Quien lleva este blog es un gran aficionado al baloncesto, hace años incluso tenía una sección de basket y colaboraba en una página web en la que se formaron buenas amistades debido a este deporte. Esta sección quedó relegada al casi nulo interés de mi audiencia ante este tipo de entradas, si bien cuando ocurre algo fuera de lo común pues le seguimos dando cobertura, deben comprender que es mi blog y también me gusta permitirme el lujo de alguna licencia.
Este Eurobasket no iba a tener en principio un post, ni siquiera una caricatura, entendí que era un fin de ciclo y si bien confiaba en el nuevo, pensaba que había que darle ciertos plazos o años para poder aspirar a alguna medalla en los campeonatos. Veías el resto de selecciones favoritas a colgarse el metal y pensabas como echamos en falta a nuestros primeros espadas ya retirados, además de haber ausencias destacables por lesión o decisión técnica que podían potenciar a la selección: Ricky Rubio, Sergio Llull, Mirotic o Ibaka, Alex Abrines, Víctor Claver, Alberto Abalde, Carlos Alocén... y sus recambios, si bien tienen buena pinta muchos de ellos todavía tienen edad sub 23: Pradilla, Garuba o Parra.
Con este porvenir muchas selecciones nos habían igualado en competitividad y aparecíamos en clara desventaja ante otras como las favoritas al oro, la Serbia de Jovic, la Eslovenia de Doncic o la Grecia de Antetokoumpo con grandes estrellas de la NBA que dan un salto de calidad extremo al resto de plantel.
Era a priori un año de barbecho, ya se recogerían frutos en los venideros, o al menos podríamos ver nuestro verdadero potencial, servidor pensaba que nos apearían en octavos o cuartos, pues nuestro grupo se enfrentaba al llamado de la muerte en el primer round descalificatorio y si sobrevivíamos a ese cruce el siguiente aún podía ser peor. Unos buenos cruces pueden llevarte lejos, pero ni eso teníamos de cara, de ahí este post y por ello merecen un repaso en este histórico viaje.
1. LOS PARTIDOS AMISTOSOS Y LAS VENTANAS
LA PRE-SELECCIÓN |
La preparatoria para este Europeo no dejó buenas sensaciones al aficionado, aunque Scariolo ya advertía: "Estaba viendo el Eslovenia - Serbia y pensé: ¿Tengo que seguir disfrutando del partido o quitarlo para no deprimirme?. Veo jugadores como Doncic, Antetokounmpo, Jokic... Estamos hablando de jugadores con nivel de MVP de la NBA. Es algo idílico. Todo el mundo dice que estamos lejos de la lucha por las medallas y debemos trabajar para acercarnos, y ver después dónde nos coloca la competición".
Esas declaraciones algo derrotistas de nuestro entrenador y que los amistosos fueran dos partidos ante Grecia y otros tantos contra Lituania y nos pusiéramos la tirita antes de tener la herida con frases como que no había que tenerlos en cuenta independientemente lo que sucediera, daban que pensar.
El 9 de agosto comenzamos la andadura de la preparación contra la selección helena en Grecia y la verdad que aquel día fuimos meros sparrings para Giannis Antetokounmpo, autor de 30 puntos, y sus compañeros un 86-70 que nos hacía calibrar la dura realidad, debíamos acostumbrarnos a sufrir y no figurar entre los favoritos.
Un par de días más tarde el Wizink Center de Madrid recogía el segundo round entre ambos combinados, si bien la estrella griega no jugó quedándose como mero espectador en la grada. En este partido, mucho más equilibrado y en casa, le echamos narices y más esfuerzo para una victoria por 87-80, demostrando que sin el elemento diferenciador de un MVP de la NBA en cancha, ambas selecciones tenían un nivel mucho más parejo.
La siguiente piedra de toque fueron otros dos partidos ante otro rival rocoso como es la Lituania de Domantas Sabonis, hijo del mítico jugador, y Valanciunas. Un buen metrónomo para precisar nuestro ritmo competitivo, si bien perdimos el partido en el Gran Canaria Arena por 77-82 en el partido celebrado el 16 de agosto, compitiendo bastante más en su casa donde volvimos a perder por 78-76, con esa sensación de quiero pero no puedo.
