▲ Cerrar ▲

30 enero 2011

EL HOMBRE SIN MIEDO

CAPITULO 4.

Mi inestabilidad emocional a la llegada al motel era apoteósica. Mi cerebro pensaba en el tiempo que iban a tardar en encontrarme allí, sabiendo mi identidad y añadiendo el plus que mis relaciones sociales son apenas nulas. Si seguían la conexión después de mis familiares, buscarían a mis amistades y carentes de ellas, removerían mi pasado y el punto clave era mi ex, dueña del motel en el que me encontraba. Además habían estado en mi casa y había demasiadas pistas sobre “mi amiga” del motel, que demasiados quebraderos de cabeza me había dado con mi mujer…

Los nervios me estaban jugando una mala pasada, así que me dio por meterme whisky en vena con el fin de calmarme. Soy un mierdas, vendrán a por mí y me matarán y no pondré resistencia y… ¿qué me queda en la vida?. A estas alturas habré perdido mi trabajo, no tengo familia, ni amigos y apenas me queda dinero.

Pensé que la mejor solución era suicidarme. Para ello cogí mi cinturón, lo ate a la lámpara de la habitación, me subí a la silla e intente ahorcarme, con tan mala fortuna que la lámpara cedió y solo conseguí estamparme contra el suelo además de un golpe en la nuca con la propia lámpara. Borracho y desquiciado me dio por llorar y acabe pensando que descansar mucho era la solución a corto plazo y me metí a dormir.

A eso de medianoche, no recuerdo si de ese día o el siguiente, golpearon mi puerta.

- ¡Abre, soy yo!. Un par de personas me han preguntado en consigna si te he visto y les he mandado a un pueblo a 40 km de aquí.

- Bien hecho, pero lo mejor es que cierres el motel y te largues cuanto antes.

- No, el motel es mi vida, es lo único que me queda…

Se dio un disparo y deje de oírla, la frase continuaría pero ella la dejo a medias. Por una vez que me preocupo por alguien y mira como me lo agradece, recibiendo un disparo que no llevaba su nombre. De todas formas estaba bien aleccionada y murió haciendo lo que debía, avisarme.

Los efectos del alcohol aun perduraban y me envalentoné, rompí la botella de whisky, esa sería mi arma y el que estuviera detrás de la puerta mi objetivo. Total si me mataba, por lo menos hice algo con sentido, ya estaba muerto si no llega a ser por la maldita lámpara y más muerto aún tras matarla a ella, mi última conexión social con el mundo.

Tuve suerte, el hecho de que mi habitación no tuviera luz y que la puerta aun estuviera cerrada, era un hándicap a mi favor. Me coloque a un costado de la puerta...

¡Blam, blam! Dos disparos a la cerradura, una patada a la puerta y… una botella de whisky partida a su garganta. Seccionada la yugular, no llegó a articular ni gesto de ahogamiento en su propia sangre cuando ya yacía muerto. Cogí la pipa, en este caso revolver, y conté los agujeros del tambor, tres disparos quedan y sólo me queda un tío…

Por suerte no era 007 y erró un disparo a traición, volví a entrar a la habitación, conté hasta dos y salí disparando con los ojos cerrados hacia la dirección de donde había venido la bala. No me digan cómo, pero una de las tres balas le acertó en el cerebro.

- ¿Qué has hecho? , dijo una voz desde otra habitación del motel.

- Sobrevivir, respondí

- Es gente del mayor capo de esta ciudad, eres hombre muerto…

- Aunque parece no tener sentido con mi anterior respuesta, hace tiempo que lo estoy...

Esa pequeña conversación con aquel hombre me ayudó mucho, me reveló quien era mi enemigo, ahora solo me quedaba conocerle mejor y terminar por todas con este jaleo, o él o yo. Él, tiene a su gente y yo he muerto hoy varias veces, no le queda nada por quitarme y ya saben, el hombre más peligroso es al que ya no le queda nada por perder ya que carece de miedos...

28 enero 2011

SOBRE UNA PERSONA MAS EN EL CIELO Y MENOS EN LA TIERRA…

Hoy 28 de enero, has dejado de lucir, el último rayo de sol de este día nublado te lo has llevado contigo, como todo lo bueno que siempre has dejado a los de tu alrededor.
Apenas hemos coincidido cuatro veces en la vida, y hasta mis catorce años he de decir que no sabía ni que existieras. Pero cinco días en Haro, hicieron que no me olvide jamás ya de ti.

