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23 febrero 2017

SOBRE EL CASO DE LAS TARJETAS BLACK

El origen del caso se remonta al 1 de septiembre del 2009, por aquellas fechas el secretario de Administración de Caja Madrid, Enrique de la Torre dejaba su puesto siendo sustituido en el cargo por Jesús Rodrigo.

En esa fecha, una fuente anónima del Partido X filtraba los más de 8.000 correos electrónicos que había recibido y enviado Blesa en su etapa como presidente. Uno de estos correos estaba enviado por De la Torre, donde indicaba los movimientos internos que debían tener continuidad tras su cese de cargo y en un párrafo se podía leer lo siguiente:

Los miembros de la Comisión de Control, conforme a la normativa de Caja Madrid, no pueden pertenecer a Consejos de Filiales o participadas. Por tanto sólo cobran dietas por las reuniones de la Comisión (1350€ brutos). Además, tiene cada uno una tarjeta Visa de gastos de representación, black a efectos fiscales hasta ahora [...], de 25.000€ anuales excepto su Presidente, que tiene una cobertura de 50.000€.

Por desgracia, estos correos electrónicos no fueron pruebas válidas en un juzgado al ser la fuente que los filtraba anónima y por tanto, pese al conocimiento de las tarjetas desde esa fecha, no se pudo hacer nada de carácter legal hasta el 2014, fecha en la que se produce una auditoría interna de Bankia bajo la orden de su actual presidente José Ignacio Goirigolzarri.

Para entender un poco más este entramado, hay que explicar lo que sucede en este lustro tanto en la sucesión de presidentes, como en el desarrollo de las entidades.

Miguel Blesa ocupó el cargo de presidente de Caja Madrid entre 1996 y 2009. En el año 2003 se crean estas tarjetas con el fin de que los altos cargos de la entidad posean un incentivo extra en gastos de representación, pudiendo gastar un tope anual a través de una tarjeta no computable a efectos fiscales.

Esperanza Aguirre  consigue que se apruebe a finales del 2008 la reforma legal de la representación en Caja Madrid, de forma que será al final la propia presidenta de la comunidad la que decidirá al termino del mandato de la presidencia de Blesa si este sigue en una posterior reelección, o no.

Es a causa de esta reforma y la elección en el 2009 de su sucesor, Rodrigo Rato, que Miguel Blesa aun intentando buscar resquicios legales para volverse a presentar a una reelección, deba asumir su marcha.  Para aquel entonces, además de aprobar las tarjetas black, había gastado en la suya unos 423.000€

Rodrigo Rato comienza su mandato como presidente de Caja Madrid en enero del 2010 perdurando en el cargo hasta el 2012. Durante su mandato consigue la fusión de siete cajas de ahorros (Caja Madrid, Bancaja, La Caja de Canarias, Caja Ávila, Caja Segovia, Caixa Laietana y Caja Rioja), había nacido Bankia en febrero del 2011 y el sería su primer presidente. 

Cinco meses después la sacó a bolsa, siendo esta una de las peores decisiones en la economía a nivel nacional, intento que el Estado le concediera una vía de arreglo ante este desbarajuste económico, pero no se lo concedieron y tuvo que dimitir por ello en mayo del 2012. Posteriormente para salvar la entidad de su quiebra, España asumió la deuda pidiendo un crédito a Europa donde casi una cuarta parte del total (23 mil de los 100 mil millones de Euros) es destinada para el rescate de la banca que devolvemos, más los impuestos derivados, cada español de nuestros bolsillos.

Durante su mandato Rato se embolsó 2,34 millones anuales y 1,2 millones más de indemnización por su salida, mas el gasto de su tarjeta black cerca de 100.000€ en gastos, pues le pareció bien seguir con este tipo de tarjetas.

A su favor decir que hacienda advirtió que iba a empezar a investigar sobre el gasto de las tarjeta y él y tres grandes directivos empezaron a devolver poco a poco lo gastado (con el dinero de Bankia y no de Caja Madrid) con el fin de evitar los sucesos posteriores y por consiguiente cancelando la actividad de todas las tarjetas. En su contra decir que intentó crear otras tarjetas black más modestas antes tener que renunciar a su cargo, las "Business card Bankia" con un límite de 12.000€ mensuales para él y esos tres directivos. Por miedo a que su predecesor en el cargo pudiera sacar a la luz estas tarjetas, dos días antes de su cese como presidente comunicó a la entidad el cese inmediato de dichas tarjetas.
 
