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09 febrero 2022

EL ORIGEN DE LOS SIETE PECADOS CAPITALES

"Huir del vicio es el comienzo de la virtud, y deshacerse de la necedad es el comienzo de la sabiduría. El ocio es una perversa sirena de la que debemos huir". (Odas de Horacio, 13 a. C)

Quinto Horacio Flaco (65-8 a. C), uno de los poetas romanos más importantes, ya nos mostraba el camino acuñando el término "Aurea Mediocritas" o cómo comportarse acorde a un punto medio entre dos extremos, siendo éste el estado ideal, alejado de los excesos.

No era algo nuevo, como ocurre en la mayoría de los pensamientos de la época romana, bebieron de los griegos, en este caso de uno de sus filósofos más importantes, Aristóteles y de un pensamiento que recoge en una de las obras más importantes de su carrera: "La ética a Nicómaco". En ella nos habla  sobre los extremos en cada una de las decisiones importantes de la vida, catalogando estos como vicios, siendo las virtudes el punto medio entre ambos enumerando estas: el coraje, la templanza (dominio propio), la generosidad, la grandeza del alma (magnanimidad), la ira mesurada, la amistad y el ingenio o el encanto.

Pero, ¿cómo llegaron los pecados capitales a nuestras vidas?, ¿por qué siete y no cualquier otro número? y ¿de verdad son esos los peores errores que pueden cometer los seres humanos?. Ahí anda el quid de este post, ya sabemos que desde la Antigüedad veían los puntos extremos como malos y los puntos medios como virtudes, ahora queda averiguar cómo desarrollaron esta idea para verla tal y como la conocemos hoy en día.

1. EVAGRIUS PONTICUS: EL PRINCIPIO DE TODO. 

EVAGRIUS PONTICUS
Orígenes de Alejandría (184-253 d. C) fue un erudito, asceta y teólogo cristiano que escribió más de dos mil tratados a lo largo de su vida sobre muchas ramas de la teología. De sus enseñanzas se nutrieron sus sucesores gracias a los conocidos como Padres del Desierto, una extensa gama de monjes, ermitaños y anacoretas que se dedicaron a partir del siglo III a expandir la teología cristiana por todo el norte de África a través de las enseñanzas de Orígenes.

Evagrius Ponticus (345-399) fue uno de estos Padres del Desierto, apareciendo un siglos después del nacimiento de estos escribiendo en lengua Koiné (un lenguaje derivado del griego) una elaboración teórica basada en uno de los miles de tratados de Orígenes, a la cual tituló: "Sobre los ocho vicios malvados", recogiendo en la misma pensamientos o actos impropios contra los que sus compañeros monjes debían alejarse para ser personas  "logion" (término que se puede traducir por sabios y edificantes)

Estos ocho vicios malvados según Evagrius ya estaban de alguna manera citados en la Biblia en la Carta de Santiago, capítulo 1, versículos 13-15: "Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie; sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido. Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte".

Los terminó dividiendo en dos categorías:

a) Deseo de posesión:

- GASTRIMARGIA: Γαστριμαργία, referente a los efectos de la gula y ebriedad en el vientre.

- PORNEIA: Πορνεία, "amor a lo carnal"

- FILARGURIA: Φιλαργυρία,  "amor hacia el dinero".

b) Vicios irascibles, no son deseos sino carencias, privaciones o frustraciones:

- ORGE: Ὀργή, cólera irreflexiva, crueldad, violencia.

-LÚPÊ: Λύπη, tristeza, abatimiento del alma. En Philokalia (textos dedicados a la mística y ascesis de la Iglesia Ortodoxa) es traducida como envidia, tristeza por la buena fortuna de otro.

-ACEDIA: Ἀκηδία, falta de interés, descuido, desesperanza. En Philokalia es traducida como abatimiento.

-KENODOXIA: Κενοδοξία, vanagloria, jactancia.

-UPERÈPHANIA: Ὑπερηφανία, soberbia, orgullo. A veces traducido como autoestimación exagerada, arrogancia o grandiosidad. 

2. ¿CÓMO PASARON DE SER OCHO A SIETE?

JUAN  CASIANO
Ira, soberbia, vanidad (vanagloria), pereza (envidia), avaricia, tristeza (melancolía), gula y lujuria fueron esos ochos vicios malvados originales  de Evagrius. Un siglo más tarde, el sacerdote rumano Juan Casiano (Cassiano, 365-435 d. C) fue el que redujo los pecados capitales a siete tal y como los conocemos hoy en día, siendo el papa San Gregorio (540-604 d. C) quien los oficializa y Dante en “La Divina Comedia”  quien los termina dando a conocer con su obra.

