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10 noviembre 2015

SOBRE ¿ES UNA BUENA IDEA LA REPÚBLICA CATALANA?

De aquellos barros, estos lodos… No quiero decir con ello que la idea no estuviese cultivándose desde hace años y que muchos catalanes pensaran así (aunque no creo que tantos).

Una idea que puso por bandera Artur Mas como forma de progresar en su carrera política ocultando o driblando las malversaciones que salpican a la Generalitat Catalana desde hace décadas.

Un proyecto propulsado por la política austera del PP, basada en recortes e intentar quedar bien con la Unión Europea en base a la deuda contraída sin pensar en algún momento en el bienestar del pueblo español.

Mariano Rajoy lleva vendiéndonos cuatro años un sentimiento español basado es en ese apretón excesivo del cinturón y de un futuro mejor, que “igual” en el mercado se puede ver, pero en los hogares y las familias españolas, es inversamente proporcional. Su forma de ver las cosas te hace pensar que si “eso es ser español”, quizás no lo seamos tanto, ya que su política de hacer las cosas en contra de la opinión popular y su no saber aceptar las críticas, castigando la libertad de expresión, no te hace sentir esa españolidad y humo vendido.

Ambas actitudes, a mi modo de ver déspotas y egoístas hizo crecer ese caldo de cultivo y fermentar ese sentimiento contrario del pueblo catalán (no de sus políticos) hacia el gobierno español y todo lo que este representaba.

Más aprovechó todo esto para dar otro giro de tuerca aprovechando ese malestar y las plataformas que le ofrece el Gobierno de la Generalitat, el deporte catalán con la bandera del Futbol Club Barcelona al frente, las diferentes diadas catalanas, o el número excesivo de votaciones populares y mítines y preparar un órdago a la grande titulado “Independencia”. Esa palabra escuchada en otras ocasiones para preparar el Estatut catalán o beneficiarse de ciertos privilegios en comparación a otras comunidades autonómicas.

En un momento estalló el caso Puyol (antecesor y “maestro”), se le fue de las manos lo del referéndum o consulta sobre el sentimiento catalán hizo estallar la bomba y para rematar su idea, tuvo que unirse a otros grupos políticos creando la coalición “Junts pel si” (Convergencia Democrática de Cataluña (CDC), Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), Demócratas de Cataluña y Moviment d'Esquerres) para las elecciones del parlamento catalán cuya idea era, si ganaban con mayoría absoluta ir a por la independencia catalana.


Las elecciones no fueron tan excesivamente bien como preveían las encuestas y tuvieron que juntarse a la CUP (Candidatura d'Unitat Popular) para poder gobernar.

Curiosamente estos partidos solo tienen en común el querer esa independencia, que a su vez divide a los catalanes que no lo ven aún claro. La CUP nunca apoyaría a un grupo liderado por Artur Más y a su vez los diferentes frentes de la coalición no parecen tan homogéneos para llevar todo eso acabo.

Hoy, en contra de lo marcado en las elecciones, nos han vendido una idea descafeinada titulada “república catalana” que por un lado hace que ver que están dentro de España (por narices) pero a su vez toman ellos “exclusivamente sus decisiones”.

Obviamente, políticamente hablando esto produce una animadversión cada vez mayor a lo catalán y el propio PP quiere vender “la vuelta de la tortilla” e ir en plan Cid Campeador reconquistando la península y la españolidad de la misma, curiosa ironía si leemos los primeros párrafos de este escrito.

Puede que esto beneficie al partido de la gaviota de cara a las elecciones del 20 de diciembre y en general, todo esto, en ambas partes me parece detestable y sea como fuere, si siguen ambas partes de la misma manera, el daño irá “in crescendo” haciendo mella en ambos lados del muro imaginario cuanto más crece el ego de sus políticos.

España sin Cataluña se debilitará porque es una de las comunidades más potentes de España y es necesaria y a su vez Cataluña sin España traerá una emigración de empresas y poder al no querer sufrir o padecer una animadversión del resto del país y un pueblo dividido en una idea que solo tiene ilusión y no base ferrea para llevarse a cabo a no ser que lo veas como algo político para hacer negocio y a corto-medio plazo sufrirían consecuencias que no me gustaría sucediesen en mi comunidad.

Recalco también la idea que aproximadamente un 50% de catalanes han demostrado su disconformidad con la independencia, así que no entiendo como con todos esos hándicaps en contra ven ahora el momento idóneo para toda esta parafernalia.

Y para acabar recalcar que la unión de todas las partes es más fuerte que la suma de las partes por separado.





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