Nos
abrumamos..., cuando las cosas no salen de manera positiva para nuestros
intereses, nos venimos abajo, y en vez de actuar de forma constructiva para
solucionar el problema, tendemos a agrandarlo
de manera destructiva viendo lo peor de lo peor en lo que nos sucede.
Algunos
piensan que la vida esta para disfrutarla y hacer en cada momento lo que se
quiere, otros piensan que esta para vivirla y amoldarnos a como nos vienen las
cosas en cada momento, sin importar mucho la felicidad, solo el hecho de poder
seguir mirando hacia delante sin preocuparse mucho del que sucederá.
La
verdad que la virtud esta en las personas que tienen un término medio entre
esas dos formas de pensar, la de poder disfrutar de la vida y acostumbrarnos a
vivirla como viene. Habrá momentos en que podamos elegir y hacer lo que nos
plazca y otros en los que hay que coger el toro por los cuernos y no venirnos
abajo porque la rutina ya no es tal y no nos gusta como salen las cosas.
Hay
momentos en la vida en que recibes palos inesperados que no mereces, que no
comprendes, que no sabes asimilar, que son incompatibles con lo que quieres y
por lo que te esfuerzas y cuando esto sucede no te sientan bien. Tanto
esfuerzo, tanto por lo que luchar y al final no sirve para nada y puesto que no
sirve para nada, significa que has perdido el tiempo y no has sabido gestionar
lo que has hecho, así que de alguna manera te culpas a ti mismo de lo que te
sucede, o peor, la tomas con los demás porque no te salen las cosas.
Llegados
a ese punto hay que cortar por lo sano, poderte tomar un respiro, evaluar el
problema que nos concierne de manera objetiva, con sus pros y contras y en lo
que te puede repercutir. En segundo término, evaluarte a ti mismo, ¿por qué
estoy así y merece la pena estarlo?, calificando el propio daño que te has
hecho por el asunto o que has podido hacer y evaluando cómo puedes cambiar eso.
Por supuesto en muchas ocasiones el problema no va a variar depende como
actuemos nosotros, pero sí que podemos variarnos a nosotros a la hora de
concebir el problema.
Si
después de tener claro lo que sucede y como nos afecta, no hemos sacado unas
sensaciones positivas y aun así el problema sigue estando por encima de
nosotros, creo que lo mejor es salirse por la tangente y pensar como ante hemos
dicho, disfrutando de lo demás que te
ofrece la vida como contraposición a las cosas a las que nos tenemos que
amoldar de la misma.
Así
que a todas esas personas que ven que sus problemas son más serios de los que
en realidad son, les pido que reflexionen, evalúen, tengan la mente fría y posteriormente, si no pueden solucionarlos,
disfruten por lo menos de lo que se están perdiendo tras centrarse sólo y
exclusivamente en el problema.
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