SOBRE DESCONECTAR…

A veces la rutina se empeña en hacernos creer que nuestra vida se centra en hacer las mismas cosas y vivir las mismas experiencias día tras día. Todo eso pasa desapercibido en nuestro cerebro si la rutina la concebimos con optimismo, pero no si vemos agujeros negros en ella que hace que nos sintamos más reticentes a que en el mañana nos vuelva a ocurrir.

Existen las denominadas vacaciones o también días que podemos hacer cosas que nos saquen de nuestra rutina, haciendo que lo que sucede cambie la perspectiva de cómo tomar las cosas, hace unas semanas tuve tres días maravillosos que produjeron ese cambio, mas no fue suficiente porque por mucho que limpies la suciedad siempre está de regreso.

Este fin de semana ha sido completamente atípico, el viernes me sentí muy a gusto cenando en casa de un amigo con su mujer e hija y me sentí yo. Parece curioso que diga esto, pero la rutina que voy aglutinando, me está transformando en alguien serio, muy introvertido y sin ganas de abrir la boca, pues a veces parece que molestas o estropeas algo, es una situación insostenible. Si bien ser introvertido y serio forma parte de mi carácter natural, cuando me siento integrado, soy todo lo contrario y lo de callar la boca, pues nunca ha ido conmigo, desde pequeño si debo opinar o decir algo, lo digo con toda naturalidad sin ánimo de ofensa, siempre y cuando no me ofendan con anterioridad… Lo dicho, el viernes fui yo y no una sombra de lo que soy y es curioso, pero a la vez muy cierto, que con la gente que mas suelo estar saquen la peor cara de mi, y gente con la que no tienes tanto contacto (cara a cara), sean los que mejor saquen de ti.

El sábado por la tarde tuve que hacer de guía a mi primo, vino con la mujer y dos personas que conozco sumamente bien de muchas juergas anteriores y el hecho de vernos es sinónimo que algo así va a suceder. Hace dos años que no veía a esas dos personas, ni que salía por ahí con mi primo y aprovechando el tema de “las noches de San Lorenzo”, donde se hacen visitas gratis y por poco dinero puedes tomar vinos en las diferentes bodegas y aprovechando que se daban cursillos populares de cata en la plaza, por su tío, es decir, mi padre, pues cuadramos todo para que la tarde saliera a pedir de boca, volaron vaciladas, risas, pinchos y sobretodo buen ambiente desde las cinco de la tarde hasta las doce y media de la noche y eso hizo que me olvidara que por la noche no iba a salir siendo sábado, porque la semana anterior me hartaron demasiado.

De nuevo, como el año pasado, haremos una reunión familiar esta semana, participaré activamente jueves, viernes y la mitad del sábado y supongo que me volveré para salir por la noche por la herradura… ¿por qué? Pues porque sigo siendo el mismo imbécil que prefiere sacar una buena noche a los demás a costa de pasármelo yo bien y me hare 235 km de vuelta simplemente por dos personas, así soy yo… Eso si espero que esos días de desconexión me cundan y mucho, pues si el año pasado sirvieron como tormenta de opiniones a un solo tema pasando las noches en una roneria cubana, donde no hacían más que sacar cocteles a nuestra mesa, y hablando de un tema tan serio solo hubo risas y grandes momentos, este año no espero menos, teniendo todo el mundo la mente despejada de líos. El sábado fue un anticipo y mi mente ya está puesta en que me voy a pedir esta vez en la roneria y poco más, porque si te sientes tu mismo, no necesitas hacer planes, ni pensar en que hablar, el ambiente marcará las pautas. Por cierto, habrá playa un chapuzón no me lo quita nadie.