Nunca he visto una persona con más vitalidad y más fuerza que tu, cada momento a cual más duro, tenías una sonrisa y un saber estar inexplicables para la gente de tu edad.

Aún recuerdo una foto que con 92 años estabas colgada de unas anillas en el gimnasio, levantando tu propio peso y que tus compañeras mucho más jóvenes, envidiaban esas cosas que tú, sólo tú, podías hacer.

Tu vida no ha sido de color de rosa, pero la pintaste así porque querías verla y que la viéramos así, perdida del marido siendo joven, enterrar a tu propio hijo cuando le empezaban a ir de nuevo bien las cosas… Lo sufriste, pero no te quejaste, porque siempre has sido muy fuerte.

No hemos compartido muchos momentos, pero siempre he sabido que gente verdaderamente me aprecia y quien no, solo con la mirada. Siempre te has interesado por mí siendo un sobrino-nieto alejado, aunque para ti era como un nieto más. Me has animado cuando veías que en cinco minutos no había dicho alguna tontería y recuerdo hace casi seis años que en la boda de tu nieto duraste hasta las siete de la mañana como cualquier joven más, sin importar si llegaba o no un autobús perdido, riéndote, disfrutando y pretendiendo dibujar una sonrisa a todo el mundo pues su nieto se casaba.

A día de hoy 97 años y seguramente sonriendo en tus últimos momentos o diciendo a los de alrededor algún mensaje de no os preocupéis, todo saldrá bien. Porque eres todo corazón y prefieres ver bien a los tuyos, que verte bien tu.

Me hubiera gustado ir mañana hasta Barcelona y asistir a tu funeral, pero por desgracia esta semana han ocurrido una serie de hechos que nos impide tanto a mi padre como a mi movernos de aquí, ya sabes, la salud de algunos que no les permite ser/estar buenos… y si va una persona hasta allí debía de ser mi madre, porque es la más cercana a ti, si hubieramos podido ir dos, le hubiera ganado el pulso al jefe, pero hemos decidido quedarnos mejor los dos por lo que pueda ocurrir... Me gustaría verte y decirte NOS VEMOS, porque un adiós a gente como tú no se le puede dar nunca, como tampoco me despedí de Ricardo…

A estas horas no me creo que no pueda volver a ver esa sonrisa en tu cara, esa empatía en tus ojos y ese saber estar y fuerza vital que solo gente como tú sabes transmitir.

Se te quiere Tía Emilia… (descansa en paz)



P.d. Como me hubiera gustado celebrar contigo una batalla del vino como prometiste, siempre procure salir en una foto empapado ese día para que llegará a ti, se que Haro también estaba en tu corazón, por eso los jarreros que te conocimos sentimos no poder verte más.

EL HOMBRE SIN MIEDO.

CAPITULO 3.

Ni siquiera llame a casa, ¿para qué?. El que estaba con el culo lleno de mierda era yo, no ellos.

Recogí mi coche, el cual siempre aparco en un callejón a varias manzanas. Lo hago por miedo a que mi boca replique a la de algún vecino del rascacielos y como venganza la paguen con mi coche. Sí, soy un malpensado, pero miren para que me sirve serlo, me ahorré con ello la típica persecución de coches de las pelis de acción.

Había un motel a las afueras, la dueña era una ex, la conocía bien, seguía prendada de mí, me daría una habitación el tiempo que quisiera a cambio de decirle guapa todos los días y hacerle algún que otro favor. Cómo les dije, las cosas con mi mujer no iban bien y era yo quien corría peligro, así que me daba igual lo que tuviera que hacer.

Al cabo de dos semanas, pensé en aparecer por casa, más bien porque la ropa ya me olía mal y no sé ni echar monedas a la única lavadora de la que dependíamos todos los alojados del motel, como para echarla después el jabón y poner el programa en marcha.

Las cosas se habrían calmado, de todas formas mi intención era recoger mi ropa y volver al motel, estaba mejor allí.

