El estereotipo de hombre perfecto, capaz de acabar el sólo con organizaciones terroristas de cientos de personas sin ayuda, rara vez despeinado, bien trajeado y en muchas ocasiones simplemente con una pistola y protegiendo a la guapa de turno en el rescate, para después invitarla a algún paraíso y darse placer mutuo.
Un tipo capaz de atraer con el efecto Axe antes de que la marca de desodorante se inventara, para los hombres el tipo que quisieran ser y para las mujeres el tipo de hombre que quisieran tener. Lo único en que si estoy de acuerdo en esta introducción es que el cine lo ha ido evolucionando por el buen camino, ya que el Bond de Sean Connery por su forma de ser no haría taquilla en el S.XXI, porque donde antes había "masculinidad" ahora es un machismo redomado y reprobado cada vez que dejase claro que el estaba por encima de la belleza de turno.
No por ello deja de ser curioso como una idea tan cogida con hilos de un hombre que tuvo la vida hecha antes de nacer y que consiguió muchas de las cosas por su apellido, consiguiera de un pasatiempo hacer una fábrica de billetes incontrolable y sin final aparente.
