A mí lo que me llama realmente la atención no son los clientes que han pagado por subir hasta allí arriba, sino el grupo de sherpas que les acompañan. Dentro de este grupo encontramos a Phurba Tashi, líder del grupo de sherpas del que ya era leyenda en el 2006 cuando se grabo este documental por haber ascendido 10 veces el Everest. Los sherpas, además de acompañar a los clientes y protegerlos en todo momento durante su ascensión y el posterior descenso, también son los encargados de cocinar y de subir anteriormente hasta la cima para poner los campamentos, anclar las cuerdas por las cuales van a subir los clientes y volver para que escasos días después deban hacer lo mismo pero al ritmo de esta gente. Viendo que para subir 100 metros pueden tardar hora y media, ni imaginar lo que deben hacer estos sherpas para tener todo bien colocadito en los 4 puestos donde pueden refugiarse o encontrar avituallamiento, bajar, descansar y a los dos días volver a subir con ellos, más si cabe que el último de los puestos se encuentra en la zona de la muerte, en la cual no puedes estar más de 5 horas en el mismo punto, porque tu cuerpo no soportaría la falta de oxigeno y te congelarías por otro lado.
Phurba, además de todo ese trabajo, y de estar cuidando de dos clientes el día anterior que intentaron hacer cúspide, que son unas quince horas allí arriba entre subir y bajar, coge al señor que no tiene piernas y que se ha quitado las artificiales porque no puede andar, se lo echa en la espalda y lo baja tras haber descansado solo tres horas.
Al año siguiente, para el mismo programa hace una subida doble a la cumbre, ascendiendo por un lado de la montaña, y al bajar ascendiendo por el otro, el cliente tras el primer descenso, ya intentando ascender de nuevo, lo deja, pero anima a Phurba a hacerlo y éste que ha subido en bastantes ocasiones por el Everest, pero siempre por la misma cara, tiene miedo al descenso, pero lo consigue.
A día de hoy Phurba Tashi, tiene las mismas ascensiones que el gran Juanito Oiarzabal, 28, pero aunque no ha hecho todos los 8.000, cosa que si ha hecho Juanito, hay algo que me llama poderosamente la atención. Juanito solo ha intentado subir dos veces el Everest, consiguiéndolo a la segunda y por sus propias palabras fue la ascensión más difícil, porque en otras montañas puedes bajar andando y ésta, además de ser la más alta y más dura, su descenso es muy largo y peligroso, sin duda lo consiguió gracias a los sherpas que le acompañan. Phurba de las 28 ascensiones a los 8.000, 19 han sido al Everest, lo cual me hace verle como un semidios de la montaña, más si cabe pensando que gracias a gente como él y a su labor, Juanito y los demás montañeros consiguen hacer sus proezas, ya que les preparan la ascensión, los sitios de descanso, les cocinan, suben y bajan con ellos y se les paga para proteger a los montañeros y que estos se crean seguros.
Así que si ves la vida a veces como un Everest, piensa en Phurba Tashi.
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