Ya en mi casa, antes de abrir la puerta, escuché un grito de mi hijo mayor, e hice exactamente lo mismo que en mi trabajo, esconderme. Menuda mierda de padre, ¿eh?. Están maltratando a su hijo y… ¿qué hace?, esconderse, mejor que reciba solo uno y no los dos.

Al salir de mi casa reconocí a los dos individuos que bajaron aquel ingrato día por el ascensor, espere a que se fueran y me decidí a entrar…

Para mí era un dejavú, así que si llegaba a ver al viejo de nuevo, le remataba, ley del talión (ojo x ojo). Menuda mierda de padre, recalco, esperando que se fueran los matones para vengarme de un “pobre” anciano por lo que ha hecho a parte de mi familia. Contra ese por lo menos podría darme el placer de revancha y parecerme algo a un héroe.

Lo que me encontré aún a día de hoy, no lo asimilo. Mi familia al completo, descuartizada, torturada hasta una muerte lenta y dolorosa con el fin de sonsacarles información sobre mí. Mi hijo mayor aún respiraba, fue el último en pasar por semejante vendetta. Sus últimas palabras fueron: “Papa, no hemos dicho nada de ti, tranquilo…” muriendo en mis brazos, desangrado y medio mutilado.

Esa era mi familia, dieron su vida por defenderme, mientras yo desaparecí durante medio mes, sin decirles ni mu. No pensé en su pellejo en ningún momento, no me entiendan mal, yo les quería, y a día de hoy por desgracia mucho mas, pero en ese momento mi egoísmo sólo me hacía pensar en mi seguridad y no me di cuenta del peligro para ellos.

Llamé a la policía para dar parte y huí de nuevo al motel, por miedo a ser encontrado, ni un funeral digno en el que estuviera presente tuvieron. No me odien, ya me odio yo lo suficiente…

26 enero 2011

EL HOMBRE SIN MIEDO.

CAPITULO 2

Una cosa es ser alguien despreciable y otra gilipollas. En el fondo yo soy un cagado, me acojoné y me escondí esperando a que quienes estuvieran en esa habitación saliesen de allí y me dejaran en paz.

Después de eso, llamar a la policía, no por el hecho de un supuesto asesinato, sino porque ese día tenía que doblar el turno por la baja de un compañero y con la tontería de lo ocurrido, seguramente me libraría de unas cuantas horas y quizás días por el estrés acumulado. Todo remunerado, claro está, así que lo siento por la ineficacia de aquel individuo, pero bien podría sacar tajada de ello.

Esperé a que se fueran, salieron dos personas y llamaron al ascensor. Se metieron y cuando comprobé que habían bajado las suficientes plantas, salí de mi escondite para comprobar lo sucedido.

¿Quién en su sano juicio, después de asesinar a alguien deja la puerta abierta?. En fin, serán aficionados, supuse. Pero al entrar me di cuenta que el aficionado era yo y que supuse mal.

Un tercer individuo, de bastante edad, aun estaba dentro velando por el cuerpo sin vida que se encontraba en el suelo. El señor, trajeado, se giró y al verme, hizo ademan de sacar algo del bolsillo interior de su chaqueta. Pensé que sería una pistola, así que me apresuré a abalanzarme sobre él aprovechando la diferencia de edad, reflejos y fuerza.

Le golpee en repetidas ocasiones hasta dejarle semiinconsciente. Entonces escuché una voz dentro de su traje, a la altura de la mano que aun no había conseguido sacar y percibí que no era un arma. El individuo quiso dar la alerta por móvil, el cual había logrado descolgar para que una voz dijera: “Jefe, que le ocurre, ¡conteste!. Jefe, ¿se encuentra bien?. Vamos joder, subamos deprisa, que ha pasado algo, el jefe no contesta…”

El señor entreabrió los ojos y me miró a la cara, mientras perdía de nuevo la consciencia, momento que aproveché para salir pitando de allí.

La verdad que no se que debió ocurrir mientras escape del rascacielos, lo único que sé es que me había metido en un lio gordo, porque en la solapa de mi uniforme no estaba la tarjeta de identificación con mi foto y datos y deliberé que la había perdido en el forcejeo con aquel tipo.

¿Lo mejor? Desaparecer…

(CONTINUARÁ...)

24 enero 2011

EL HOMBRE SIN MIEDO.

CAPITULO 1.