Documento de Rato que acredita las Business card Bankia

Llegados a este punto José Ignacio Goirigolzarri ocupa el puesto de Rodrigo Rato siendo el segundo presidente de Bankia y una de sus primeras decisiones es hacer una auditoría interna con el fin de ver el estado de la entidad y la totalidad del dinero malversado en estos años.

Los datos de la auditoria salen a la luz en octubre del 2014 y con ello empezaba el caso de las tarjetas opacas creándose un juicio contra las 86 personas (entre las que destacan 27 militantes del PP, 15 del PSOE, 5 de IU y 11 sindicalistas) que las habían utilizado entre 2003 y 2012, acusados de los 81.570 cargos de gastos en estas tarjetas, que suponen un total de 15,25 millones de euros gastados de manera indebida y, a su vez no declarados a hacienda.



Muchos de estos gastos no tenían nada que ver con la representación acorde con sus trabajos: compras en supermercados, gastos de más de mil euros en fiestas en discotecas, electrodomésticos, restaurantes de lujo, compras en centros comerciales, viajes y estancias en hoteles de lujo durante periodos vacacionales e incluso compras de lencería femenina.

Por si tenéis curiosidad de lo que gastó cada una de las 86 personas y en qué se lo gastó, os dejo un documento interactivo de el periódico "El País", en el que pinchando sobre el nombre, nos abre la página de sus gastos: TARJETAS OPACAS CAJA MADRID 2003-2012

A finales de enero el juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu imputa a un total de 78 exconsejeros y exdirectivos de Caja Madrid y Bankia por delitos de apropiación indebida y administración desleal

Varios de los directivos se defendieron diciendo que dichos gastos eran reales y a su vez legales porque la propia empresa les había atribuido dicha tarjeta como complemento salarial pudiendo ser usada para gastos personales: “las tarjetas eran parte de nuestro sueldo, que lo cobrábamos por la nómina y por la tarjeta. Al ser contratados se nos decía que podíamos disponer del límite de la tarjeta para gastos personales. El expresidente Miguel Blesa informó a la comisión ejecutiva de nuestros salarios”.

Durante el caso, una vez más se ha notado la prepotencia de la gente poderosa faltando en repetidas ocasiones a la fiscalía e incluso amenazándoles delante del juez y también han salido datos reveladores como que muchos de los cargos pedían aumentar la cantidad de gasto en los meses de agosto y diciembre a modo de paga extra.

La defensa se justifica alegando que ninguno de los imputados llegó, ni superó, el límite salarial, siendo la cuantía de gastos muy por debajo de lo que pudiera haber sido.

Apenas 5 días después del caso Nóos, en el que por cierto hoy han quedado en libertad a espera de juicio los dos mayores implicados, dejando a Urdangarin seguir residiendo en Ginebra y sin privarle del pasaporte, han salido las sentencias de las tarjetas black...

El titular de hoy es que todos los acusados, al final 65, tienen sentencias de prisión, destacado irrisorio donde los haya, porque estas van desde los tres meses hasta los 6 años de prisión. La mayoría de los casos no llegan a los dos años, por lo cual, según nuestra justicia no deberán pisar la cárcel si no tenían delitos anteriores.

Y yendo a los mayores inculpados Blesa y rato con 6 años de cárcel y 4,5 por este delito, como al resto se les absuelve del delito de administración desleal, cosa que me produce carcajadas y supongo que a  Hacienda más, y sólo les imputa por el cargo de apropiación indebida. Mención aparte tiene Ildefonso José Sánchez Barcoj, el cuál hacia posible todo este entramado y responsable de la cuadratura de todo, que fue el que más gastó con las tarjetas (484.100 €) y es condenado a 2,5 años de cárcel.

Miguel Blesa con antecedentes carcelarios y a la espera de la resolución de otros juicios, recibe 6 años por apropiarse indebidamente de 436.688€, ni siquiera es culpable de llevar a cabo la creación de las tarjetas black. Por su parte, Rodrigo Rato, que permitió la continuación de su uso durante su mandato, las extendió en su periplo por Bankia y quiso hacer otras días antes de su cese, también solamente se le imputan 4,5 años, a la espera de los juicios abiertos de la entrada de Bankia en bolsa y  un presunto delito de fraude fiscal... (¿y lo de las preferentes para cuando?)

Quizás la justicia sea igual para todos, pero yo no lo veo, si estas son las penas para el caso más grave de corrupción económica en estos tiempos de crisis, agravados por las decisiones de varios de los imputados, mal vamos.

Sólo nos falta colgar carteles en las fronteras: "Esto es España, pasen y roben sin control, cuanto más lo hagan, mucho más benévola será nuestra sentencia"

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