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19 junio 2018

YOKO KANNO: EL OÍDO ES TAN IMPORTANTE COMO LOS OJOS EN LOS DIBUJOS

Antes de nada quiero expresar que no soy seguidor de animes y que he visto pocos a lo largo de mi vida siendo muy aficionado a "Lupin III", "Cowboy Bebop" y "Samurai Champloo", si obviamos claro está, a "Los caballeros del Zodiaco" o a "Campeones" (más conocido como "Oliver y Benji") que veíamos por la televisión todos los de mi generación al volver del colegio.

Pero esta entrada va más allá cuando te pones a diseccionar lo que has visto, curiosamente dos de las series antes mencionadas son de Shinichiro Watanabe (una de ellas basada en la tercera) y son las únicas que he visto enteras. 

Es un dato que desconocía, hasta hace poco, pero muy relevante para el artículo en cuestión relacionado mucho más con la música de estos dibujos japoneses que son en grosso modo un elemento fundamental para atraernos hacia ellos.

Y es aquí donde me tengo que centrar en la figura de Yoko Kanno, una extravagante música japonesa, que a mi parecer cambió con su arte el concepto del anime.

Os recuerdo que esta entrada es interactiva y todos enlaces al ser pinchados te llevan a escuchar los discos o canciones del propio enlace. 

SESIÓN 1: COWBOY BEBOP

Esta historia no empieza cronológicamente, sino en el momento que más impresionante de su carrera y que nos sirve muy bien para explicar la obra de Kanno.

El 3 de abril de 1998 Shinichiro Watanabe estrena en la televisión japonesa su nuevo anime sobre unos cazarecompensas espaciales, basada en algunos aspectos de Lupin III, pero siendo más adulta y con resultados más trágicos. En pocos capítulos es cancelada porque no pasa el grado de censura permitido para el horario en el que se emite y hay que esperar unos meses para verla en otro canal de forma íntegra sorprendiendo mucho en Japón.

No dudan en exportarla al resto del mundo pues piensan que por el formato de la serie puede impactar aún más en el mercado europeo y no se equivocan.

En una entrevista el director habla de cómo creó la serie y su respuesta es sorprendente, escuchando la música de Yoko Kanno e interpretándola, los dibujos van teniendo sentido. Ficha a la compositora para hacer la banda sonora de la misma y el resultado no defrauda, ambos se van retroalimentando, a más música, más tramas y a nuevas tramas, nuevas ideas musicales.

"La música fue una de las primeras partes de Cowboy Bebop que comenzaron en producción. Antes de que los personajes y la historia fueran si quiera completados"



La serie está muy relacionada con la música, desde el propio título: Bebop es un estilo musical de jazz que se popularizó en la década de los 40 sucediendo al swing. Los capítulos no se quedan atrás organizados por sesiones y los títulos de cada uno incluyen algo musical, ya sea un estilo o el nombre de una canción.

La cosa no queda ahí, cada capítulo ambienta diferentes tramas (películas de vaqueros, ciencia ficción, artes marciales o de gangsters), provocando estilos muy diferentes de música y Kanno no duda en adaptarse a cada uno de ellos, haciendo obras maestras sin aparente nexo de unión: jazz, música clásica, orquesta, blues, música electrónica, rock electrónico...

En cada pieza Kanno deja su alma sin tratar de imponer su propio estilo y sumergiéndose en el que toca en cada momento, dejando en evidencia un potencial al alcance de muy pocos... No se entiende este anime sin su música y junto a ella, termina creando una obra maestra.

Esto también queda reflejado en su icónica introducción "Tank", que es una mezcla de diferentes estilos fusionando el jazz tocada en estilo de hard pop con un ritmo que combina los sonidos del contrabajo y bongos.

Ella misma explica porque lo que vemos y escuchamos nos engulle: "Hay una gran diferencia entre las bandas sonoras de producciones de Hollywood y de anime japonés, porque las escenas se construyen de manera diferente y se exploran ideas diferentes. Convertir escenas que durarían breves segundos en macromomentos".


No es casual que las puntuaciones de IMDB le dejaran en el puesto 24 de mejor serie de televisión, siendo el primer anime de la lista.