Y como ocurre en estos casos, empiezo la historia por el final. Aquí me ven, sentado en un salón, viéndome por la televisión… “El hombre sin miedo” me dicen, sumergido el apodo en una serie de halagos que desmerezco. Si la reportera del telediario supiese lo que pasa por mi cabeza, seguramente en vez de dar la noticia con una sonrisa llena de vitalidad, lloraría desconsoladamente, porque mi vida es una mierda, una mentira en la que no queda futuro, pues ya acabaron con mi presente.

Sé que en estos momentos he creado unas pequeñas dudas sobre el que me pasará en sus curiosos cerebros, pero para comprender quien soy, que he hecho y porque estoy así, deberé remontarme al como comenzó todo y comprobarán que, lejos de ser un héroe, soy una escoria.

Todo comenzó hace apenas mes y medio, entonces mi vida valía bien poco, pero a día de hoy pienso que en ese momento yo era el hombre más afortunado del mundo. La relación con mi mujer no pasaba por un buen momento y a mis dos críos los veía más como dos bocas a las que alimentar que como a las dos personas, junto con mi esposa, más importantes en mi vida.

Nunca aspiré a nada, soy un conformista, quizás por miedo al fracaso, quizás porque prefiero siempre una rutina al que pasará… Por ello mi trabajo era simple, consistía en limpiar los diferentes pisos de un pequeño rascacielos en el medio de la ciudad. Ocho horas diarias, dinero suficiente para mantener sin lujos a los cuatro y con poca vigilancia de los llamados jefes.

Recuerdo que aquel día era sábado, entre a trabajar en el turno de tarde y a eso de las nueve de la noche, fue en la planta quince, en la cual me encontraba en ese momento, hubo un fuerte alboroto.

- Por favor, señor déjeme un par de semanas más, le juró que haré lo que me pide.

- Eso dijiste hace 15 días, y no veo resultados… ¡Pegadle duro!

En esta situación, ¿qué hubieran hecho ustedes?. Pues seguramente una de estas dos opciones: 1) Ir a ver qué pasaba, procurando no ser visto o 2) Salir corriendo a pedir ayuda e informar a la policía de lo sucedido…

¿Qué hice yo?, la tercera opción, la consecuente con mi forma de ser, seguí con mi trabajo, como si la cosa no fuera conmigo, porque en realidad a mi me pagaban por limpiar, no por saber que ocurría tras las puertas de los pisos.

Pasados un par de minutos, una voz grave, la que correspondía a la segunda frase anteriormente escuchada, volvió a pronunciarse.

- Éste ya no nos sirve de nada, ¡Acabad con él!.

Seguidamente, escuché claramente como disparaban dos balas, la del mate y la del remate.
(CONTINUARÁ...)

22 enero 2011

SOBRE LOS BANCOS CON CALEFACCIÓN DE LOGROÑO…

Recordando que estamos en época de crisis en toda España y que desde el país nos invitan a apretarnos el cinturón a base de seguir subiendo los impuestos, anteayer viendo el telediario mientras comía, me llamó mucho la atención una noticia. Creo recordar que fue en Telecinco, vamos una cadena a nivel nacional y no en Telerioja por poner un ejemplo.

Hablaban que en Logroño habían destinado del Plan E (dinero que aporta el estado a cada comunidad con el fin de mejorar sus infraestructuras), 100.000 € ( o lo que es lo mismo poco mas de 16 millones de las antiguas pesetas) en acomodar con una serie de bancos con calefacción en sitios periódicamente visitados.

Se vanagloriaban para más inri, de ser pioneros en este tema a nivel nacional y orgullosos de haber destinado ese dinero para tal causa.

Dentro del reportaje se veían a dos jubilados que con dos grados, llevaban hablando un par de horas sin pasar frio ni en el culo ni en los riñones…

Y ahora digo yo, que igual veo fantasmas donde no los hay, ¿no era mejor destinar esa cantidad de dinero a otros fines de la infraestructura riojana? ¿No es más factible destinarlo a algún pueblo riojano que necesite con urgencia arreglar algo? ¿A caso Rioja es sólo Logroño y pueden hacer lo que quieren con el dinero de sus arcas? ¿Cuánta utilidad al año pueden dar esos bancos tan caros a lo sumo dos meses o tres al año?.