Pocas conclusiones en un equipo donde todavía faltaba engranaje con Lorenzo Brown conociendo a sus compañeros de selección y un grupo todavía no formado con los futuros descartes de: Héctor Alderete, Jonathan Barreiro, Quino Colom, Fran Guerra, Juan Núñez, Miquel Salvó, Yankuba Sima y Santi Yusta por decisión técnica y Alberto Abalde y Sergio Llull por lesión. Además Usman Garuba apenas participó en estos partidos porque venía arrastrando unas molestias que ponían en duda su participación en el Europeo.
Si ya el calendario de un jugador de baloncesto es apretado de por sí, todavía quedaba el doble compromiso de la segunda fase de las ventanas para certificar el pasaporte para el Mundial del año que viene, recordando que pese a ser el actual ganador del Mundial y recientemente de Europa, no tiene todavía el billete asegurado para la cita del año que viene, a ese sinsentido hemos llegado.
Victorias fáciles como locales ante Islandia (87-57) y de visitantes contra Países Bajos (64-86), si bien la primera parte ante ellos fue desastrosa llegándonos a tutear en la cancha.
La lectura de todos estos partidos es que éramos débiles a la hora de parar a los interiores rivales, cerrar los rebotes y aprovechar ciertos momentos de superioridad en ataque. Lorenzo Brown nos dejaba ciertas dudas, muy técnico pero al final no terminaba de resolver la papeleta y la lesión de Llull propicia la repesca de Alberto Díaz que en un principio se quedó fuera, aun sabiendo la carencia en el puesto de base, pero luego Scariolo lo reconvocó, una decisión a la postre muy acertada.
2. EMPIEZA EL EUROBASKET: FASE DE GRUPOS
En el sorteo ya nos dimos cuenta que nuestro calendario tenía trampa, nos había tocado en el Grupo A junto a Bulgaria, Georgia, Bélgica, Montenegro y Turquía. Nos había tocado también la selección de Rusia que no participó en este torneo por las circunstancias derivadas de su guerra con Ucrania. Un grupo relativamente fácil sabiendo que para octavos se clasifican los cuatro primeros de cada grupo y a priori nos jugaríamos la primera plaza el último día ante Turquía, sabiendo que nuestros rivales iban del menos al más fuerte en los emparejamientos.
Hasta ahí todo bien, lo malo es que en octavos el emparejamiento iba a ser directo con los clasificados del Grupo B, también llamado el grupo de la muerte al encuadrar a cinco de seis selecciones potentes para cuatro billetes para octavos: la Eslovenia de Luka Doncic, Francia con una gran plantilla y con la que nos hemos visto en la final, Lituania que ya nos habían enseñado los dientes en ambos amistosos, la sorprendente Alemania de Dennis Schröder que quedó mejor clasificada que las dos mencionadas anteriormente y Bosnia-Herzegovina de Dzanan Musa reciente fichaje estrella del Real Madrid y MVP de la ACB, que hizo una gran fase de grupos pero aún así no les dio para clasificarse, ni que decir tiene que la Hungría de Adam Hanga era el corderito de un grupo de lobos.
Era importante quedar primera de grupo, porque eso te aseguraba el emparejamiento en octavos frente al cuarto de este grupo y ante una batalla encarnizada, cuanto peor sea el rival, más oportunidades de ganar la guerra.
ESPAÑA-BULGARIA
Dicen que es bueno debutar en un campeonato ante un rival fácil porque sirve para coger confianza y nos toco el primer partido ante la cenicienta del grupo siendo un mero entrenamiento en el que nuestros chicos ni siquiera sudaron la camiseta. La roja no corría, simplemente a ritmo de tractor se dedicaba a pulverizar a un pobre equipo que parecía jugar en competición distinta a la nuestra.
Pocas conclusiones que sacar de un partido falto de ritmo, de largas rotaciones, tipo entrenamiento o amistoso que sirvió para coger sensaciones y no cansarse en demasía como comienzo de un trayecto duro, incluso en el tercer cuarto hubo relajación defensiva encajando 31 puntos por parte de los búlgaros. Estuvimos cerca de llegar a nuestro tope de puntos en esta competición que es de 119 y que sirvió para comenzar con un buen basketaverage a nuestro favor que podía ser importante en caso de empates a final de la fase de grupos.