SESIÓN 2: THE SEATBELTS

La música de Cowboy Bebop y ese momento tan espectacular de Yoko no podía quedarse solamente en una obra de anime, así surgió la idea de crear el grupo "The Seatbelts" proponiendo giras en Asia, Europa y Estados Unidos sonando en directo para los padres lo que sus hijos veían en unos dibujos animados en casa.

El nombre del grupo deriva de una advertencia del propio anime al escuchar su banda sonora: "antes de poner sus oídos, abróchense el cinturón de seguridad". 

Existen 3 agrupaciones diferentes de Seatbelts, sin contar participaciones especiales (13 vocalistas diferentes) para temas con letra, ya que la mayoría son instrumentales:

Japón:  2 baterías, 3 bajos, 2 guitarras, 3 percusionistas, 4 trompetas, 6 trombones, 6 saxofones, 3 flautas, 1 tuba, 2 armónicas, 1 sintetizador y como directora y teclistas Yoko Kanno. 34 personas dando ruido en grandes estadios.

Nueva York:  3 baterías, 1 bajo, 1 guitarra, 2 djembes, 1 trompeta, 4 saxofones, 1 armónica, 4 coristas y 1 pianista. 18 personas para clubs elitistas.

París: 1 guitarra y 6 percusiones con voces. 7 personas para un proyecto muy alejado al japonés, que solo intentaba hacerles un tributo.

En total 6 años de gira triunfal entre 1998 y 2004 cuando se reúnen para hacer el concierto definitivo y entre medias 7 discos de estudio: "Cowboy Bebop", "Vitaminless", "No Disc", "Blue", "Ask DNA" y el recopilatorio "Tank! The best", más uno en directo "Future Blues DVD", que si no te dejan con la boca abierta es que directamente te puedes considerar sordo.


Recibiendo el primero de los álbumes, homónimo de la serie una puntuación de 5 estrellas por parte de All music. La única canción que no aparece entre todos esos álbumes y si en la serie es "Mish Mash Blues: Recovery the sky of day" , pertenece a la sesión 20 y ese capítulo jamás fue emitido en Estados Unidos ni en Europa.

Otra curiosidad es que en la discografía de Yoko Kanno se incluye otro álbum titulado: "Space Bio Charge" que incluye todos los temas que se desecharon para el anime y por tanto rarezas y temas inéditos para el público.

Por supuesto esta espectacular orquesta, toca todas las canciones del anime, así que no se centran solo en un estilo, haciendo que cada pieza que escuchemos puede que tenga que ver con la anterior o escuchar un genero totalmente diferente que nos deje descolocados.

SESIÓN 3: ¿QUIÉN ES YOKO KANNO?

Nacida el 18 de marzo de 1963 en la Prefectura de Miyagi (Japón), es una compositora, directora de orquesta, productora y excelente pianista cuyas máximas influencias son Maurice Ravel y Claude Debussy.

Considerada una superdotada, desde los 3 años se enfocó en la música empezando a tocar el piano, instrumento que le sirvió para tener su primer puesto de trabajo mientras cursaba Literatura japonesa en la Universidad de Waseda, crear música para anuncios y openings de series.

A los 10 años ganó un concurso de piano patrocinado por Yamaha en el colegio de monjas donde estudiaba, siendo la estudiante con menor edad en conseguir alzarse con la victoria, pese a que los otros concursantes podían sacarle hasta 6 años según las reglas del mismo. Lo malo de dicho premio, es que las monjas al escuchar su virtuosidad, la pusieron a cargo del órgano de la iglesia para tocar las piezas sacramentales.


Hay que recalcar que es una autodidacta musical y que según dice ella, sus profesores de música no le sirvieron de nada, simplemente a aburrirse en el instituto tocando piezas estándar sencillas en la sección viento-metal que tocaban todos los cursos con el único fin que sonase perfecto. Ella quería tocar algo que le agitara el alma y que le hiciera hervir la sangre y perder la cabeza.

Centrando su trabajo en producir música para videojuegos y animes entre los 80 y 90 sin destacar demasiado en el aspecto económico, todo cambió con un viaje a Estados Unidos, por una obsesión con la música "negra":  "¿Cómo puede ser que un blanco y un negro tocando la misma batería suenen de manera tan diferente?".

