Hay una
notable diferencia entre tener y querer, y sin embargo ambas palabras en
nuestras vidas suelen estar inversamente valoradas. El ser humano por
naturaleza está programado para evolucionar en su vida, progresar, proponerse
metas e intentar alcanzarlas, lo que suponemos que significa mejorar… Y a
su vez, somos de alguna manera tan hipócritas que no cuidamos de lo que ya
tenemos, de lo hipotéticamente imprescindible en nuestras vidas, pues eso
siempre ha estado ahí…
A veces
estamos tan ciegos en nuestras metas que sacrificaríamos de manera inconsciente
mucho de lo que tenemos, o lo pagaríamos con ello. Y sin embargo somos capaces
de venirnos abajo e incluso deprimirnos por no alcanzar cosas que nuestro
cerebro piensa que necesitamos y en verdad, nunca hemos tenido y podemos seguir
viviendo tan felices sin ello.
Quizás
valoramos demasiado lo que queremos en nuestras vidas y en teoría nos falta, y
nos volvemos infelices si con el paso de los años no hemos conseguido nuestras
metas, y si las conseguimos, no las disfrutamos pues ya estamos pensando en
otras distintas y no cuidamos lo que realmente tenemos.
Me acuerdo
de ese proverbio tan famoso que dice: “No sabemos lo que tenemos hasta que lo
perdemos” y en si es verdad, una casa nunca se puede construir por el tejado,
se empezara por los cimientos, y estos deben ser relativamente fuertes para que
si se rompe o destruye el edificio, siempre queden en pie y, sobre esa base, volver a seguir construyendo. Por lo tanto, ¿de
qué sirve luchar por el mejor tejado si no te preocupas si lo demás lo puede
sujetar? O ¿por qué cuando hablamos de nuestra casa hablamos de nuestras 4
paredes y no hablamos de ese supuesto tejado?... quizás porque sean más
imprescindibles o valiosas que la parte de arriba, sin quitarle a este su valor.
Somos
demasiado materialistas, nuestra vida está enfocada a los lujos o a las
constantes mejoras, y si las cosas van mal, nos ahogamos en vasos de agua, sin
darnos cuenta que siempre hemos tenido lo básico para poder seguir saliendo
hacia delante… Antes de gastar cemento en hacer nuestra vida más alta y grande,
deberíamos también solidificar cada una de las grietas de las cosas que ya
tenemos y no valoramos lo suficiente, pues con el paso del tiempo y de no cuidarlas se estropean… ese tipo de cosas que cuando las pierdas
sentirás que te falta algo en tu vida y notaras mas vacio del que cuando lloras
por no haber alcanzado algo que nunca has conseguido…
No es malo querer, siendo esto sinónimo de avanzar, siempre que seamos lo suficientemente consecuentes de no perder en ese camino hacia delante cosas que ya tenemos y que son imprescindibles para nosotros. Progresar no es sinónimo de olvidar o dejar de valorar...
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