114- España (28+29+32+25): Rudy Fernández (14), Willy Hernangómez (16), Juancho Hernangómez (13), Xabier López-Arostegui (5), Usman Garuba (10), Lorenzo Brown (17), Alberto Díaz (5), Jaime Fernández (12), Darío Brizuela (7), Sebas Saiz (0), Jaime Pradilla (10) y Joel Parra.
87- Bulgaria (17+18+31+21): Ivan Alipiev (0), Dee Bost (6), Dimitar Dimitrov (5), Andrey Ivanov (0), Pavlin Ivanov (16), Deyan Karmfilov (0), Chavdar Kostov (13), Stanimir Marinov (9), Alex Simeonov (0), Emil Stoilov (12), Alexander Vezenkov (26) y Alexander Yanev (0).
GEORGIA-ESPAÑA
El punto de inflexión se produjo en el tercer cuarto donde la selección fue capaz de meterles un parcial de 16-31 que dinamitó el encuentro y marcó las diferencias considerables del marcador. Georgia demostraría posteriormente que no es un equipo tan débil como pudiéramos esperar ganando en la siguiente jornada a la otra favorita del Grupo A, Turquía, dato importante para el desenlace de la última jornada del grupo.
64- Georgia (16+15+16+17): Andronikashvili (13), Mamukelashvili (10), Shermadini (10), McFadden (6) y Bitadze (0), Burjanadze (6), Jintcharadze (2), Bekauri (0), Berishvili (3), Bokolishvili (5), Sanadze (9) y Tsintsadze (0).
90- España (18+22+31+19): Brown (5), Parra (8), Juancho
Hernangómez (9), López-Arostegui (9) y Willy Hernangómez (14),
Rudy Fernández (8), Pradilla (12), Saiz (8), Garuba (0), Jaime Fernández (2),
Díaz (8) y Brizuela (7).
ESPAÑA-BÉLGICA
El día negro que lo pudo cambiar todo. Supongo que cuando trazamos un plan y una de las partes del mismo sale mal, los nervios afloran y empiezas a tener dudas sobre si serás capaz de conseguir tus objetivos al ver que nada sale según lo trazado.
No voy a decir que Bélgica fuera una selección asequible, pues dentro de sus posibilidades realizó un gran campeonato y además de clasificarse para octavos como cuarta del grupo, teniendo opciones incluso de ser primera después de este partido, lo hizo con basketaverage positivo.
España se encontró con una selección muy competitiva que apretó en defensa, en un día en que la bola no quería entrar en ataque, con un 7 de 28 en triples y nueve errores en el tiro libre, y en el que no nos pusimos serios a la hora de custodiar nuestra canasta.
Los bases Lecomte y Obasohan fueron muy superiores en ambos lados de la canasta a los nuestros, concedimos muchos rebote y no cerramos tampoco bien el aro. No empezamos bien el primer cuarto con cuatro puntos abajo, un claro indicio que el partido no iba a ser sencillo. Remontamos en el segundo yéndonos uno arriba al descanso, si bien fue todo un espejismo. En el tercero nos dimos cuenta que nos estábamos metiendo en un problemón, confirmándose en el último que terminamos de hundirnos en un pozo que nadie había podido deslumbrar.
Una derrota que no certificaba el pase automático a la siguiente fase, si bien todavía podíamos optar al primer puesto porque Turquía tropezaba contra Georgia y la propia Bélgica ya llegaba con una derrota en su haber, seguíamos dependiendo de nosotros mismos aunque las cosas debían cambiar y mucho pues fuimos derrotados claramente por un equipo que debíamos haber ganado y cuyo potencial estaba muy por debajo a lo que nos podíamos encontrar en el trayecto.
¿Lo peor? los sendos correctivos de los dos últimos cuartos donde nos endosaron 25 y 26 puntos respectivamente, 51 puntos en la segunda parte.
73- España (11+22+21+19): Brown (11), López-Arostegui (8), Parra (3), Juancho Hernangómez (11) y Willy Hernangómez (18), Jaime Fernández (5), Pradilla (3), Díaz (1), Brizuela (6), Rudy Fernández (2), Garuba (5).
