible por verte bien o te saca una sonrisa espontánea. Por supuesto intenta también ser de esta última clase de gente para los demás.

2. Di cosas que te ayuden. Generalmente alimentamos nuestra voz interior a base de críticas destructivas, de cómo no debemos hacer las cosas o como solución para entender porque no salen como queremos. Ante los momentos malos, debemos saber motivarnos porque no hay peor enemigo que nosotros mismos al conocer nuestros puntos débiles. Para ello hay que motivarse con conductas positivas, críticas constructivas que nos ayuden a crecer y ver la solución o las cosas buenas que rodean a lo malo.

3. Aceptar que no se es perfecto. Esto va íntimamente ligado al punto anterior y a esas críticas destructivas de nuestra vocecita interior. Si somos conscientes de nuestras limitaciones y nuestros fallos, sabremos crecer como personas y reforzar nuestros puntos fuertes.

4. Fijarse metas y "poder" alcanzarlas. No es fácil y requiere su esfuerzo, pero también hay que ser práctico e inteligente, no vas a acabar una maratón sin entrenar, es por ello que las metas deben ir por ciclos que puedas cumplir y al sumar todos darte cuenta de la evolución que has obtenido.

5. Concentrarnos en las cosas que van bien. Un rasgo significativo del ser humano es que no ponemos el mismo interés en las cosas cuando nos van bien que cuando tenemos un problema. Hay que saber valorar ambos lados desde el mismo punto de vista y si el problema requiere de nuestra atención, las cosas buenas... también.

6. Ser generoso y ayudar a los demás. Dicen que cada uno recoge lo que siembra (😉😉), así que si han sido buenos contigo en un mal momento, haz lo propio con esa gente y si ya lo haces independientemente si ha sucedido lo anterior, de hecho seguro que te sientes mejor.

3. ¿QUÉ PRODUCE LA FELICIDAD SEGÚN LA CIENCIA?

La felicidad según los científicos es un estado mental derivado de una alta presencia de ciertos químicos en nuestro cerebro denominados neurotransmisores conocidos popularmente como hormonas de la felicidad y aunque son doce en total la fama se basa principalmente en cuatro: dopamina, serotonina, oxitocina y endorfinas. A día de hoy  todas ellas pueden ser reproducidas en un laboratorio.

- La dopamina es una molécula que produce nuestro cuerpo de manera natural y está presente en diferentes áreas del cerebro. Se encarga principalmente en el correcto funcionamiento intelectual, físico y emocional, ya que sirve para que se produzca una comunicación entre neuronas conectadas entre sí controlando las respuestas mentales, emocionales y motoras observando sus resultados en diferentes campos como el placer, la motivación, la coordinación de movimientos, toma de decisiones, aprendizaje y para promover los procesos de seducción, la sexualidad y el deseo.

- La serotonina es el neurotransmisor que se encarga del control de nuestras emociones y estados de ánimo principalmente, pero tiene otras funciones como: Regular el apetito causando la sensación de saciedad, controlar la temperatura corporal, regular el apetito sexual, controlar la actividad motora, la percepción y la función cognitiva, participar en los mecanismos que rigen la ansiedad, el miedo, la angustia y la agresividad, regular la secreción de algunas hormonas, como la melatonina (proteína encargada de regular los ritmos circadianos y el sueño), desempeña un papel importante en la formación y el mantenimiento de la estructura ósea, está implicada en el funcionamiento del sistema vascular e induce la división celular. Tener los niveles de serotonina por debajo de lo normal se asocia a enfermedades mentales, como el autismo, la esquizofrenia, hiperactividad, depresión, ansiedad, trastorno obsesivo compulsivo, agresividad, insomnio o estrés.

- La oxitocina que ejerce funciones como neuromodulador en el sistema nervioso central modulando comportamientos sociales, sentimentales, patrones sexuales y la conducta parental, presentándose mayormente cuando el individuo experimenta sensaciones altamente agradables. Lo de mayormente debería ir entrecomillado pues las mujeres producen en exceso esta hormona, antes y durante el parto y no creo que esos momentos, por muy bonitos que sean, se puedan calificar como agradables.

- Las endorfinas son unas sustancias químicas que se generan en nuestro cerebro y son liberadaa cuando estamos haciendo alguna actividad que nos resulta agradable o placentera, siendo las responsables de darnos esa sensación de buenos ánimos y bienestar. Los efectos de la endorfina en nuestro organismo son principalmente dos: Relajarnos, además de placer nos aportan esa reconocible sensación de bienestar y relajación. Si sufrimos de ansiedad o algún episodio estresante, las endorfinas nos ayudan a volver a un estado de calma y tranquilidad y regular la presión de la sangre, teniendo efecto sobre nuestro sistema cardiovascular, esencialmente manteniendo estables los niveles de presión sanguínea y arterial.