Pero, ¿por qué se elimina uno?.  Fue debido a la importancia que tiene en las religiones el número siete. Ya desde el Antiguo Egipto este dígito es un símbolo de la perfección, por eso Dios les envió siete plagas, es el día de la creación en el que descansó, el número de sacramentos que existen, los candelabros judíos tienen siete brazos o siete son los atributos fundamentales de Alá…

Casiano intentó relacionar los vicios malvados con ese número y para ello debía suprimir uno de ellos pensando que la tristeza (melancolía), no permite apreciar las obras de Dios, lo que la hace más prescindible siendo absorbido por el de “Pereza (envidia)”.

En la época de la Ilustración los conceptos de virtud y vicio quedaron en desuso al igual que muchos dilemas morales del pasado, volviendo a tener auge en los siglos XIX y XX con filósofos como Kant y su obra “Antropología pragmática”.

El término “Pecado Capital” en sí, está mal dicho, ya que estamos hablando de vicios, defectos de carácter, inclinaciones del alma que determinan los comportamientos que dañan al ser humano y a quienes lo rodean. El término latino vitium indica falta de algo, tanto un defecto físico como moral, un hábito desviado, un defecto del espíritu, mientras capitalis, traducido como jefe, indica que estos vicios son los peores o los más graves, desviaciones que alteran la naturaleza humana. 

3. EL PURGATORIO DE LA DIVINA COMEDIA

La Divina Comedia de Dante Alighieri se divide en tres etapas: Infierno (1304-1308), Purgatorio (1307-1314) y Paraíso (1313-1321).

En su etapa del Purgatorio Dante debe recorrer los siete círculos o cornisas que comprende donde los pecadores purgaran los diferentes pecados capitales que hayan cometido. Allí se encuentran los que mueren en amistad con Dios pero, aunque están seguros de su salvación eterna, necesitan una purificación para entrar en la eterna bienaventuranza.

En la primera cornisa, Dante y Virgilio encuentran a los orgullosos (soberbios) arrastrándose por el suelo oprimidos por grandes pesos, en la segunda a los envidiosos que tienen los ojos cosidos, en la tercera a los iracundos envueltos en una nube de humo, en la cuarta a los perezosos, los cuales no dejan de correr, en la quinta a los avaros y a los pródigos, atados de pies y manos y con la cabeza pegada al suelo al desear en vida bienes terrenales, en la sexta los golosos que no pueden ni beber ni comer pese a tener los mejores manjares ante ellos y en la séptima los lujuriosos que son consumidos por el fuego.

A través de esta segunda parte de la trilogía los lectores fueron vox populi de los siete pecados capitales consiguiendo la trascendencia que tienen hoy en día.

4. LOS PECADOS 

A. LA SOBERBIA

SOBERBIA, EL BOSCO
Del latín superbia y a veces utilizada como sinónimo de orgullo, es un sentimiento de superioridad de uno mismo con respecto a los demás. Mientras que el orgullo es más disimulable e incluso apreciado si le siguen causas nobles o virtudes, la soberbia es el deseo de ser preferido por otros basándose en la vanidad.

Existen muchos tipos de soberbia, siendo los principales:

1. La gloria vana, vanagloria o cenodoxia, la cual conocemos comúnmente como vanidad, esas ganas de ser visto, considerado, admirado, estimado u honrado

2. La filargiria, comúnmente conocida como codicia, amor al dinero.

3. La filargía, amor al poder.

En la jerarquía de las necesidades humanas, se describe como la necesidad de aprecio que a su vez se divide en dos: el aprecio que se tiene a uno mismo y el respeto y estimación que te tienen los demás. La desproporción en el primero deriva en el narcisismo y  el foco desmedido en el segundo en el egocentrismo.

En casi todas las listas de pecados se tiene a la soberbia como el pecado original y el más serio de todos, siendo la principal fuente de la que derivan el resto

En la Divina Comedia la primera grada representa a la soberbia, de hecho las tres primeras terrazas de alguna forma representan el mal de amor que de alguna forma ha de herir a la persona amada. En la terraza hay personas orgullosas purgando sus culpas en frente de esculturas expresando humildad, la virtud opuesta.