83- Bélgica (15+17+25+26): Obasohan (11), Lecomte (20), Gillet (14), Vanwijn (8) y Ismael Bako (10) , Tabu (6), Mwema (6), De Zeeuw (2), Tumba (1), Libert (2), Bleijenbergh (3).
MONTENEGRO-ESPAÑA
Creo que la psicología de Scariolo o el veterano Rudy hizo mella en esta joven y nueva selección, o ponemos la carne en el asador o en octavos nos iremos para casa, hay que acabar primeros y todavía podemos.
Efectivamente no hubo rival y desde el inicio se vio una España completamente diferente a lo que habíamos visto en el partido anterior, acabamos muy rápido con Montenegro y ya en el descanso se podía ver un tranquilizador 31-53 a nuestro favor.
Los dos últimos cuartos fueron de ellos por la mínima, nada preocupante pues el partido estuvo controlado en todo momento y ya estábamos enfocados en la gran batalla contra los turcos que decidiría, por los resultados de esta jornada, que el ganador de ese duelo sería primero de grupo, además de certificar con la victoria automáticamente el pase a la siguiente fase. ¿Lo único preocupante del partido? que una vez más, arrastrándolo desde los amistosos vimos un bajo nivel de Juancho Hernangómez, uno de los primeros espadas de esta selección que no terminaba de carburar.
65- Montenegro (17+14+17+17): Perry (10), Radoncic (8), Simonovic (11), Dubljevic (3) y Popovic (4), Drobnjak (0), Ilic (2), Mihailovic (18), Nikolic (0) y Radovic (9)
82- España (27+26+14+15): Brown (12), Jaime Fernández (9), López-Arostegui (5), Pradilla (12) y Willy Hernangómez (14) -cinco inicial-, Rudy Fernández (0), Parra (0), Juancho Hernangómez (6), Garuba (2), Saiz (2), Díaz (2) y Brizuela (18).
TURQUÍA-ESPAÑA
No nos vamos a engañar, a estas alturas de la película la idea era salir a poder ser victorioso de este duelo para tener alguna posibilidad de llegar a cuartos, sabiendo que el rival de octavos iba a ser muy complicado, ambas selecciones tenían ese propósito a sabiendas que no eran candidatas a medalla por el nivel de otras potencias. Dos piezas clave a vigilar el jugador de los Minnesota Timberwolves, Cedi Osman que se marcó un partidazo manteniendo a su equipo en el marcador, y el mejor base que juega en toda Europa Shane Larkin, estas dos piezas equilibraban mucho la balanza entre ambas selecciones.
El partido no se salió del guión, igualdad en el marcador con pequeñas diferencias a lo largo del partido a favor de nuestro equipo, si bien todo se decidiría en los últimos minutos.
Un partido clave para dos jugadores muy importantes en este campeonato, si bien no acaparan los focos que se llevan las estrellas: Alberto Díaz secando a Larkin que sólo aportó 3 puntos, luego nos enteraríamos que una lesión le hacía perderse el resto del campeonato con su selección y Usman Garuba que en el aspecto defensivo aportaba lo que no podía hacer Willy, dedicado casi en exclusiva a perforar el aro rival cada vez que le llegaba un balón a sus dominios bajo canasta. Sin ellos seguramente no se hubiera ganado este partido y, aunque hicimos nuestra parte del trabajo quedando primeros de grupo, los resultados del grupo de la muerte con una Alemania excelsa, nos condenaban a unos octavos contra Lituania, lo que seguramente sería mucho más difícil que éste partido. Así que la clasificación tenía cierto sabor agridulce.
69- Turquía (18+16+16+19): Larkin (3), Osman (20), Korkmaz (16), Sanli (4) y Sengun (14), Hazer (5), Mahmutoglu (5), Osmani (0) y Tuncer (2).
72- España (17+21+18+16): Brown (11), Jaime Fernández (3), López-Arostegui (9), Pradilla (6) y Willy Hernangómez (15), Parra (3), Juancho Hernangómez (8), Garuba (4), Saiz (4), Díaz (3) y Brizuela (6).
3. OCTAVOS DE FINAL CONTRA LITUANIA
El grupo de la muerte tuvo resultados muy locos, tanto como que Lituania no tenía la clasificación asegurada hasta su clara victoria ante Bosnia-Herzegovina en la última jornada por 87-70, lo que suponía la segunda en su casillero igualando a su rival y mandándola a su casa.