4. EDUARDO PUNSET Y LA FÓRMULA DE LA FELICIDAD

¿Existe una fórmula científica para la felicidad? Según diversos estudios, existen varias, o al menos eso creen sus propios creadores.

La más extendida es la que propuso Martín Seligman, padre de la psicología positiva, que consiste en una suma de componentes básicos: F =R+C+V. O lo que es lo mismo la Felicidad duradera es igual a la suma de un rango fijo de felicidad (R) junto con las circunstancias de la vida (C) y los factores que dependen de la propia voluntad (V). Es decir, tenemos un componente genética que determina lo felices que podemos llegar a ser, nuestro "termostato de la felicidad",  que está influenciado por las circunstancias que nos rodean pero que podemos cambiar al depender de nuestra actitud ante la vida a través de las decisiones que tomamos en nuestro día a día. 

Mo Gawdat, un ex ejecutivo de Google, al que en su momento le sobraba el dinero pero no era feliz y para colmo la vida le quitó a su hijo en lo que iba a ser una simple operación de apéndice, tiene su propia versión de la fórmula: F ≥ e - E. En otras palabras: la felicidad es mayor o igual que los eventos que ocurren en tu vida, menos las expectativas que tienes de la propia vida.

Pero la más elaborada de todas es la que proponía el escritor, político, divulgador científico, presentador televisivo y economista Eduardo Punset y que estrenó en su propio blog, como si fuera otra entrada cualquiera del mismo y posteriormente publicó en su libro "El viaje de la felicidad" (2005).

E – La emoción:

Si carecemos de emoción, nada de lo demás tendrá valor, si nuestro proyecto profesional o personal, no nos provoca esa emoción, será un gran impedimento para alcanzar la felicidad. Por ello este factor es el que multiplica a los tres restantes que explicaremos a continuación.

M – El mantenimiento:

Es el esfuerzo que ponemos al cuidar los detalles de todas las actividades que hagamos. Ser feliz implica nuestro esfuerzo en conseguir este estado de ánimo.

B – La búsqueda:

En ella reside uno de los factores básicos de la felicidad. Supone cambiar nuestro día a día, sustituyendo el ensimismamiento por el espíritu multidisciplinar y la capacidad metafórica.

P – Las relaciones personales:

Otro peso muy importante son las relaciones que entablemos con otras personas. Los vínculos afectivos y sociales son fundamentales dentro

Como contrapeso encontramos dos factores que actúan en contra de la felicidad:

R – Los factores reductores de la felicidad:

Como el predominio del miedo, o las convicciones que no han sido sometidas al análisis de la experimentación.

C – La carga heredada:

Las barreras y adversidades que nos hemos encontrado a lo largo de nuestra vida, desde los malestares heredados por genética, hasta el desgaste físico o el estrés. Incluso existen cursos de estrés específicos para ayudarnos en situaciones difíciles.

5. LAS ETAPAS DE LA FELICIDAD SEGÚN LA PSICOLOGÍA

Jessica Aaker, profesora y psicóloga de la universidad de Stanford hizo un estudio sobre cómo se desarrolla la felicidad en las diferentes etapas de la vida, eso si desde la premisa de que nunca es estática, sino que es dinámica y siempre está en movimiento.

Después de su trabajo sacó como conclusiones que la felicidad es diferente en cada etapa de nuestra vida, dividiendo ésta en cinco momentos diferentes:

1. El descubrimiento. Al contrario de lo que podamos pensar cada vez que vemos sonreír a un bebé, la doctora Aaker piensa que hasta la adolescencia no somos conscientes plenamente del significado de la felicidad. Una etapa donde los jóvenes empiezan ser más independientes sin necesidad de sentirse protegidos por los padres, donde pueden encontrarse más aislados, dándose cuenta que el mundo no es tan bonito como se lo habían pintado, donde se sienten menos apreciados y comprendidos y tienen que empezar a ordenar sus propios objetivos y esforzarse para poder llevarlos a cabo. En esta etapa: “la felicidad se experimenta cuando vive la emoción del día a día”.

2. La búsqueda. El inicio de esta nueva etapa comienza sobre la edad de veinte años, ya que según la doctora es cuando las personas comienzan a tener claros los objetivos además de tener unas ganas inmensas de comerse el mundo. En este periodo: “la felicidad ya cambia, pues es cuando se experimenta por primera vez el éxito y ser capaz, sobre todo cuando es validado por los demás”. 

3. El equilibrio. Comienza a partir de los treinta años, una edad significativa pues es cuando se suele tener familia y comienzas a dosificarte en salud y niveles de esfuerzo: “la felicidad se vuelve más asociada con el equilibrio”.

