Para la trama de la segunda película "Undisputed II: Last man standing" (2006) usaron la misma temática que en la primera, un campeón de pesos pesados ingresa en una prisión donde los presos tienen el morbo de verle pelear contra un recluso que nunca ha perdido un combate de exhibición de los muchos que se celebran en la cárcel.
Las únicas cosas que cambian con respecto a la primera película es que el estilo de lucha no será boxeo, sino que se puede usar cualquier arte marcial y que esta vez el bueno es quien entra en prisión y no el campeón de la misma.
No quiero decir que George "Iceman" Chambers (interpretado por Michael Jay White), haga mal su papel de protagonista, pero curiosamente el que atrajo a la audiencia e hizo que la secuela de bajo presupuesto saliese rentable, era su antagonista, el ruso Yuri Boyka (Scott Adkins), que pese a ser el "malo" a todos nos apetece que gane.
Tal fue la conexión del público con el asesino ruso que ha sido el protagonista de las dos siguientes películas, la última con un final abierto que nos hace pensar que aún nos quedan más.