Hay que tener las cosas claras, si a este tipo de selecciones les das una segunda oportunidad, no son precisamente de las que las dejen escapar, un pensamiento que me atemorizó antes y durante el partido.
Salimos sin tenerles miedo y a vender cara una hipotética derrota, ellos basaron su poder anotador en cinco piezas fundamentalmente Kuzminskas, Brazdeikis, Lekavicius, Sabonis y Jokubaitis. A la terna no se pudo sumar Valanciunas lastrado por las faltas cometidas en el primer cuarto, una ventaja que nos permitió jugar más holgados en ataque con balones a Willy y en defensa teniendo que estar los interiores atentos principalmente de Domantas, "el hijo del zar".
Pese a ello nos fuimos al descanso seis abajo y en la reanudación quisieron abrir brecha en el marcador pero nos recompusimos e igualamos el parcial del tercer cuarto quedando todo igual para el último.
Es en este donde España muestra su coraje con un Lorenzo Brown que demostraba por fin su excelsa calidad al empezarle a entrar los tiros, hasta entonces su partido era nefasto de cara a canasta y entramos en el último minuto de la contienda estando arriba en el marcador, pudiendo soñar por el partido. Sólo un despiste decisivo en los últimos segundos culminado por un palmeo de Brazdeikis debajo de canasta y sin oposición nos mandaba a la prórroga. Un mal demasiado cruel, un despiste inaudito que podía acabar con todas nuestras aspiraciones después de un gran partido muy trabajado.
El añadido gracias a dios no fue como esperábamos, apareció Brown y se echó el equipo a las espaldas en ataque, mientras la defensa era para un colosal Garuba jugando de cinco mientras Willy se quedaba los primeros cuatro minutos y medio en el banquillo, saliendo los últimos segundos con la idea de finiquitar el partido.
Esta prórroga me transmitió dos sensaciones, que este equipo era mejor de lo que creíamos y que Lituania estaba fundida al basar el juego en seis o siete tipos que ya habían dejado todo en partidos anteriores para no hacer el ridículo en fase de grupos, estaban realmente fundidos y debíamos aprovecharlo.
El final feliz supuso una bocanada de aliento fresco a España que veía que pasara lo que pasase en las siguientes eliminatorias, su objetivo elemental ya se había conseguido al llegar a cuartos...
102- España (19+21+23+20+19): Brown (28), Jaime Fernández (0),
López-Arostegui (4), Pradilla (2), Willy Hernangómez (21), Rudy Fernández (13),
Brizuela (5), Alberto Díaz (8), Saiz (0), Garuba (8), Juancho Hernangómez (13)
y Parra (0).
94- Lituania (20+25+23+15+11):
Jokubaitis (13), Grigonis (8), Giedraitis (0), Sabonis (15), Valanciunas (5), Brazdeikis
(17), Echodas (0), Kuzminskas (18), Lekavicius (15) y Butkevicius (3).
4. CUARTOS DE FINAL CONTRA FINLANDIA
No todo iban a ser malas noticias en los emparejamientos, en teoría Finlandia iba a ser un rival asequible pudiendo tener una gran oportunidad para plantarnos en semifinales, llegados a ese punto difícilmente conseguiríamos una medalla, pero los otros enfrentamientos depararon sorprendentes resultados cayendo las favoritas al oro como Eslovenia o Grecia a manos de Polonia y Alemania, mientras que Italia que se enfrentaba en esta ronda a Francia había finiquitado a la tercera pata de este banco la Serbia de Jokic. Las semifinales iban a ser sin las tres selecciones favoritas y España podía llegar a alcanzar ese siguiente nivel.
A veces las cosas no salen como parecen, ya teníamos la cicatriz de Bélgica y nos permitimos una herida similar con la primera parte de los fineses que nos metieron la friolera de 52 puntos al descanso, record en un partido de Eurocopa a estas alturas de competición, con un acierto en el triple superior al 72% y un Markkanen disfrazado del mejor Dirk Nowitzki. Por otro lado España llegaba a maquillar el resultado dejándolo con una desventaja de nueve puntos al llegar a 43.