En las representaciones artísticas  se asocia a este pecado a animales como el león, el caballo,  el pavo real o el murciélago, además del espejo y el color violeta y de ella derivan la vanidad,  los delirios de grandeza, el juicio, la omnipotencia y la voluntad de sometimiento.

B. LA ENVIDIA

ENVIDIA, EL BOSCO
Según la psicología evolucionista, la envidia puede tener varias definiciones: 1) Tristeza o pesar del bien ajeno, 2) Deseo de algo que no se posee, 3) La combinación de las acepciones anteriores y 4) El hecho de calumniar o contar mentiras del ser envidiado.

Es considerada una de las causas más potentes de infelicidad, siendo el más desafortunado aspecto de la naturaleza humana, porque el envidioso no sólo es infeliz por lo que envidia, sino que además termina deseando el mal del envidiado por ostentar lo que él no puede, disfrutando de las pérdidas y las desgracias ajenas. Así que es un mal que acaba dividiéndose en dos direcciones.

Los griegos la divinizaron poniéndole de nombre Phlohnos (el que no ve con buen ojo) y para liberar a los niños, las mentes más puras, de este dios, buscaban los sedimentos que se pegaban en los fondos de las bañeras con un dedo y posteriormente ungían la frente de los jóvenes. La envidia surge en torno a los 3 años, en las primeras relaciones con compañeros y en nuestras relaciones familiares: la envidia hacia el juguete de otro, hacia el hermano favorito, incluso hacia la atención que obtiene papá de mamá y que yo no obtengo.

Los romanos la hicieron diosa e hija de la noche y la relacionaban con las anguilas porque decían que este animal envidiaba a los delfines.

Se representa bajo la forma de un viejo espectro femenino con la cabeza ceñida de culebras, los ojos fieros y hundidos, el color lívido, una flaqueza horrible, con las serpientes en las manos y otra que le roe el seno. Algunas veces se pone a su lado una hidra de siete cabezas, siendo el monstruo que el más brillante mérito no puede ahogar.

De ella derivan los celos, la comparación continua con el prójimo y el auto juicio negativo.

C. LA LUJURIA

LUJURIA, EL BOSCO
Del latín luxus (abundancia, exuberancia) entendiéndose ésta dentro de un marco sexual, un deseo sexual desordenado e incontrolado, aunque también existe una acepción de lujuria que simplemente se refiere a un deseo apasionado por algo, no teniendo que ser en referencia al sexo.

Considerada hoy en día como un caso patológico, se ve en la lujuria todo tipo de conductas sexuales que no son consideradas normales o no suelen ser aceptadas socialmente debido a su exacerbación, desorden o descontrol sobre los deseos sexuales, conduciendo hacia la separación del otro, e incluso de sí mismo, en un ofuscamiento casi bestial, dirigido exclusivamente a la búsqueda de la realización física.

Durante la segunda mitad del siglo XX, con la llegada al mundo de la revolución sexual, numerosos países del mundo occidental se vieron obligados a repasar las conductas consideradas normales, llegado a la máxima que en el sexo todo está permitido si las personas que participan en él, consienten de antemano los términos que se van a efectuar. Partiendo de esta ley no escrita, el término lujuria puede prácticamente desaparecer, pues no existe ningún desorden sexual si los participantes están previamente de acuerdo en ello.

En la mitología pagana existe unos seres que representan la lujuria, por un lado estaban los íncubos, unos demonios con atributos masculinos que se posaban encima de las mujeres mientras estas dormían aprovechándose sexualmente sin límites con la idea de poder ser padres. Por otra parte, los súcubos, demonios con atributos femeninos de gran belleza, experimentaban sexo con hombres generalmente sacerdotes o jóvenes  hasta dejarlos exhaustos introduciéndose previamente en sus sueños.

En la Biblia no dejan claro cuáles son las normas de la lujuria, aunque nos advierte de ello en el sexto mandamiento, sin embargo en otros textos sagrados como la Torá si tienen ciertas conductas sexuales pecaminosas como el incesto, la zoofilia y la homosexualidad...

De la lujuria deriva la incapacidad de acoger al otro, el vacio interior y la insaciabilidad.