Disculpadme porque yo de política procuro hablar lo justo, pero me hace gracia que se critique lo mal que está llevando la economía el PSOE, cosa que es cierta, y las autonomías lideradas por el PP, recorten dinero en fiestas por ejemplo, porque estamos en crisis y después gasten el dinero de infraestructuras en estatuas, bancos, futuros campos de golf que irán a la quiebra en muy poco tiempo o nuevos pabellones polideportivos cuando los que tenemos apenas se usan… Despilfarran sin coco y después la culpa solo son de los demás… Pena que en la inauguración le pegara a uno que yo se me una buena descarga eléctrica al sentarse…

18 enero 2011

SOBRE PASO A PASO…

Decir que todo el mundo sabe que la vida no es un camino de rosas, y que cuando si no es por una cosa es por otra... Nos pasamos mucho tiempo comparando el cómo debería ser todo y como en realidad es.

El año pasado malgasté demasiado tiempo autocriticándome, pensando en que todo lo malo que me puede llegar a ocurrir es culpa mía y que no pongo el empuje necesario para darle la vuelta. A causa de eso, tuve demasiados bajones provocados por una autoestima impropia de mi carácter, que suele ser mucho más solvente y combativa, por decirlo todo con bonitas palabras.

Esta semana va trazando cosas de mí ser, esos retales que busco con ahínco y pocas veces conseguí tener el año pasado:

- Lunes: conseguir que una señora de la ciberteca estuviera más contenta con su portátil, metiéndole programas acordes con sus necesidades y borrándole otros que no sabían ni como se utilizaban. Ahora sé que lo va a saber usar.

- Martes: Tener una entrevista de trabajo que por desgracia voy a desestimar porque debería convertirme en autónomo algo que se antoja improbable. El entrevistador en cuestión, tras una batería de pruebas y preguntas, me ha definido como alguien locuaz de cara al público, con muchos recursos ante los imprevistos y con cierta capacidad del liderazgo innata (explicando que no se refería a mandar sobre alguien, si no a “tirar del carro” en un grupo). También ha salido de su estudio psicotécnico que tengo un carácter fuerte y pronunciado que para bien o para mal forma parte de mi ser, y que debo cuidar mi ironía y doble sentido pues mucha gente no la capta. Considero que me he quedado hasta el final de la entrevista para ver los resultado del psicotécnico porque llevo tanto tiempo desanimado que no me reconocería en unos resultados así, mas se asemeja al perfil que tenía de mi mismo hace años.

- Miércoles: Empezar a dar un cursillo de Word en la ciberteca, con todo el tutorial de lo que voy a dar subrayado por importancia con 800, comentarios de ideas a boli, que tiempo me han costado y con mil nervios. Me siento en mi salsa sabiendo que todo saldrá con mi estilo en este nuevo cursillo, más si cabe si el jueves pasado hablan por la radio sobre ello y bien de mí.

- Jueves: Coger el petate y me largo todo el día a perderme por ahí, porque todavía tengo amigos que te dicen me marcho a tal sitio y me apetecería que vinieses conmigo si puedes. Vieja tradición que con el paso de los años se ha perdido.

- Viernes: Descanso, que ya me toca, aunque especulo que me tocara repartir y el sábado, si todo sale como se ha planeado, me escapo a Logroño con otro amigo para desconectar un poco y corrernos una buena juerga que creo que nos hace falta.

Sabéis que? Esa clase de recordatorios y de cosas por hacer son las que me han faltado en todo el 2010 y no es fácil vivir sin ellas. Paso a paso las cosas van a mejor y es tiempo de verlas desde otras perspectivas. Y como dice el refrán: “Hoy hace un día perfecto, ya verás como viene alguno y lo jode” Pues mientras no aparezca ese personaje, voy a disfrutarlo…

P.d. De vez en cuando me viene bien sentirme importante para alguien, pero saliendo de la otra persona y no de mi.
P.d.2 Pregunta del psicotécnico: ¿Es importante para ti sentirte necesario para los de tu alrededor?. Respuesta: Sin dudarlo, si sabes que eres útil para los tuyos, te sentirás más cómodo y feliz contigo mismo. No es una reacción narcisista, sino un estímulo para sentirte parte de la vida, ¿hay algo mas importante en esta vida que la confianza? Todas las relaciones sociales se basan en ella...