Pese a lo vivido, no podía pensar en la derrota, quizás es en el único partido desde el vivido contra Turquía que tenía claro que íbamos a ganar con seguridad y que todo era un mal sueño. Al descanso hubo bronca de Scariolo, pero mucho más grande de Rudy Fernández haciéndoles ver que no podía quedarse todo ahí, que perder a estas alturas se hace contra un rival mejor y plantándoles cara y éste no era el caso.
Clave en la segunda parte fue cortocircuitar los pases, no dejar pensar al rival que veía que el balón no llegaba al tirador de turno para seguir ametrallándonos desde los 6,75. Un parcial a favor de 30-15 con unas defensas increíbles por parte de Rudy, Alberto Díaz o Garuba nos ponían seis arriba antes del último cuarto mandando un mensaje al rival: "Ahora nos toca a nosotros". Willy estuvo excelso bajo canasta con buenos puntos de su hermano acompañando al igual que Darío Brizuela demostrando que es un gran anotador para partidos clave como éste.
El último cuarto fue digno de ver para los seguidores de este deporte un 27-23 de nuevo a favor de los nuestros, que despertaron a tiempo para marcar territorio y decir, llegados a este punto, tenemos que ir con todo hasta que nos eliminen.
100- España (19+24+30+27): Brown (10), López-Arostegui (2), Parra (5), Pradilla (3), Willy Hernangómez (27), Rudy Fernández (11), Jaime Fernández (0), Brizuela (14), Alberto Díaz (6), Garuba (7), Juancho Hernangómez (15).
90- Finlandia (30+22+15+23): Maxhuni (2), Salin (11), Jantunen (18), Huff (5), Markkanen (28), Little (6), Koponen (3) Kantonen (-), Valtonen (4), Madsen (13).
5. SEMIFINALES CONTRA ALEMANIA
Llegados a este punto si creía en las medallas, concretamente en la de bronce tras ver el otro partido de semifinales entre Francia y Polonia con victoria de los galos 95-54, nunca llegaré a entender como los polacos habían eliminado la selección de Luka Doncic.
Jugar contra Alemania en su casa y después de demostrar hasta ese momento que era la mejor selección del campeonato amedrenta y mucho, pensaba en la derrota, no os voy a engañar, pero al menos vendiéndola muy cara.
Un primer cuarto espectacular, demostrando el coraje de la anterior generación en partidos como estos, finalizando el mismo con un 24-27 a nuestro favor, era cuestión de aguantar ese ritmo.
Lo malo es que en el segundo cuarto nos entró una pequeña pájara ofensiva y las selecciones que buscan medalla no suelen perdonarlas, lo que les hizo ponerse arriba con unas medias que oscilaban entre los siete y diez puntos. Era nuestro límite, si llegaban ampliar esas diferencias, lo más seguro es que perdiésemos dicho partido y nos fuimos al descanso con un 51-46 abajo.
De nuevo un tercer cuarto muy igualado con un Schröder imperial muy bien acompañado en puntos por Obst, Wagner, Theis e incluso Lo que empezó a aparecer a estas alturas del partido llegando a un 71-65 al último cuarto.
Igualamos el partido a 77-77 en el minuto treinta y tres, desde ese momento hasta el final nuestro combinado tomo impulso con un Lorenzo Brown imperial capaz de tutear en puntos al nuevo base de los Lakers e incluso arrebatarle el MVP, la intendencia de Rudy y la defensa de Díaz sobre Schröder al que secó en los últimos minutos. España dominaba pero no era capaz de rematar la faena y acabamos en el último minuto con ocho arriba pero con la sensación que esa renta se antojaba justa si cometíamos algunos fallos sobre todo en los libres, donde iban a estar todas las opciones germanas. Que el reloj no corriera y que nosotros no metiésemos ese tipo de canastas, les entró algún triple que acortó la diferencia a cuatro, pero nuestra sangre fría nos hizo eliminar a la favorita en su propia casa, fue increíble, incluso más que la victoria a Lituania o Turquía, esto era unos cuantos peldaños más de dificultad y contra todo pronóstico nos metimos en la final
91 - Alemania (24+27+20+20): Schröder (30), Obst (15), Wagner (15), Theis (10), Voigtmann (2), Giffey (0), Lo (9), Thiemann (6), Weiler-Babb (4), Wohlafrart-Bottermann (0).