D. LA GULA

GULA, EL BOSCO
Del latín gula (traducido como garganta o gaznate y derivado de gluttiëre, tragar) en referencia a un apetito excesivo por la comida y por la bebida. Este vicio está asociado a las adicciones, siendo una enfermedad crónica y recurrente del cerebro caracterizada por una búsqueda patológica de recompensa o alivio a través del uso de una sustancia u otras conductas, en este caso referentes a la comida y a la bebida. El individuo es incapaz de controlar este tipo de conductas, tiene gran dificultad para la abstinencia, un deseo imparable por el consumo, sin reconocer los problemas que esto le pueda causar tanto personales como interpersonales derivados de esa respuesta emocional disfuncional.

La religión lo considera como un pecado capital ya que "es un vicio del deseo desordenado por el placer conectado con la comida o con la bebida, el glotón continúa ingiriendo alimentos sin sentir hambre". Recogiendo esta acepción nos damos cuenta que los primeros en caer en el pecado de la gula fueron Adán y Eva tras morder el fruto prohibido, no tenían hambre ni necesidad de comer la manzana, pero lo hicieron simplemente porque les atrajo de ella la censura previa.

Según el cristianismo la gula puede ser pecaminosa desde distintos puntos de vista:

- Comer o beber en exceso de lo que el cuerpo necesita.

- Cortejar el gusto por cierta clase de comida a sabiendas de que va en detrimento de la salud.

- Consentir el apetito por comidas o bebidas costosas, especialmente cuando una dieta lujosa está fuera del alcance económico.

- Comer o beber vorazmente dándole más atención a la comida que a los que nos acompañan.

- Desperdiciar la comida, estando en la misma categoría que la de comer más de lo que necesita el cuerpo.

De la gula derivan: la codicia, el derroche y las paranoias.

E. PEREZA

PEREZA, EL BOSCO
Del latín acedia, accidia, pigritia  traducido como flojera, es la negligencia, astenia, tedio o descuido a la hora de realizar actividades.

En el cristianismo se le considera un vicio capital ya que genera otro tipo de pecados, aunque antiguamente se solía confundir con tristeza o depresión, sentimientos que provocan desidia o el cese de actividades.

Lo malo es que ciertas enfermedades pueden hacer pensar que quien las tiene es un vago, perezoso, holgazán, gandul, haragán, procrastinante o un dejado: Autismo, TDH, Fibromialgia, Fatiga crónica,  Depresión, Distimia o Demencia.

Es una cualidad de todo ser vivo el hecho de no malgastar fuerzas o energías si éstas no producen un beneficio seguro o inmediato siendo de forma genérica este tipo de comportamientos en todos los animales en alguno de estos ámbitos:

- Perseguir una presa para comer.

- Asearse.

- Practicar cualquier actividad, para mejorar habilidades. Puede que solo se haga por simple placer, que en realidad indica algún tipo de beneficio.

- Hablar con los demás para establecer relaciones sociales.

- Ayudar a los demás para establecer o mejorar las relaciones sociales.

- Mantener relaciones sexuales.

Pero ¿por qué se tiende a ser perezoso?: Falta de beneficio en relación al esfuerzo utilizado,

falta de reconocimiento en el trabajo o actividad realizada, falta de preparación para realizar la tarea, falta de motivación, monotonía laboral, no reconocer los talentos, que sea una tarea penosa, que cause cualquier trastorno físico o mental, como dolor de espalda, dolor de cabeza o hastío.

De la pereza derivan la mecanicidad, la poca apertura a lo nuevo, el inmovilismo y el aburrimiento.

F. IRA

IRA, EL BOSCO
Cólera, enfado, rabia, enojo o furia, emociones que expresan resentimiento e irritabilidad que aumentan el ritmo cardíaco, la presión sanguínea y los niveles de adrenalina y noradrenalina. Generalmente confundidas o excusadas a la hora de definirlas como una respuesta cerebral a una amenaza o a un daño, aunque generalmente esa respuesta es un exceso que se convierte en un sentimiento predominante en con comportamiento cognitivo y fisiológico, teniendo por tanto muchas consecuencias físicas y mentales: fatiga, hambre, sufrimiento, frustración sexual, celibato involuntario, recuperación de una herida, uso de drogas y cambios hormonales...

