Tan fácil como un : "Hola, ¿qué tal estás?",
Esperando que conlleve un inicio de conversación,
Estrechando la distancia un poco más,
Cuando hay muchos kilómetros de separación.
Horas que van pasando, pero sé que responderás,
Otrora no fue así, a enfados "gané" esa consideración,
Demasiado retorcido todo, como comprenderás,
Esas nunca fueron formas de ganar mi reputación.
Muy parcas las palabras, porque ganas no tendrás,
A quien siembra vientos, tempestades en la recolección,
Siéntome con el refrán como un descendiente de Satanás,
Impaciente, mi valor terminó convirtiéndose en desesperación.
A veces pienso en una mano negra que hay detrás,
Destrozando ilusiones, sin ninguna contemplación,
Olvidándome de todo, centrado en el: ¿qué pensarás?,
¿Dónde fallé?, ¿dónde pude perder toda tu atención?.
Escupo en ti tiempo, pues las asperezas no las limarás,
Medito un cambio ante tanta montaña de desilusión,
Espero "algo" de ti a cambio lo que esté en mi mano tendrás,
No poder cambiar los hechos será mi perdición.
Otra vez aposté y perdí, ¿qué importa lo demás?
Solo quise que fuese más cálida tu contestación...
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