96 - España (27+19+19+31): Brown (29), Jaime Fernández (0), López-Arostegui (7), Pradilla (4), Willy Hernangómez (16), Brizuela (5), Alberto Díaz (10), R.Fernández (6), Garuba (4), Juancho Hernangómez (13) y Sebas Saiz (2).
6. LA FINAL CONTRA FRANCIA
Ni en nuestros mejores sueños pensábamos que en este campeonato podíamos llegar a luchar por medallas después de todo lo que había pasado, parecía que los astros nos echaran una mano tras un mal de ojo, coincidente con nuestro relevo generacional, digno del peor vudú entre calendario del campeonato y nuestras significativas bajas, medio remendadas con una nacionalización exprés de Brown que al principio parecía un arreglo chapuza a todo ello y ha terminado siendo el gran acierto.
En frente la todopoderosa Francia, una fábrica de sacar jugadores destinados a ir a la NBA con físicos privilegiados y que, nombre por nombre, como siempre dan miedo. Lo bueno de esto es que siguen teniendo el mismo talón de Aquiles, muy buenos jugadores que en los partidos clave no son capaces de funcionar como equipo, demostrando a lo largo de todos los partidos que son capaces de lo mejor y de lo peor, como si lanzasen una moneda de la suerte y siempre hubiese salido cara.
España salió a morder como contra Alemania y los galos no sabían cómo parar semejante ritmo, 23-14 en el primer cuarto, llegando a coger una renta de 22 puntos a lo largo del segundo con un Juancho Hernángomez que parecía Stephen Curry desde los 6,75... Pero nos pegó un serio cortocircuito, normal en el rival pero no en nuestro equipo, cinco ataques seguidos sin anotar en el mismo momento en que ellos enchufaban todo yéndonos al descanso sólo 10 arriba, buena renta y a su vez mala si pensamos en la que habíamos llegado a tener.
En tres horrendos minutos y medio divididos entre el final del segundo cuarto los galos igualaban la contienda, ¿nos habían comido la tostada?. No, de nuevo pusimos coraje abriendo una nueva brecha de 10-12 puntos, finalizando el tercer cuarto nueve arriba, 66-57.
Hasta entonces no me pareció un buen arbitraje de los árbitros pitándonos cualquier contacto a nosotros y perdonando la dureza de los galos sin castigarles sus faltas flagrantes , pero hubo un error muy grave que pudo cambiar el devenir del partido. Últimos segundos de posesión en los que Rudy tira un triple que toca aro y recogemos el rebote en ataque, uno de los árbitros dice que el balón no roza el hierro y que se había acabado el tiempo dándole el balón a los franceses. Seguidamente Scariolo monta en cólera y les pide ver los monitores advirtiendo que es un error indigno en una final y le pitan técnica. Uno de los árbitros habla con nuestro entrenador y admite el error que seguidamente revisan viendo por segunda vez que están equivocados, pese a ello no se devuelve el balón a España que había cogido el rebote y ellos ejecutan la falta de nuestro seleccionador.
Pese a lo que puede cambiar el ámbito de un partido, la roja vuelve por sus fueros y sigue dominando, en los últimos minutos la final se cierra por una falta a Brown intencionada, no dejándoles ni un ápice de posibilidad para la remontada.
Somos campeones, nadie lo esperaba, que nos quiten lo bailado y a disfrutarlo a lo grande.
Willy MVP del Campeonato, Brown en el mejor quinteto del mismo, Juancho MVP de la final con 37 puntos y 7 de 9 en triples y Rudy, el único español que ha conseguido todas las medallas de oro con la selección absoluta a lo largo de la historia con un total de 6 campeonatos (dos de ellos Mundiales y cuatro Europeos)
88 - España (23+24+19+22): Brown (14), Jaime Fernández (13), López-Arostegui (0), Pradilla (0), Willy Hernangómez (14), Brizuela (3), Alberto Díaz (8), Rudy Fernández (7), Garuba (2), Juancho Hernangómez (27), Parra (0), Sebas Saiz (0).
76 - Francia (14+23+20+19): Albicy (1), Fournier (23), Tarpey (4), Yabusele (13), Gobert (6), Fall (0), Heurtel (16), Luwawu-Cabarrot (0), Okobo (9) y Poirier (4).
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