4. El significado. Se da al cercarse a los cuarenta o al pasar esta edad y según Aaker: "la felicidad queda conectada a un creciente sentido de significado que viene con la crianza de una familia, un sentido de la espiritualidad y de la comunidad, y una realización del impacto que podemos tener en el mundo".

5. La cúspide. Al igual que en otro tipo de estudios relacionados con este tema, el de Stanford dictaminó que nuestra felicidad están el punto más álgido a partir de los cincuenta años en adelante: “la felicidad está ligada a sentirse contenido y conectado, en el que apreciar lo que hemos logrado y lo que tiene. Este sentimiento de agradecimiento sólo crece en los años 50 y 60 cuando la felicidad se vuelve cada vez más asociado con calma la sensación, ser afortunado, y bendito”.

6.  LA FELICIDAD EN LA NIÑEZ

La doctora Aaker nos ha hablado de la felicidad de las etapas de la vida, descartando de ellas toda la anterior a la pubertad, lo que nos lleva a preguntar: ¿son felices los niños?. Obviamente que no entren en su estudio al considerar que no comprenden todavía el concepto de felicidad y por tanto no pueden prepararse conscientemente para ella, no quiere decir que sean incapaces de sentirse y vivir felices.

Para que esto ocurra, la mayor parte de la responsabilidad recaerá en sus progenitores que deben dejarles ser lo que realmente son: Niños. Si se exceden y tratan de controlar sus vidas, aunque sea con el fin de lograr la felicidad, corren el riesgo de conseguir que acaben por no serlo, y es que por desgracia ésta no se puede dar, es un estado que brota de uno mismo.

Lo máximo a lo que pueden aspirar es a crear las condiciones idóneas para que el niño pueda llegar a ser feliz, pero el resultado final no depende de ellos, ya que es algo que no pueden controlar. Es comparable al tema del respeto, si se les cría a base de control y autoritarismo no conseguirás que el niño te respete más, pero seguramente sí que tenga temor hacia ti y por ello en ese momento de la vida haga lo que tú le digas y no lo que el sienta que deba hacer, porque el respeto no se enseña, ni se transfiere, ni se puede exigir, se lo tiene que ganar uno mismo con sus actos, es una consecuencia.

Es por ello que para procurar que nuestros hijos crezcan felices, aunque cueste,  hay que preocuparnos menos, controlarlos menos y darles más libertad, que sientan que ellos eligen, darles opciones, dejarles jugar, hablar mucho con ellos para que expresen sus opiniones, que socialicen con otros niños y que tengan sus propios pensamientos.

Otro error muy común es creer que tienen que tener mejor infancia de la que los propios padres tuvieron y para ello hay que apuntarle a un montón de extraescolares y potenciar su cerebro porque a esas tempranas edades es como una esponja y todo lo que aprendan tendrá más base para el día de mañana. Deben tener libertad, sus ratos libres, las extraescolares que ellos quieran hacer y que de alguna forma se vayan moldeando ellos y no imponerles nosotros una transformación abrupta de lo que deben llegar a ser.

Obviamente seguir estos pasos no proporcionará las misma sensaciones de felicidad a todos los niños, pero este trabajo servirá a que, cuando lleguen a la pubertad y se encuentren en la fase del descubrimiento de la felicidad, se sientan más preparados para afrontarla y confíen en sus propias sensaciones y en sus propios padres que, de alguna forma le han dejado crecer siendo como es preocupándose solo en ofrecerles ayuda cuando la pidan o la necesiten, eso también es una base de confianza que tienden a perder los chavales cuando llegan a esa edad.

7. RUTINAS A SEGUIR PARA SER MÁS FELIZ

Quizás conseguir la felicidad plena es apuntar muy alto, pero existen ejercicios comprobados por la ciencia que ayudan  a pasar malos tragos o al menos potenciar la felicidad en momentos puntuales y, a partir de la suma de estos acercarnos más a dicho objetivo.

Un total de 14 puntos son los que se encuentran en esta lista:

1. Reír más. Al reír se reducen los niveles de cortisol, la horma que produce el estrés y la adrenalina, además de producir betaendorfinas que son capaces de bloquear la sensación del dolor. La risa también es la contribuye a mejorar la depresión y los estados de ánimo negativos que producen ciertas enfermedades como puede ser el cáncer.

2. Tiempo al aire libre y en contacto con la naturaleza.  El ambiente natural mejora el autoestima y el ánimo y elementos tan sutiles como una ventana abierta a un entorno natural puede mejorar la capacidad de trabajo de los empleados. Todo lo que sea huir de la rutina y del mundo artificial que hemos creado a partir de luces, electricidad, contaminación, elementos informáticos y demás para volver al medio natural ayuda a nuestro organismo a sentirse mejor consigo mismo.