Con el poco dinero que disponía se marchó a Norteamérica recorriéndolo de costa a costa desde Los Ángeles hasta Nueva Orleans en un autobús viejo en el que dormía, no pudiéndose pagar alojamiento y a veces ni comer. Llegando a su destino, recorrió todas las calles y rincones posibles para recoger la esencia de esa música que le llevaba persiguiendo durante años en su cabeza, desde chicos reunidos al ritmo de un solo tambor a gente muy mayor improvisando con el instrumento que había tocado toda la vida.

Al volver de allí en vez de satisfacción encontró frustración, no se veía capacitada para transmitir con sus medios todo aquello que había escuchado y aprendido... Ella no tenía ese alma y esa forma tan natural de expresar la música y tuvo que acabar aceptando su propio estilo, influenciado por el jazz y el blues de los años 20-30 y 40 de Nueva Orleans.

Yoko no aparta de su lado el resto de estilos musicales y es tan sumamente metódica que si le pidieses hacer un álbum de algo opuesto a su música, te presentaría una obra sobresaliente a la altura de ese estilo, respetándolo 100%, aunque no representara locura, improvisación, desenfreno e instrumentos de viento. Acata las reglas de cada estilo y se mimetiza 100% con su trabajo, por eso sorprende en demasía su abanico de posibilidades musicalmente hablando.

SESIÓN 4 : SU INFLUENCIA EN EL ANIME

Shinichiro Watanabe y Yoko Kanno ya habían coincidido 4 años antes en un anime Macross Plus (1994), aunque él no había debutado como director todavía, era co-director, y ella no era conocida, sólo una currante más del sector dedicándose a ponerle sonidos y música a los 4 capítulos de la serie.

También futurista y con naves espaciales por medio, la historia se centraba en la primera guerra interestelar entre humanos y unos extraterrestres gigantes de Zentradi.

Entre los personajes se encontraba Sharon Apple una inteligencia artificial nacida de la oscuridad, convertida en estrella dedicada a deleitar con su música ecléctica en conciertos. Kanno estaba detrás de este personaje que le dio gran popularidad en Japón con esos sonidos electrónicos repetidos hasta la saciedad y con voces femeninas de pop.

En mi opinión, es la música más desagradable y controvertida de la compositora, pero con ello salto a la fama, quizás mi oído occidental está muy lejos del de la cultura oriental en lo que a música se refiere.

Después llegó  Cowboy Bebop en 1998, al que siguió la archiconocida "Ghost in the Shell" en el 2002 o "Wolf´s Rain" en el 2003, donde el impacto de Yoko todavía está muy presente...


Su popularidad se fue diluyendo entre otros animes, b.s.o de películas japonesas que nunca llegaron aquí o la música en los videojuegos, pero hace años que su historial laboral está centrado en dirigir orquestas filarmónicas como las de Israel, República Checa o Varsovia al frente de las voces del ejército polaco.

También popularizó su música bajo el sobrenombre de Gabriela Robin entre 2004 y 2007, en un intento de comprobar dos cosas, que su música está por encima de su fama y por el interés de saber si alguien la reconocería bajo ese seudónimo.

Su último anime conocido es "Terror in Resonance" (2014) acompañando de nuevo a Watanabe, tuvo bastante repercusión en Netflix.

Pese a todo ello es la cara reconocible de la música anime en todo el mundo y la que cambió el concepto de los mismos, dándole a nuestros oídos la misma importancia que a los ojos al ver los dibujos japoneses.

SESIÓN 5: UN CONCIERTO PARA LA HISTORIA

Yoko Kanno tuvo la idea de crear un concierto exclusivo llamado "The Super Dimensional Star Festival Sonic",  también conocido como "Tanasonic" el 7 de julio del 2009.

Esta extravagancia encima se celebró en uno de los lugares más emblemáticos para los conciertos en Japón el Saitama Super Arena, con una duración de más de tres horas donde la compositora iba a incluir una extensa set list con temas de Cowboy Bebop, Escaflowne, hasta Gundam y Ghost in the Shell.

Para tal noche se reunió con músicos de The Seatbelt y otros prestigiosos que le acompañaron a lo largo de su carrera además de los cantantes específicos que pusieron voz a cada canción.

Las entradas a la venta se vendieron como rosquillas, aunque muchos pensaron que ese concierto tan exclusivo iba a estar a la alcance de algunos privilegiados, la artista decidió que la entrada más cara costara 7777 yenes, lo que vendría a ser 60,51 €.

Lo más original fue la forma de presentarlo de cara al público con un vídeo en youtube:


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