Según los psicólogos existen tres tipos de ira: la precipitada y repentina, conectada al impulso de autopreservación; la estable e intencionada, es una reacción a una percepción de daño o trato injusto por otros de manera malintencionada y la recurrente, que a diferencia de los dos casos anteriores no es episódica y está relacionada más con los rasgos de carácter que con los instintos o pensamientos. El gran problema de la ira es que incluso si se consigue llevar a cabo y destruir lo que te ha hecho daño o a quién te ha hecho daño, el sentimiento no dejara de atormentarlos porque termina siendo insaciable si no la hemos dejado de alimentar.

También los psicólogos hacen una distinción entre la ira y la rabia, no siendo el problema la primera, sino la segunda, la cual definen como el mecanismo de defensa psicológico que se origina en la primera infancia como una respuesta al trauma sufrido cuando el entorno del niño no responde a sus necesidades. La rabia es un intento de pedir ayuda de un niño que experimenta el terror y cuya supervivencia siente en peligro y no puede manejar las emociones abrumadoras que se activan y la necesidad de un cuidador que se adapte a ellos, reconfortándolos y calmándolos.

La ira por contra  es una expresión natural de ese trauma que hace las veces un estado fuera de control debido a la saturación por un problema que no hemos sabido solucionar desde la rabia.

SÍNTOMAS DE LA IRA PASIVA: Desapasionamiento, Derrotismo, Manipulación mental, Autoculpabilidad, Autosacrificio, Comportamiento obsesivo y Evasividad

SÍNTOMAS DE LA IRA AGRESIVA: Bullying, Destrucción, Grandiosismo, Carácter nocivo, Comportamiento maniático, Egoísmo, Amenazas, Acusación injusta, Impredecibilidad, Venganza

De ella derivan la iracundia, maldad, violencia, cólera y frustración.

G. AVARICIA

AVARICIA, EL BOSCO
Del latín avaritia, es el afán o deseo desordenado de poseer riquezas, bienes, posesiones u objetos de valor abstracto con la intención de atesorarlos para uno mismo, mucho más allá de las cantidades requeridas para la supervivencia básica y la comodidad personal. Se le aplica el término a un deseo excesivo por la búsqueda de riquezas, estatus y poder. La codicia, por su parte, es el afán excesivo de riquezas, sin necesidad de querer atesorarlas.

En algunos textos aparece la codicia y no la avaricia como pecado capital y es que el catolicismo ve en ésta muchos tipos de pecado: deslealtad, traición deliberada para el beneficio personal, dejarse sobornar, búsqueda y acumulación de objetos, estafa, robo, asalto con violencia, engaños, manipulación de la autoridad , corrupción y desigualdad social. Tales actos pueden incluir la simonía, pretensión de la compra o la venta de lo espiritual (cargos eclesiásticos, sacramentos, reliquias, promesas de oración, la gracia, la jurisdicción eclesiástica, la excomunión...) por medio de bienes materiales.

En la mitología griega Tántalo, uno de los hijos de Zeus es el representante de la avaricia. Una figura con una larga trayectoria a la hora de mentir a los dioses, terminó cuando Pandáreo le robo a Zeus el mastín de oro, un objeto que le había protegido desde su nacimiento. El ladrón se lo pasó a Tántalo y después por miedo a la represalia de los dioses se lo pidió de vuelta, jurando nuestro protagonista por su padre que nunca había oído hablar de él. Zeus al ver tal ofensa recuperó el mastín y con un rayó cercenó la cabeza de su hijo torturándolo toda la eternidad.

Para los poetas son representados como lobos hambrientos, aunque los italianos los asemejan a las víboras por aquel refrán que dice: Hiere cuando vive y después de muerta cura.

De la avaricia deriva el apego morboso, la miopía espiritual y la avidez.  

 

4 comentarios :

  1. Un trabajo magnífico, Eduardo.
    Me ha resultado muy interesante, especialmente la historia de cómo surgen y se establecen tal como los conocemos en la actualidad.
    Un fuerte abrazo :-)

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    1. La verdad que para este post, tenía claras las ideas y más tras empezar a buscar información y encontrarme con webs clave acorde a lo que buscaba, así que fue fácil y fluida, otra cosa es que a la gente le gustase el tema. Simplemente quise hacer un guiño a una de mis películas favoritas, la cual queda reflejada en el dibujo principal a través de lo que se centra su argumento y empezaron a salir datos muy interesantes. Un fuerte abrazo de vuelta, Miguel Ángel ;P

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  2. Excelente artículo! Sin duda un gran trabajo! Felicidades. Saludos!

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    1. Muchas gracias Mayte, me alegro que te haya gustado. Saludos!

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