3. Madruga más. Esto tiene que ver con los ritmos circadianos, es decir el tempo que nos conecta al planeta. Según los propios estudios el hecho de aprovechar más las horas de luz ayuda a sentirnos más positivos y por ende más felices y añadiendo a la ecuación que hay que dormir bien (los adultos entre siete y ocho horas), el resultado es claro: acostarse pronto y madrugar más es equivalente a tener mejor humor.

4. Tener planes y ser más espontáneo. Si tomamos un día laboral y lo dividimos, deberían salir tres partes de ocho horas de las cuales una está dedicada al trabajo, otra las horas de descanso y la última a las horas de ocio. Ok, obviamente no vamos a tener ocho horas de ocio pues tras salir de trabajar tenemos nuestros quehaceres diarios y a veces ocupan buena parte de ese tercio, pero eso no es óbice para aprovechar el resto de ese tiempo en hacer planes diferentes, descubrir cosas nuevas  y salir de la rutina. Según un estudio de la universidad de Stanford: "cuando experimentas algo nuevo, parece haber durado más, porque estás más concentrado en recopilar la información desconocida en un recuerdo."

5. Dedica tiempo a tus pasiones. No siempre vas a poder hacer planes o descubrir cosas nuevas, esos días también puedes emplear esas horas en tus aficiones. Todos tenemos hobbies que nos ayudan a salir de la rutina y nos producen bienestar, estos nos ayudan a reducir el estrés y potenciar la felicidad. Por lo tanto, no los dejemos por desidia o pereza aparcados.

6. Amabilidad. Es importante tratar bien a las personas para que ellas a su vez hagan lo mismo. Si recibimos un piropo, un detalle o unas palabras en tono jocoso de buena mañana de una persona de forma espontánea seguramente tendremos una reacción de sentirnos bien y que nos alegra el día, por lo tanto también hay que practicar con el ejemplo.

7. Hay que decir más veces "SI". Hay muchos planes que dejamos aparcados cuando nos los ofrecen al estar cansados o simplemente por pereza. Salir de nuestra zona de confort y participar en esa clase de planes también ayuda. Según estudios científicos: "Todos hemos experimentado la emoción de algo nuevo, y esa emoción que proviene de nuevos logros. Esa es la dopamina trabajando".

8. Apaga el móvil de vez en cuando. Uno de los grandes males del presente no es el acceso a infinita información al alcance de un click, sino la dependencia que este hecho nos ha creado. Simplemente despegarnos del móvil durante 15 minutos repercute de manera positiva en las personas. ¿Os imagináis lo que podemos beneficiarnos si nos desenganchamos de él algunas horas?.

9. Tomarse vacaciones y viajar.  Supongo que esta respuesta está entre las primeras cuando a alguien le preguntan directamente que necesita para ser feliz en ese momento. Cuantos más viajes tengas y más días libres, menos estrés, menos complicaciones en las que pensar y más concentración en poder disfrutar.

10. Socializa más. No estés solo, pasa tiempo con los amigos, pareja, o con la familia pues ese es uno de los pilares básico para poder ser feliz. En una investigación de George Vaillant, se quiso valorar los nexos en común entre 268 sujetos que presumían de ser felices, uno de los datos más claros fue "que lo realmente importante en esta vida son las relaciones con otras personas" y ya de paso todos dejaron claro que el dinero no está entre los requisitos para poder ser feliz.

11. Ayuda al prójimo. Muy ligado al punto seis de la potenciación del autoestima, cuanto más contribuyas con el bienestar ajeno y mejor trates al prójimo, te sentirás más realizado y a su vez más feliz contigo mismo, ya que favorecerás la activación de la serotonina y la dopamina, hormonas ligadas al placer.

12. Centrarnos en nuestras cosas buenas. De nuevo un punto parecido al cinco de la potenciación del autoestima. Dicen que uno de los mejores ejercicios para salir de un bache emocional es el de "Las 3 cosas buenas", que consiste en apuntar en un papel cada día 3 acciones que hayan sido positivas en ese intervalo de tiempo. Esto sirve para concienciarnos que no todo es malo a nuestro alrededor, aunque lo veamos así cuando desagradable nos pase.

13. Huir del rencor.  Obviamente siempre habrá personas que consciente o inconscientemente nos hagan daño y queramos retribuirles con lo mismo como si el karma estuviese a nuestro favor. Lo mejor en estos casos es hacer borrón y cuenta nueva para nuestro bienestar físico, espiritual y emocional.

14. Procurar ser amable y tolerarnos a nosotros mismos. Relacionado con el punto tres de la potenciación del autoestima. La mayoría de las veces somos nuestro peor enemigo, cuando en verdad deberíamos ser nuestro mayor apoyo, ya hemos hablado de la definición de la felicidad a través de la historia y todos coincidían que el proceso comienza con uno mismo, no podemos sacar nuestra mejor versión si en verdad creemos que somos lo peor y seguramente para ser feliz este es el terreno donde más debamos trabajar.

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